Miguel Palacios gana Concurso de Dramaturgia “Desde mi ventana”

El ahora egresado de la Escuela de Artes Escénicas intervino en la convocatoria con “Toda la belleza de este mundo”, un texto teatral corto que proyecta el encuentro casual de dos personajes cuyos caminos se cruzan en una Guayaquil posapocalíptica.

Con una tesis en la que abordó una investigación en torno a la relación entre dramaturgia e improvisación en danza contemporánea, Miguel Palacios finalizó hace tres meses sus estudios en la Universidad de las Artes. Recientemente, el ahora egresado de la Escuela de Artes Escénicas ganó el Concurso de Dramaturgia “Desde mi ventana”, organizado por la Asociación Nacional de Artes Escénicas y a cuya primera convocatoria respondieron 50 participantes.

Indica que se enteró del certamen en la página de Facebook de los organizadores. Con la iniciativa, explica, se buscaba crear una antología de textos que tomaran como punto de partida la situación por la que atraviesa el país y el mundo frente al COVID-19, la pandemia, el aislamiento y demás temas asociados. 

“Tan pronto vi la publicación la guardé. Por lo regular no me gusta participar de concursos en donde se deba escribir en torno a un tema, pero desde hace tiempo vengo trabajando en torno al Apocalipsis y el fin del mundo. Es más, mi proyecto artístico de titulación Fracasos 2, desarrollado y estrenado mucho antes de la pandemia, invitaba a lxs espectadorxs a mi departamento, que era a su vez un búnker improvisado durante el fin de los tiempos. Sin embargo, para este concurso tenía pensado participar con un material diferente del cual ya tenía pequeños fragmentos e ideas, en donde un par de personajes se encontraban en un escenario distópico poscatástrofe”.

Agrega que la obra se llamaba originalmente Ananda o Toda la belleza de este mundo, quedando finalmente solo con el segundo título para evitar confusiones. “Es un texto teatral corto que proyecta el encuentro casual de dos personajes, Hernando y Miranda, cuyos caminos se cruzan en una Guayaquil posapocalíptica (…). Cuando escribí la obra no quise hacer referencia a la situación actual, sino más bien ir un paso más allá. Mi punto de partida fue una sociedad golpeada por la tragedia y cómo poco a poco esto nos hizo más insensibles. Aun así, al escribir la obra imaginé la posibilidad de que se desarrolle en espacios abiertos y para todo tipo de público (especialmente niñxs), por lo que –sin llegar a ser aleccionador– esperaba movilizar sentidos e ideas en torno a la belleza en medio del caos”.

Este es el primer concurso de dramaturgia en el que Miguel Palacios participa, pero sí ha tenido presencia en certámenes de otro tipo. “En 2014 gané, junto a mi anterior grupo (Arrastra Teatro), la Maratón del Teatro organizada por el Teatro Sánchez Aguilar; y, en 2015, el premio único del Festival de Artes al Aire Libre en la Categoría de Teatro”. 

Ganar “Desde mi ventana” es para Miguel Palacios un incentivo para seguir escribiendo y ahondando en la dramaturgia desde todas sus posibilidades, desde las formas de escritura más tradicionales hasta ejercicios mucho más experimentales. “Desde niño me ha gustado imaginar historias, pero me cuesta mucho escribirlas. En este periodo de confinamiento he regresado a ese juego de uno con uno mismo, haciendo el esfuerzo por escribir un par de palabras cada día. Es una de mis estrategias para seguir haciendo teatro ahora”.

El concurso fue una manera de organizar e imprimir algo de presión a ciertas ideas, añade y admite que también lo motivó el premio. “Algunas semanas después de iniciar la cuarentena surgieron decenas de convocatorias para concursos, festivales en línea, recopilaciones y demás. Sin embargo, esta era una de las pocas que otorgaban un estímulo económico: $300 al primer lugar y la publicación de la obra. Este premio representa un soporte significativo, ya que al igual que otros artistas me quedé sin trabajo debido a la emergencia sanitaria”.

En su proceso académico, Miguel Palacios, quien homologó parte de sus estudios del ITAE, revela que siempre tuvo amplio interés en el entrenamiento del actor y de la actriz, el movimiento, la teoría teatral y la dramaturgia. “Considero que esta última es uno de los pilares más sólidos de la carrera, teniendo a importantes exponentes locales, al igual que nuevxs creadores de la escena contemporánea”.

Hasta antes de la pandemia, agrega, armaba planes para poder seguir una maestría en el extranjero. “Busco especializarme en áreas que pongan en diálogo el teatro, la danza y la dramaturgia. Sin embargo, no me cierro a nada. Me interesa mucho el cine desde la actuación, pero también desde la escritura de guion y la dirección. También me seduce la teoría. Hasta he imaginado la posibilidad de seguir una carrera distinta a artes que complemente de alguna manera mi profesión, pero ahora mismo es complejo hablar del futuro”.

(En la foto, Miguel Palacios en la obra Pluma y La Tempestad y en el encuentro de improvisación al que asistió en 2019 junto a compañerxs de la carrera de Danza).

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