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“El piano en la música tropical”

La música y los ritmos tropicales tuvieron protagonismo en la segunda jornada de Piano ma non solo, hoy, miércoles 18 de octubre. Es la séptima edición de una cita organizada por la Escuela de Artes Sonoras, la cual se presenta como un puente entre la tradición y la contemporaneidad, conectando a artistas nacionales e internacionales con la comunidad universitaria y público en general.   

El punto de encuentro para la charla “El piano en la música tropical” fue la Sala de Experimentación Sonora, ubicada en el MZ14 Centro de Producción e Innovación UArtes, la cual resultó pequeña para la cantidad de estudiantes y docentes que acudieron para escuchar a Luis Izurieta, pianista, arreglista y director musical con más de tres décadas de trayectoria.

“Los asientos están llenos, ¿habrá algún problema si faltan sillas y espacios?”, preguntó a los presentes Andrey Astaiza, director de la EAS. No hubo respuesta por el rápido ingreso de los estudiantes. Unos, efectivamente, se quedaron de pie, y otros optaron por sentarse en el suelo con tal de escuchar la exposición.

Previa a su intervención, Luis Izurieta, quien dirige la Banda de Músicos del Municipio de Guayaquil, pidió un minuto de silencio por el fallecimiento de la soprano ecuatoriana Astrid Achi registrado el pasado 13 de octubre. Seguidamente inició su charla señalando que para hablar del instrumento musical y su rol en ritmos alegres es conveniente oír para diferenciar los ritmos y luego emplear las técnicas apropiadas para realizar una nueva versión o arreglos respectivos.

Izurieta anotó que el piano en ritmos como la salsa debe trasmitir calidez en el sonido, se remontó a las décadas del 50 y 60 y refirió que la salsa también tenía sensibilidad, así como el merengue y la cumbia (…). El músico tomó pausa y cedió el micrófono a su asistente, quien es su sobrina, y pidió un voluntario para que lo ayude con un ensamble. Andrés Echeverría Rizzo, estudiante de Escuela de Artes Sonoras, y quien ha colaborado con la universidad en presentaciones en actos solemnes, ofreció el apoyo, ganándose el aplauso del público.

El director musical explicó lo que es un montuno y su relación con el piano: una comunicación de dos elementos rítmicos capaces de generar una visión para la evolución del sonido. También sobre compases partidos en corcheas, usados en otros ritmos como el merengue.

Tres son las líneas marcadas al trabajar el piano con el género salsa: 1) salsa portorriqueña o salsa dura, 2) salsa colombiana o comercial y 3) salsa neoyorkina o salsa de la calle. Estas composiciones son variantes de la salsa romántica y el montuno de salsa poco a poco va evolucionando en temas sociales, así como para su entonación se usa una octava.

Cuando el montuno se trabaja en do menor y sol séptimo, dijo y añadió hay una armonía extensa; en la música ecuatoriana su enfoque es permanente, se pueden hacer arreglos para insertar la salsa. Como ejemplo puso “El alma en los labios”, pasillo popularizado por Julio Jaramillo, el cual tuvo mediante en el piano otra tonalidad gracias a una alteración causada por la tecla corchete.

Los presentes escuchaban con asombro la nueva versión del pasillo y se resaltó la enorme armonía lograda por Izurieta, quien de sus recuerdos compartió que la primera vez que lo interpretó lo hizo con su padre y en el piano.

Para finalizar su charla, Luis Izurieta dijo a los alumnos que estudiar música es una carrera de muchos sacrificios, que viajarán hacia muchos pueblos y ciudades, donde siempre aprenderán para transmitir a la mirada, a la armonía.

Texto: Michael Medina Chalco, estudiante de la Escuela de Literatura.

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