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Cinco propuestas creativas en la X Muestra de Estudios Coreográficos

“Corpóreo”, “Frustrado”, “La cicatriz”, “Otro yo” y “Sin necesidad de contacto humano”. Son los títulos de las propuestas creativas presentadas por las y los estudiantes de la carrera de Danza, en el marco del Proyecto Inicial de Desarrollo Profesional. El escenario de la X Muestra de Estudios Coreográficos fue la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación de la UArtes.

Allí, el pasado 5 de abril, Jamil Farah dio a conocer sus procesos de las PPP de Creación con “Corpóreo” y Bryan Chávez con “Otro yo”. Esta última expuso como foco de atención el movimiento de las extremidades superiores para descubrir y redescubrir posibilidades motoras y emociones que pueden llegar a expresar gestualmente, maquinando la siguiente querella en nuestro pensamiento.

Kevin Santos, por su parte, llevó a escena “Frustrado”, obra de la cual fue su director e intérprete. “¿Qué pasa por la mente del bailarín cuando se siente frustrado, cuando nada sale bien?” es la inquietud de la que partió el estudiante en el proceso de lo que señaló como un reencuentro con el hip hop y lo que le provocó a través de una puesta en escena que explora diversas formas de apropiación del movimiento y regulación de emociones. El diseño de vestuario y cámara corrió a cargo de Dary Ruiz, y como receptor: Sofía Mera.

Joshua Lescano y Samantha Aguilar presentaron “La cicatriz”, de cuyo planteamiento escénico se lee: “Te busco y no te encuentro, te bailo desde un pensamiento. Existes, pero no existes; no te veo, te siento. Navego entre las aguas de la memoria y solo puedo apreciar los estragos de tu recuerdo. Hoy te digo adiós, hoy olvido, ya no hay dolor…”. Dos historias de abandono, dos cuerpos sensibles, una sola construcción: la cicatriz.

Ángela Arboleda y Carlos Albán (foto sobre estas líneas) propusieron “Sin necesidad de contacto humano”, un ejercicio coreográfico trabajado de manera interdisciplinar. Arboleda, quien es también docente UArtes, comenta que conoció a Carlos Albán, estudiante de la Escuela de Artes Sonoras, en un ensayo de música tocando el theremin.

“Este instrumento llamó mi atención y decidí que quería investigar más sobre su uso. Es el único instrumento musical que suena sin necesidad de ser tocado. Tiene un rango de acción, es decir, un campo delimitado donde suena si siente un cuerpo humano, pero, así mismo, hace silencio si es literalmente tocado. Funciona con ondas electromagnéticas”, explica.

Todo este universo, agrega Arboleda, hizo que le resultara fascinante como reto para determinar la propuesta coreográfica. “Carlos Albán tiene una condición particular, Síndrome de Thouret, por tanto, su kinesis es también particular y la encuentro cargada de belleza, imprevisión, ritmo y organicidad. Así que todo esto fue conjuntado para crear la obra”. También comenta que, al tratarse de ondas, inspiró su vestuario en la estética Bauhauss.

Carlos Albán, por su parte, comenta que formar parte de “Sin necesidad de contacto humano”, fue una experiencia grata. “La puesta en escena de este trabajo interdisciplinar, ha sido todo un reto, tanto desde lo musical como desde lo escénico”.

Añade que uno de los diálogos que surgieron durante la concepción de la obra y que generaron en él un aprendizaje a partir de la experiencia fue sobre la construcción del músico como ente; “cómo este se performa a través de su relación con el público cuando está en escena y, al mismo tiempo, con el nexo que se genera entre instrumento – instrumentista”.

Siendo que los instrumentos se presentan de tantas formas, tamaños y sonidos que los categorizan, existe una relación casi íntima entre el músico y el instrumento. “Al igual que ver la luz del sol a través de cristales de colores, el instrumento es como una extensión del cuerpo que nos permite relacionarnos con los fenómenos físicos del sonido – entenderlo, moldearlo y transformarlo”.

Albán refiere que al observar Ángela Arboleda su condición de Síndrome de Tourette “se cuestiona sobre mi relación y experiencia con el Theremin: “¿Cómo puedes mantener una precisión tonal si siempre estás moviéndote?”, “¿de qué manera cohesionan tus tics nerviosos y tu forma de ejecutar el Theremin?”. Lo cual deviene en una cascada de diálogos interesantes sobre el ser y el estar en este espacio, asumido como escenario”.

¿De qué será capaz la sinuosidad de un cuerpo tocado… trastocado por una onda electreomagnética?, es parte de la sinopsis de “Sin necesidad de contacto humano”, cuya tutora del trabajo de Arboleda fue Sofía Mera y del trabajo de Carlos su tutor fue Manuel Larrea.

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