Los otros escenarios de “Fantasmas en la máquina”: taller de Posgrados y cine MZ14

La meta que la Maestría en Artes Visuales y Nuevos Medios se planteó, para que en cada cierre de semestre los maestrandos puedan hablar de su trabajo y procesos, volvió a cumplirse con la muestra “Fantasmas en la máquina”, inaugurada en tres escenarios: la sala de exposición La Rotativa del patrimonial edificio El Telégrafo y el taller de Posgrados y el cine, ubicados en el MZ14 Centro de Producción e Innovación UArtes.

El artista Ilich Castillo, docente y coordinador de la maestría de la Escuela de Posgrado UArtes, anota que la exposición de procesos que se inauguró el pasado 21 de agosto, y que permanecerá abierta hasta este sábado 30, corresponde a la culminación del primer año del programa de cuarto nivel y son parte de dos clases claves para el proceso: Campo Expandido y Nuevas Tecnologías, que dicta el docente Gonzalo Vargas, y Metodologías de la Investigación Transdisciplinar, a su cargo.

Añade que ambas asignaturas están vinculadas a procesos de investigación, razón por la cual los maestrandos fueron acompañados para poder ir puliendo sus trabajos en un ejercicio de cara a la tesis, cuya exposición final será en febrero próximo. Cabe anotar que, en el cierre del primer semestre del programa de posgrado, se realizó un simposio articulado con la curadora e investigadora independiente mexicana Doreen Ríos.

Arriba, el coordinador de la Maestría en Artes Visuales y Nuevos Medios, Ilich Castillo, en la inauguración de la muestra; abajo (izq.) lo presentado en el cine y (der.) la charla a inicios de año con la mexicana Doreen Ríos.

En una entrega anterior, InfoUArtes abordó la muestra de procesos que tuvo como espacio expositivo La Rotativa de El Telégrafo y se presentaron los trabajos de Iván Basurto, Jimmy Lara, Gabriel Arroyo Gallardo, David Moncayo, Fernando Falconí, Jorge Chay Velasco, Silvia SYL Quezada, David Barberán Cevallos y José Luis Espinoza. En esta ocasión, junto con un artículo de Ilich Castillo al que tituló “Días de polvo y pixeles”, compartimos en detalle las obras de Mariví Suárez, Andrea Moreira, Enrique Landívar y Pedro González.

En su texto, Ilich Castillo expresa: La Maestría en Artes Visuales y Nuevos Medios de la Universidad de las Artes es un espacio de formación transdisciplinar que convoca a artistas provenientes de diversos campos de producción. Con un modelo híbrido que combina entornos presenciales en Guayaquil –talleres, laboratorios y espacios de exhibición–, el programa impulsa la experimentación con tecnologías en un sentido amplio, promoviendo la incorporación no solo de saberes científicos y estéticos, sino también de tecnologías tradicionales y prácticas innovadoras de creación.

Como balance de un año del programa, la exposición “Fantasmas en la máquina” presenta instancias procesuales que exploran la relación entre lo material, lo espectral y las proyecciones de futuros posibles. Instalada como pretexto nuclear en la antigua máquina de impresión rotativa del diario El Telégrafo, en Guayaquil, la muestra convierte un lugar de ecos históricos en un escenario para la creación contemporánea local, apostando, desde sus propuestas, por potencialidades disruptivas que, en palabras de Bojana Kunst, nos recuerdan que el arte “no solo habita el presente, sino que anticipa futuros al trabajar con las tensiones de lo material y lo invisible” (The Life of Art, 2023).

Las obras –que, entre otras estrategias, incluyen proyecciones audiovisuales, estructuras táctiles, outputs sonoros y renders performáticos– dialogan con un conjunto de complejidades inscritas en una glocalidad marcada por los desafíos de los tiempos posnormales. Estos elementos funcionan como motores internos que se manifiestan en el cuerpo de las propuestas, articulando lenguajes sensibles en respuesta a un presente tensionado.

En el marco del máster, la presente muestra promueve, en paralelo, la comparecencia de instancias investigativas que vinculan la práctica de creación artística con modos de enunciación que no se limitan a los desenlaces académicos tradicionales, sino que además sugieren expandir y nutrir dichos formatos. A modo de punta de iceberg, este catálogo documenta la sinergia de este proceso formativo, evidenciando los imaginarios de sus proponentes, atentxs siempre a una interlocución que incorpora tecnología ampliada en contextos adversos. “Fantasmas en la máquina” no ofrece respuestas cerradas, sino preguntas sobre el rol del arte y la técnica en un país en constante crisis, proyectando temporalidades que desafían lo establecido.

La muestra, agrega Ilich Castillo, lleva a habitar un espacio donde la rotativa dialoga con los procesos de lxs maestrantes e invita a reflexionar sobre cómo las materialidades, lo espectral y los saberes diversos dan forma a un arte que pone en sospecha la realidad, que abre resquicios para pensar nuevas formas de imaginar y habitar el Ecuador actual.

Obras en el taller de Posgrados y el cine

Mariví Suárez: “Confesionario (Primera fase: display de procesos)”. La obra es un habitáculo de pino que requiere de la performatividad para el despliegue de los pecados. Es un espacio de apertura controlada, donde las intimidades se comunican al Cosmos en busca de absolución. Actúa como un puente semántico entre lo terrenal y lo cosmológico, entre lo individual y lo colectivo-globalizado. La propuesta piensa sobre la personalización de los espacios íntimos y cómo las dinámicas de consumo capitalista han penetrado en ellos, afectando nuestra capacidad de transformar la realidad. Propone una reflexión sobre nuestros espacios domésticos cuando estos albergan una línea directa con herramientas de colectivización. ¿Cómo cambia un cuarto cuando tiene una computadora con internet adentro? y cómo se organizan los objetos que orbitan en torno a ese portal digital.

Enrique Landívar: “Magna Sceletus S1. Pointcloud audioreactivo de escaneo 3D. Render equirectangular 8K para realidad virtual”. La rotativa King Press, un cuerpo oxidado del año 1987, es una máquina de imprenta hoy obsoleta que perteneció al antiguo diario El Telégrafo. Mediante escaneo 3D y realidad virtual, se activó una simulación del interior de la sala de La Rotativa, donde los ojos del espectador navegaron en cámaras virtuales que orbitan alrededor de la máquina, moviéndose entre partículas audio-reactivas que responden a un paisaje sonoro de engranajes con un estilo de ruido blanco industrial.

Landívar anota en la descripción que Jean Baudrillard señalaba que, en la era del simulacro, la realidad ya no es la que representa, sino que la simulación puede crear una nueva realidad. En ese sentido, la obra expone una perspectiva cuya función de escultura o documento histórico pasa a ser una reinvención expandida de la máquina, a partir de desintegrar su materialidad en partículas virtuales que se corresponden con la desintegración simbólica que ha sufrido el mundo analógico frente a la preeminencia de lo digital. En esta realidad, la rotativa King Press ya no es solo un esqueleto nostálgico de la vida predigital, sino un cuerpo vivo y transhistórico que se reactiva al ser intervenido y situado en un entorno virtual.

Andrea Moreira: “El panal”, instalación con malla hexagonal y video mapeado. Forma parte de Sur’hae como contenedor y estructura viva compuesta por módulos hexagonales que, al ser mapeados con video abstracto, revelan destellos de un ecosistema interior. Las proyecciones no representan una mirada humana, sino que simulan una percepción más–que–humana: fragmentada, acelerada y abstracta. No buscan ser comprendidas desde el ojo humano, sino provocar un estado de sintonía sensorial, donde el color predominante, el ritmo y la abstracción construyen una narrativa no verbal.

“El panal” se presenta como un umbral, un cuerpo poroso y vibrante desde el cual pensar formas alternativas de coexistencia y comunicación interespecie. Algunos hexágonos vibran con imágenes en movimiento, mientras otros permanecen vacíos, como silencios visuales. La obra evoca la resonancia de un organismo colectivo donde fragmentos, presencias y ausencias coexisten en un mismo cuerpo, invitando a habitar la tensión entre lo visible y lo oculto.

La artista y funcionaria UArtes, graduada en pregrado en nuestra institución, también presenta en la muestra “Ser piel con el árbol”, una foto-performance que propone un gesto de fusión simbólica y material con lo vegetal. La acción parte de tomar moldes de la corteza del ceibo, un árbol cuya piel está cubierta de espinas, pero también de dejar que esa misma piel incida directamente sobre el cuerpo humano. Más que una operación unidireccional de copia, el trabajo plantea un encuentro recíproco: no solo envolver el cuerpo con las texturas del árbol, sino permitir que el árbol inscriba sus propias marcas e incisiones sobre la piel humana. La pieza abre así un espacio de cohabitación sensible donde ambos cuerpos, árbol y humano, interactúan y se transforman mutuamente.

Pedro González, ZUNTRALOG: Video experimental telemático en sala de cine. Tela sublimada 5 metros, Cctv en directo, imágenes archivo El Telégrafo, rotativa edificio El Telégrafo, cine MZ14. Colección Fundación MIchugo Dorado. Si lo entiendes, pierdes… Cuaderno de proto-ideas en proceso, Dr. Rupert von Mandráke.

Los laberintos del ITXIREN se encarnan como esculturas impresas en 3D. No son mapas ni rutas: son cristalizaciones sensibles de trayectorias gráficas inscritas por los TKNMN en NOUSMAGNUS, esa red rizomática de conciencia distribuida. Bajo la luz negra, estas estructuras parecen susurrar. Cada curva conserva una vibración afectiva. Cada intersección, una interferencia apenas audible, pero palpable.

ZNTRLG se despliega desde los archivos del diario El Telégrafo, activando una arqueología del glitch. Portadas intervenidas, collages manuales, señales fragmentadas y grabaciones cruzadas transforman el archivo en un campo de tensiones entre lo que quiso ser preservado y lo que, tarde o temprano, se desvanece.

Si lo entiendes, pierdes… no es una advertencia ni un enigma. Es una apertura: a soltar la necesidad de cierre. A habitar lo que queda suspendido. A dejar que la obra nos atraviese, no por lo que afirma, sino por lo que persiste. Lo que aquí se propone no busca clausura. Ni debería. Es apenas un cuaderno de proto-ideas: zonas de tensión, fragmentos de código afectivo, mapas sin huella fija.

El Dr. Rupert von Mandráke –¿persona, espectro, artefacto, ficción curatorial?– firma este manifiesto como quien arroja una trampa leve: no para esclarecer, sino para sacudir. Porque en estos territorios tecnopoéticos, quien insiste en entender… ya ha comenzado a extraviarse.

Texto y fotos: colaboración de Ilich Castillo, coordinador de la Maestría en Artes Visuales y Nuevos Medios.
Edición: Carmen Cortez/Dircom

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