“Literatura Artística y Didáctica de la Lengua”, los talleres que estudiantes dictaron en el marco del proyecto “PAZ”

“Cuando los niños vienen nos enfocamos en cómo ellos desarrollan y estimulan la parte cognitiva, su estimulación tanto motriz como fina; analizamos su comportamiento y hacemos ejercicios musculares, en especial de manos y dedos, para, entonces, empezar con los talleres. Cada semana venimos con una propuesta diferente e involucramos la lectura de cuentos”.

Así describe Mayerlin Cortez Zambrano la puesta en práctica de los talleres que junto a sus compañeras de carrera desarrollan en la Biblioteca de las Artes, en el marco del proyecto de vinculación con la sociedad “PAZ: Pedagogías en artes para la transformación social de sectores en condición de vulnerabilidad”, que dirige el docente Jorge Tigrero.

Los talleres en mención son “Literatura Artística y Didáctica de la Lengua” que Mayerlin Cortez imparte a niños y niñas junto a Rebeca Toala Menéndez. Tienen lugar en la Sala Ría, donde también participan como talleristas Julissa Díaz Landeta y Marisol Duchi Franco. Todas cursan sus estudios en la Escuela de Literatura de la Universidad de las Artes.

El diálogo se suscitó este 27 de junio, en el último de los talleres que arrancaron en mayo pasado. Las talleristas les propusieron a los pequeños elaborar títeres, una manualidad fácil de desarrollar que los anima no solo a crear con materiales de reciclaje, sino con mucha imaginación. El taller, agregó Mayerlin Cortez, no fue pensado para niños y niñas de una edad específica, pues ellas acuden a la Sala Ría y allí dialogan con padres y tutores que acuden con sus pequeños para que participen de las actividades.

Los títeres que enseñaron a confeccionar fueron elaborados con medias y objetos de reciclaje que generalmente hay en casa. “Queremos que los niños se sientan cómodos y puedan escoger los colores y materiales que hemos traído para adaptarnos a su modalidad, siempre vemos sus necesidades”, dijo la estudiante, quien junto a Rebeca Toala cursan el quinto semestre de la Escuela de Literatura.

Igualmente, Julissa Díaz y Marisol Duchi buscaron finalizar los talleres con una propuesta lúdica que permita a los niños y niñas aprender divirtiéndose. Ellas llevaron objetos reciclados para con la fusión de vinagre y bicarbonato de sodio formar un volcán. “La idea es que se desestresen y se sientan en libertad de acción. Dependiendo de la cantidad de niños los agrupamos y los invitamos a pintar con colores y armamos rompecabezas”.

Díaz y Duchi contaron que son 64 las horas de vinculación con la comunidad que deben cumplir y que ser parte del proyecto “PAZ” les ha dejado gratas experiencias, conocer cómo y qué piensan los niños, pues cada uno tiene una forma de actuar. Esos aprendizajes las han ayudado en lo profesional y personal, coincidieron.

Rebeca Toala comentó, por su parte, que cuando Jorge Tigrero les propuso dar talleres ellas venían desde el semestre anterior dándolos en la Sala Ría. Lo hicieron cuando el proyecto de vinculación con la sociedad se llamaba “Ánima”. “Pasó a llamarse PAZ porque tiene mucho que ver con el contexto social que está ocurriendo actualmente en el país. Hay mucha delincuencia e inseguridad y esta propuesta, conectada a la educación y a la enseñanza a los niños de diversas áreas dentro del arte, es importante. Va muy de acuerdo con la enseñanza del derecho de las artes para los ciudadanos en general, pero especialmente para los niños”.

Añadió Rebeca Toala que ella también ha aprendido en los talleres, pues ha debido pensar cómo enseñar artes a los niños y qué cosas pueden aprender en ese contexto. “Nos ha llevado a la democratización del arte, los niños ahora saben que no es lejano a ellos y que, por el contrario, es una herramienta a la que puedan acceder para expresarse y hablar de lo que sienten”.

De la experiencia anterior, Toala indicó que al inicio hicieron una planificación, pero para los talleres desarrollados junto con Mayerlin Cortez les resultó un poco más fácil. “Ahora lo que quisimos hacer fue poner todos los talleres que queríamos dar y creíamos podían enseñarles a los niños a tener una buena memoria de ellos. Así, para que cuando crezcan piensen que alguna vez participaron en un taller en la Sala Ría de la Biblioteca de las Artes y quienes lo impartieron nos recibieron bien e hicimos cosas divertidas”.

Manifestó también que el taller de vinculación que estaban concluyendo se les cruzó con la participación que con Mayerlin Cortez tuvieron en el Encuentro de Niños & Niñas en las Artes. La gestora cultural Zully Ordóñez, a cargo de la Sala Ría, las invitó a sumarse a la programación. Es así como pensaron en el cuento “El gallo que no se callaba”, que en algún momento escucharon en uno de los podcats de radio UArtes, donde se cuentan cuentos, y decidieron recrearlo. Cortez fue el alcalde y Toala el gallo, los cuales caracterizaron con máscaras.

“A los niños les gustó y fue emocionante ver cómo se vincularon a nuestra dramatización, incluso hicimos dos gorras de pollitos para que estuvieran al lado del personaje”, señaló Toala.

Marisol Duchi indicó culminar el taller con muchos aprendizajes, como ser paciente y escucharlos; disfrutó ver cómo han dejado volar su imaginación y creación al compartirles actividades para que pudieran expresarse.

Julissa Díaz y Marisol Duchi indicaron que en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), con el cual “PAZ” ha venido trabajando, recibieron capacitaciones para poner en marcha otro proyecto para la comunidad, el cual –adelantó– es cultural y habla de los derechos humanos y la educación. Será multidisciplinario porque junto a estudiantes de la Escuela de Literatura estarán de la Escuela de Artes Escénicas.

Texto y fotos: Carmen Cortez/Dircom.

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