Fernando Calle explora con “Necrosis” vínculos entre el cuerpo humano y los espacios arquitectónicos en abandono

“Necrosis” es una propuesta pictórica que investiga los vínculos simbólicos y formales entre el cuerpo humano y los espacios arquitectónicos en abandono. La serie parte de la analogía entre las estructuras urbanas deterioradas y los procesos biológicos de desgaste, enfermedad y transformación del cuerpo.

El autor del proyecto es Fernando Calle, egresado de la Escuela de Artes Visuales, con mención en Creación e Investigación Pictórica, quien lo presentó e inauguró como muestra de titulación el pasado 14 de agosto en el Museo Municipal de Guayaquil. Inicialmente, la obra permanecería hasta el próximo 30 de septiembre, no obstante, su fecha de cierre será el 11 de octubre.

Es a través de la pintura, el dibujo y la escultura que Fernando Calle construyó “escaneos visuales” que revelan las huellas del tiempo en los muros, las superficies agrietadas y las texturas corroídas. Inspirada en las imágenes de resonancias magnéticas, la propuesta utiliza una paleta cromática intensa y segmentada que funciona como herramienta de diagnóstico, permitiendo visibilizar las “anomalías” de los espacios representados.

Con “Necrosis”, señala su autor, no busca reproducir lo visible, sino activar nuevas lecturas sensibles del entorno urbano, resignificando la ruina como un organismo vivo cargado de memoria, energía y persistencia. “El abandono no es vacío, es materia viva en transformación”.

Al trabajo expositivo con el que concluye la carrera le dio el nombre “Necrosis” sustentado en la experiencia directa de recorrer espacios arquitectónicos en abandono y observar cómo sus paredes estaban cubiertas de moho y hongos de tonalidad negra, las cuales corroían la superficie consumiendo su materia. Anota que en un primer momento podría pensarse que la necrosis es únicamente un fenómeno que ocurre en el cuerpo humano expuesto a bajas temperaturas, donde el tejido muere y adquiere un tono oscuro. Sin embargo, este concepto va más allá.

Fernando Calle cita, por ejemplo, a la mucormicosis, una infección fúngica grave que puede provocar necrosis en los tejidos humanos. Esta referencia biológica le permitió establecer una analogía entre los síntomas que manifiesta el cuerpo enfermo y el deterioro que sufre la arquitectura. En ambos casos, la materia –orgánica o construida– se ve afectada por agentes que la degradan, marcando su superficie con signos visibles de transformación y pérdida.

“Necrosis” se convierte, por tanto, en un término que condensa la esencia del proyecto: un diálogo entre cuerpo y arquitectura, donde el deterioro no se entiende solo como destrucción, sino como un proceso vivo que deja huellas, memoria y nuevas posibilidades de lectura sobre lo que se desvanece. “Para mí, la arquitectura funciona como un espejo del cuerpo humano: ambos se construyen, se habitan y también se deterioran. A través de la pintura, el dibujo y la escultura, no solo represento espacios en ruinas, sino que los estudio como organismos vivos. El color funciona como herramienta de diagnóstico, inspirado en imágenes médicas para revelar anomalías y fragilidades”.

El uso del color en su producción es clave, explica Fernando Calle, añadiendo que utilizó un recurso visual potente: imágenes médicas como resonancias magnéticas, por su capacidad de señalar y destacar anomalías corporales. “De esta forma aplico esta lógica visual a mi obra, teniendo presente que el color no es tratado como un recurso estético sino como una herramienta de diagnóstico visual. De esta manera, mi propuesta y la pintura entran en diálogo con otras diciplinas entre arte, biología, medicina y arquitectura”.

A su proyecto de tesis, Fernando Calle le dio estructura e incluso dividió en series, Así, señala que en “Anomalías” se enfoca en el diálogo de lo urbano y lo humano, en aquello que evidencia un fallo o una transformación. “Me inspiro en el principio del diagnóstico médico para llevarlo a la arquitectura. Veo en estos espacios enfermos un espejo del cuerpo humano y viceversa. Por eso recurro a la paleta cromática de las resonancias magnéticas. No como una mera alusión visual, sino como un intento de escanear estos lugares y resaltar simbólicamente sus zonas afectadas”.

“Espacios Traslúcidos”: “En este caso, decidí trabajar directamente sobre placas de radiografías (material diseñado para revelar lo que esta oculto dentro del cuerpo); lo uso como soporte pictórico y simbólico. Me interesa cómo este medio, que normalmente se asocia con el diagnóstico médico, puede ser resignificado para hablar de los espacios urbanos en decadencia. Al pintar y dibujar sobre las radiografías siento que se establece un diálogo íntimo entre lo corporal y lo arquitectónico”.

“Necrosis”: pone en tensión dos tipos de imágenes. Una intensión de radiografía arquitectónica dibujada en blanco sobre un fondo negro y, en contraste, unas imágenes corporales provenientes de las imágenes médicas. “Al unir estas dos formas de ver o analizar, intento construir una mirada que no solo observa, sino que reconoce signos y que se pregunta por qué ya no funciona. Es un dibujo hecho con urgencia que simula el negativo de una radiografía y refleja la necesidad de registrar lo que se está perdiendo, como si la decadencia sucediera mientras dibujo”.

“Fragmentos”: es una pieza pictórico-escultórica construida a partir de materiales encontrados que evocan lo anómalo y lo tangible de estos espacios abandonados. “Considero que, al colocarla en la pared, busco crear la ilusión de una arquitectura que colapsa, se fractura y conserva sus heridas a la vista. Sobre esta superficie corroída intervengo con patrones cromáticos que aluden a las mismas imágenes médicas que he venido estudiando. Estas zonas de color no son decorativas: funcionan como focos de atención, como si estuvieran revelando y sectorizando anomalías”.

Vale anotar que, Fernando Calle escribió el texto curatorial de su muestra de titulación y también asumió su museografía. Nacido en el cantón El Triunfo, de la provincia del Guayas, el artista visual vive y trabaja entre La Troncal y Guayaquil. Revela que ingresó a la UArtes, donde también ya sustentó su tesis, impulsado por una necesidad profunda de comprender el lenguaje visual como forma de pensamiento y no únicamente como destreza técnica.

Para Fernando Calle, el arte es una herramienta para descifrar lo que normalmente pasa desapercibido, un espacio de reflexión donde lo sensible y lo conceptual conviven. A su obra la define por vincular los espacios abandonados con procesos vitales, abordando lo efímero sin temor y buscando en lo que se desvanece claves para repensar la relación entre cuerpo y entorno.

Tiene a su haber varias exposiciones individuales y colectivas. Entre las primeras menciona: “Retratados”, Museo Etnográfico del Parque Guantug, Cañar (2021); y “Cuerpo Sano”, Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, Guayaquil (2022). Y junto con otros artistas: “Bienal de Grabado”, MAAC, Guayaquil (2017); “Artificios Previos”, Guayaquil (2019); Exposición de Pintura, UArtes (2020); “Manifiestos Efímeros” (2020), “Amalgama de Incidencia” (2021) e “Imágenes Sobrantes” (2024), Municipalidad de Biblián; “Disidencias Pictóricas” (virtual), UArtes (2021); Bitácora, MZ14 UArtes (2022); “La despedida no es el final” y “Nuevo Orden”, Taller Maldonado (2022 y 2023, respectivamente); “Escuela de Pintura de Guayaquil”, MAAC (2022); y “Palimpsesto” (virtual), Artsteps.com (2025).

Texto y fotos: colaboración de Fernando Calle, egresado de la Escuela de Artes Visuales.

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