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Estudiantes de PAH dieron en la FIL un taller de creación de cuentos a través de pictogramas; son parte de Ánima

En la novena edición de la Feria Internacional del Libro de Guayaquil, el colectivo Ánima, integrado por estudiantes de la carrera de Pedagogía de las Artes y Humanidades (PAH) que la Universidad de las Artes comparte con la UNAE, dictó el taller “Creación de cuentos a través de pictogramas”. Estuvo dirigido a los alumnos de las instituciones educativas que visitaron el Centro de Convenciones de Guayaquil y tuvo lugar el 22 de septiembre. La FIL se inició el miércoles 20 y concluyó ayer.

Ubicadas en la sala Baquerizo Moreno del recinto ferial en mención, Evelyn Quizpe, Andrea Yanza, Jemina Jara, Katherine Uruchima, Valeria Uzho, Atalía Guaraca y Nathaly Tucuri iniciaron la capacitación señalando que los pictogramas son dibujos o gráficos que ayudan a relacionar ideas, objetos y conceptos. Son disparadores para la creación de historietas, cuentos o poemas, los cuales, incluso hacen que una lectura sea más entretenida.

Las talleristas dieron la libertad a los colegiales para que realizaran diferentes clases de historias haciendo uso de diferentes pictogramas, entre otros, un caballo, un bebé y una casa. La unión de estos permitió crear una historia relacionada. Al concluir el ejercicio creativo, los alumnos, por iniciativa propia, compartieron sus historias con sus compañeros, generando admiración por su inventiva.

En un corto receso, Katherine Uruchima, quien cursa el séptimo semestre de la carrera de Pedagogía de las Artes y Humanidades, dialogó con InfoUArtes. Dijo que el taller es el resultado de un proceso creativo desarrollado en la Sala Ría de la Biblioteca de las Artes, de igual forma, con estudiantes de colegios de varias edades. Los talleres creativos que desarrollan, agregó, se trabajan con pintura y materiales reciclados y el detalle de los procesos constan en el libro “Recursos artísticos y didácticos” que editaron con el docente Jorge Tigrero, quien dirige el proyecto de vinculación con la comunidad que también se llama Ánima.

Luego del taller, en ese mismo día y sala, el libro iba a ser presentado. Uruchima agregó que en la obra está el paso a paso de los talleres, un gran recurso didáctico para quienes los quieran replicar impartiéndolo. “Allí detallamos el taller de pictogramas, que sirve para agrandar la imaginación de los niños y jóvenes”, expresó.

De su experiencia como tallerista, a Uruchuma preguntamos ¿quiénes disfrutan más de este tipo de aprendizaje? Ella respondió que a los niños les agrada la pintura y que los adolescentes prefieren los pictogramas. “Como talleristas brindamos pautas específicas, sin embargo, son ellos quienes tienen la libertad de crear. Nosotras no prohibimos nada, damos libertad a todos los procesos creativos”.

En los laboratorios, agregó, han aprendido la aplicación de metodologías. “En los ambientes de aprendizaje es importante esto antes de impartir un taller, pues podemos toparnos con un ambiente ambiguo que no favorezca a la creación de talleres. Un ejemplo son los talleres de la Sala Ría, cuyo ambiente es muy colorido, con visibilidad y herramientas.

Los talleres impartidos han tenido mucha acogida, refiere la integrante de Ánima, quien sostiene que “a través de las artes ponemos en diálogo nuestras experiencias de vida junto con las académicas, así ponemos en práctica nuestra enseñanza a partir de la literatura y otras ramas del arte. Por lo tanto, invito a la comunidad a estudiar Pedagogía de las Artes y Humanidades, pues es una carrera muy enriquecedora”, concluyó.

Cobertura: Michael Medina Chalco, estudiante de la Escuela de Literatura.
Fotos: Cortesía Jorge Tigrero y colectivo Ánima.

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