Camille Enríquez Males: “Me interesa el cine que cuestiona realidades sociales”

En videoconferencia, Camille Anaís Enríquez Males, de la Escuela de Cine de la Universidad de las Artes, realizó el jueves 9 de abril de 2020 la defensa de Entre mangles y derivas, el documental que grabó para su tesis de grado y que lo hizo tras conocer la comunidad de Bellavista en el Golfo de Guayaquil. “Me interesa el cine que cuestiona realidades sociales, memorias colectivas y resistencias invisibilizadas (…). Hacer este trabajo era una forma de  homenaje a todas estas resistencias que se han mantenido en lucha por años en Guayaquil”.

El arte y el cine generan un diálogo con estas problemáticas, anota Camille Enríquez y narra el proceso de Entre mangles y derivas, su concepción, la investigación y los tiempos: Conocí a Adrián, uno de los personajes de mi documental, quien pertenece a la comunidad de Bellavista en el Golfo de Guayaquil y me invitó a visitarla. Cuando acudí constaté su problemática. El despojo por parte de una gran camaronera y el olvido del Estado y del Municipio frente a estas comunidades.

Conocer esta realidad, agrega, le hizo pensar en todas las otras realidades sociales de comunidades que han sido despojadas por empresas privadas o por el propio Estado. “Yo soy de Imbabura, el extractivismo abarca una gran parte de esta provincia, una realidad que afecta mucho no solo a las comunidades, sino a todos por el daño al medio ambiente”.

Camille Enríquez comenta que el título Entre mangles y derivas surge a partir de la memoria colectiva de los comuneros. “Antes de asentarse en el Golfo, lxs primerxs habitantes llegaron desde Posorja, eran nómadas, vivían en una balandra –pequeña embarcación de madera– y se asentaban también en la tierra de Bellavista. Su vida mantiene una estrecha relación con el río Guayas y la pesca artesanal. El agua les provee de alimento y los ha movilizado por años”.

Desde el inicio del proyecto, añade, trató de seguir la línea documental como proceso subjetivo. Partió desde la investigación con pequeños y largos lapsos. “Empecé desde finales de 2018, realicé constantes viajes y a partir de esta frecuencia pude hacer una interacción con la población de Bellavista. Busqué mis propios procesos de estética narrativa. Mi investigación y el encuentro con la comunidad giraron en torno a la etnografía como recurso que se abre a la experiencia de la observación, proponiendo alternativas y formas de experimentación hacia mi propia manera de hacer cine, desafiando las formas de un cine convencional y jugando con los límites entre la objetividad y subjetividad. (…) El documental se nutre a partir de la noción de viaje, una herramienta de la etnografía que tiene que ver con la reflexión de la sociedad donde vivo y que se guía por la empatía desde una crítica cultural”.

La estudiante indica que nunca se imaginó hacer la defensa en línea. “Pienso que es más grata la experiencia de la interacción personal, sin embargo, estas son las instancias que la universidad propuso  y tuve que acatarlas porque conté con las herramientas necesarias para hacerlo”. Y, además de preparar la defensa de su tesis, comenta que durante la cuarentena por la emergencia sanitaria de la COVID-19 ha estado realizando colaboraciones “y ayudando en el post de sonido de trabajos de amigxs. También retomé proyectos antiguos y los estoy revisando para en un posible futuro planear su respectiva producción y seguir haciendo cine desde las instancias y los temas que me interesan”.

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