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Jacqueline Velarde, Dora Agila y Atenea Soria, empoderadas en “Danzón 1942”

“Una sinfonía de movimientos que explora el papel de la mujer en los años 40″. Es Danzón 1942, una producción de la compañía de baile En Avant, cuyo elenco contó con la participación de tres estudiantes de la Universidad de las Artes. Ellas son Jacqueline Velarde, de la Escuela de Artes Visuales, y Dora Agila y Atenea Soria, de la carrera de Danza, de la Escuela de Artes Escénicas, quienes están en noveno semestre y en proceso de titulación.

En Danzón 1942, En Avant lleva a escena imágenes dispersas de la intimidad de las relaciones amorosas, el empoderamiento de la mujer en la revolución industrial (Rosie the riveter, ícono estadounidense del empoderamiento laboral femenino) y el Joie de vivre (en español, la alegría de vivir). Todo suma y le permite al coreógrafo Max McClure reinterpretar los danzones de Márquez con un ojo fresco que sorprende por la originalidad de su coreografía.

Así, acompañados por las composiciones del mexicano Arturo Márquez, ocho bailarines se toman el escenario para interpretar esta música tan representativa de la sinfónica latinoamericana. 

La experiencia de Jacqueline Velarde
Danzón 1942 se estrenó el pasado 21 de octubre, en el Parque Histórico Guayaquil, y para conocer de cerca las respectivas intervenciones de nuestras estudiantes, InfoUArtes contactó a las tres antes de la puesta en escena, mas solo Jacqueline Velarde respondió días después. Ella comparte detalles: “Mi participación fue la de representar por medio del movimiento e interpretación a las mujeres que reconocen su valor y se llenan de poder para salir adelante. Esa mujer empoderada e independiente de los años 40, en la época industrial. Mujeres que comenzaban a alzar su voz y a mostrar que eran capaces de ser grandes y cumplir todo lo que se propongan”.

Agrega que, indistintamente de las obras que sean, “los bailarines nos apropiamos del papel que se nos dispone y lo encarnamos en la puesta en escena. Pero, a diferencia de otras obras (en las que ha intervenido), esta me identifica; por ser mujer, por querer más libertad para nosotras, por querer inspirar a las demás mujeres, porque quiero mujeres vivas, llenas de valor para comerse al mundo sin temor a que les pase algo. Y por todas esas mujeres a quienes les apagaron su vida”.

Comenta que la obra se la viene desarrollando y presentando desde noviembre de 2020, en el Estudio Paulsen (Guayaquil) junto a la muestra del videodanza B.I.O.S., en el que también tomó parte. En el escenario, Danzón 1942 cuenta con tres piezas; un dúo, un cuarteto y un grupal llamado Las máquinas. “La idea principal de una de las piezas fue generar efectos de una fábrica; de sus trabajadores, proceso de creación de los productos y maquinarias pesadas. En el debut de la obra solo participé en la pieza de Las máquinas”.

Para esta ocasión, Danzón 1942 se presentó junto a una nueva pieza llamada Hayden también creada por el coreógrafo Maxwell Foster. “Dos propuestas diferentes, cambiantes en emociones y expresiones. Hayden tenía un toque cómico, de juego, broma e ironía entre los bailarines y danzones. Al inicio mostraba un carácter sumiso de la bailarina (representando a la ama de casa de la época), para luego pasar al empoderamiento femenino en la sociedad”.

La puesta en escena le dejó, anota Jacqueline Velarde, una nueva experiencia, por el lugar y el espacio. La presentación se hizo sobre una tarima al aire libre, “al contacto de la naturaleza y al lugar. Esta vez me apropié tanto de mi representación que no sentí nervios en el escenario. Me sentí segura de lo que hacía y muy feliz por esta gran oportunidad que me da la vida de seguir haciendo lo que amo con el apoyo de mis maestros Jessica Abouganem, Max Foster y Cindy Cantos (docente de la UArtes) y junto a maravillosos bailarines”.

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