Organizado por el Departamento Interdisciplinario de Espacio y Población (DIEP) de la Universidad de Cuenca, se desarrolló del 17 al 19 de julio en la capital azuaya el “lll Simposio de Espacio, Población y Sostenibilidad”, cita a la que nuestro rector, doctor William Herrera, fue invitado a participar para dictar junto a la rectora de la institución anfitriona, doctora Augusta Hermida, una de las conferencias introductorias enmarcada en los retos y perspectivas de la interdisciplinariedad.
Cabe anotar que, el DIEP de UCuenca celebra en este 2024 diez años y con el simposio buscó reflejar esa década de aprendizajes y avances, abordando las temáticas Habitar, Subsistir, Convivir y Crear como horizonte y reto, centrándose en puntos donde las dimensiones económicas, sociales, ambientales y culturales de la sostenibilidad se integran en la vida cotidiana de las personas.
En su intervención, el doctor Herrera reflexionó acerca de “¿Cómo se expresa la interdisciplinariedad en contextos institucionales?”, pregunta que dijo interpretar a partir de la experiencia individual y colectiva que ha significado participar en la construcción de la Universidad de las Artes del Ecuador.

La creación por Ley de la UArtes en 2023 se inscribe en un entrelazamiento de diversos acontecimientos desde hace casi un siglo, en los que constan iniciativas impulsadas por artistas y formadores de artistas que han activado procesos de enseñanza y luchado por su reconocimiento. En el caso guayaquileño, la fundación en 1925 de la Escuela de Bellas Artes o la apertura en 1941 de la Escuela Municipal de Artes Plásticas, convertida tres décadas después en el Colegio Municipal de Bellas Artes Juan José Plaza, y en la puesta en marcha del Instituto Superior Tecnológico de Artes del Ecuador, que se creó a inicios del siglo XXI y aportó con infraestructura y propuestas curriculares, así como con la circulación, transferencia y presencia de sus propios artistas-docentes, personal administrativo y estudiantes, quienes tras un amplio proceso de homologación formaron parte de las primeras promociones de las licenciaturas en Artes Visuales, Creación Teatral y Producción Musical.
Se conecta también con la historia de procesos de formación superior en artes, como la Facultad de Artes de la Universidad Central o la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca, siendo instituciones donde se formaron –a nivel de grado y posgrado– varios de los artistas docentes que fundaron y trabajan hoy en la Universidad de las Artes.
El rector sumó los procesos de educación no formal, como los talleres de escritura y grabado y los laboratorios de teatro, que dejaron huella en los sectores artísticos y culturales de Guayaquil y del país, y que fueron determinantes para romper con las categorías decimonónicas de “alta cultura” y “baja cultura”. El relato histórico podría expandirse e inscribir a la Universidad de las Artes en la historia de los procesos de formación superior en artes de América Latina, de Cuba, Colombia y Argentina, subrayó.

Agregó que la creación de la UArtes se materializa en un contexto político, social e institucional determinado, en el que se crean tres otras universidades públicas: la Universidad Nacional de Educación, en la provincia del Cañar; la Universidad Regional Amazónica IKIAM, en la provincia de Napo; y la Universidad Yachay Tech, en la provincia de Imbabura.
La creación de estas cuatro universidades públicas se caracteriza por la reforma del Sistema de Educación Superior, en particular durante el gobierno de Rafael Correa, que se produce, además, tras un periodo de más de quince años, caracterizado por un crecimiento exponencial de nuevas universidades particulares autofinanciadas. (…) La creación de estas cuatro universidades públicas fue concebida como una de las estrategias para fomentar nuevos ecosistemas de innovación, una economía del conocimiento y en el caso específico de la UArtes como una pieza clave en los esquemas de fomento de emprendimientos e “industrias culturales”, concepto que se moviliza con frecuencia en los últimos tiempos en los círculos de la política cultural del país, pero que está muy alejado de las heterogéneas realidades económicas de los sectores artísticos y culturales del país.
Ante el desafío de la valoración de las formas de conocimiento sensible y la puesta en valor de lo singular de la investigación artística, la UArtes propone un marco que integra la indagación no solo sobre las artes, sino en particular en artes, para las artes y a través de las artes, como una fuente legítima de conocimiento y un recurso reflexivo que tiende a la efectiva ampliación de las fronteras de la enseñanza superior en artes por la vía de la experimentación constante.

El rector William Herrera también se refirió al Modelo Educativo Pedagógico UArtes, que ha representado casi diez años de discusión y se fundamenta en tres pilares esenciales: sentipensar, saber cuidar y saber crear. El “sentipensar” hace referencia a la exploración y reflexión sobre las emociones, experiencias y sensaciones y al uso de esa información como fuente de creación y conocimientos, permitiendo explorar a través de herramientas y técnicas artísticas desde los distintos ámbitos, físicos y metafísicos, y plantear preguntas críticas, como nuestra construcción como seres individuales y en relación con lxs otrxs.
El “saber cuidar” nos envía a una ética del cuidado. La educación, especialmente desde las artes y la educación sensible, se compromete con el mantenimiento y la valoración de la vida y el trabajo en todas sus manifestaciones, incluyendo la creatividad, las sensibilidades, las relaciones afectivas y las incidencias del conocimiento en la sociedad.
El “saber crear” enfatiza que el conocimiento no solo se adquiere a través de procesos abstractos, sino de experiencias directas y concretas, y que la potencialidad de aprender está tanto en el sujeto como en la colectividad que experimenta, desde sus múltiples dimensiones. Los enfoques interdisciplinarios permiten a los estudiantes abordar problemas complejos desde múltiples perspectivas, equipándolos con habilidades prácticas y un entendimiento amplio y crítico del mundo.
Todo esto toma sentido, en el caso de la Universidad de las Artes, cuando está profundamente vinculado a dos dimensiones claves que nos conectan con la sociedad ecuatoriana: la interculturalidad, es decir, la promoción de modelos de convivencia cultural, de aprendizaje y de desarrollo de los saberes basado en el respeto, la aceptación y la interacción enriquecedora con el otro, con lo distinto; y el ejercicio de los derechos culturales. Finalmente, la principal apuesta es construir una universidad que defienda y promueva una agenda por los derechos: el derecho a la educación, a la cultura, al ocio, a la vida y a una vida digna.

Fotos: cuenta de la red social de Facebook de la Universidad de Cuenca.