La curaduría inquietó a Ivanna Santoro desde su primera clase de Artes Visuales

Cuando Ivanna Santoro se graduó en la Escuela de Artes Visuales de la Universidad de las Artes indica que no había los itinerarios que ahora y por ello optó por lo teórico. Lo comenta para sustentar que desde que decidió estudiar en la UArtes se interesó por la curaduría y la manera en que se puede llevar a escena la obra de un artista.

“El curador viene a ser como un cómplice del artista en todo el proceso para la exhibición que prevé realizar. Siempre me llamó la atención eso y en el libro ‘Curacionismo’ –del crítico, editor y profesor de arte canadiense David Balzer– recuerdo haber leído que era sumamente importante para un curador tener una licenciatura en Artes Visuales, pues también toca hacer obra. Es lo que hice durante mi preparación académica en la UArtes, aunque siempre insistí en el empeño de hacer curaduría”, afirma.

Hacer obra le permitió entender la sensibilidad del artista. Lo experimentó en ella y lo vio en el trabajo de sus compañeros, ayudándola a materializar sus anhelos en la posibilidad de asumir la parte curatorial. Que le gusta mucho enfocarse en la museografía, revela, pues considera que los textos de sala tienen que ser amigables para el público en general, llevándolo incluso a plantearse inquietudes; como un pequeño abrebocas para el cuestionamiento.

La muestra del artista y alumnus Luis Chenche en el MAAC es una de las más recientes exposiciones a las que Ivanna Santoro hizo curaduría. Se titula “Subversión: Estructuras más allá de lo visible” y como señala en su texto curatorial, la propuesta es un espacio de reflexión, donde la línea entre lo visible y lo invisible se difumina, permitiendo ver más allá de lo evidente. “(…) En el uso de sus líneas topográficas muestra y cuestiona la fragilidad de las estructuras físicas y, por extensión, las sociales, siempre como visiones de las debilidades de las ciudades modernas o sus espacios ruinosos”.

Santoro agrega que en la exposición de Chenche pudo explorar en la museografía, utilizando elementos como las estructuras que soportan sus piezas y las maderas recicladas. “Hay un diálogo directo con el espacio donde está siendo expuesta la obra, el MAAC, que tiene parte de su infraestructura en remodelación, haciendo interesante tomar esos materiales que iban a ser desechados –como pedazos de madera–, para reutilizarlos. Fue una resignificación de material que son escombros y ruinas”. 

La práctica artística de Luis Chenche se inspira mucho en andar y caminar la ciudad “y a eso se invita a quienes acuden a visitar la muestra. También a acercarse, alejarse, mirar, sentarse…”, refiere Santoro, quien ha realizado a la fecha alrededor de diez curadurías. Entre otras, las muestras de Tue Miranda, en el Museo Nacional del Cacao, y Janio Navarrete, en Espacio Onder. “Mi primera curaduría fue en la UArtes y desde entonces he aprendido mucho. Un montón, diría, y me doy cuenta también de que (cada curador) tenemos nuestros intereses. Yo vengo también del teatro, por ejemplo, y es quizás por ello que considero súper importante la parte museográfica. Me interesa mucho que la muestra sea más interactiva”.  

Que no hay que tenerle miedo al arte, expresa Santoro, por cuya razón, como en el caso de “Subversión: Estructuras más allá de lo visible”, siempre está invitando al público que visita las exposiciones a recorrerlas. Manifiesta que recientemente estuvo en una exposición de pintura en Quito, lo cual le resultó un reto porque ya no le resulta tan estimulante ver muestras solo de pintura; se pudo, no obstante, hacer un juego museográfico interesante e inmersivo, al punto de que gente llegó a llorar en la exhibición. “Allí es cuando veo lo importante que es la puesta en escena para que la pieza de arte se disfrute y analice, y sea un disparador de pensamiento crítico”. 

Ivanna Santoro tiene 29 años y confiesa que siempre ha trabajado en la producción, lo cual disfruta mucho y la ha llevado a trabajar sin pensarlo mayormente, como en un proceso muy intuitivo. Recientemente hizo un diplomado de educación artística, pero confiesa sentirse en pañales y tener aún mucho que aprender. “La museografía es un campo que requiere de mucha exploración”. 

A los estudiantes que tienen interés por la curaduría, y de su experiencia, Santoro les indica que como curadores hay muchas formas de hacerlo. “Unos son más históricos y sitúan al artista en un contexto, otros somos un poco más interactivos e inclinamos por cómo se va a vivir la exposición. Además, creo que hay que lanzarse. La primera curaduría que hice fue una exposición de arte urbano. Aprendí haciendo, desde pintando las paredes hasta poniendo los clavos, proyecciones, cédulas. Lanzarse sin miedo, que en el camino y en constante preparación se va aprendiendo”.

Texto y foto: Carmen Cortez/Dircom. En la portada, Ivanna Santoro con el artista Luis Chenche; la imagen en la que aparece sola la proporcionó la curadora.

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