Relatos de la educación popular para reconstruir nuestra tierra compartió Rafael Mondragón en charla magistral

Investigador en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y actualmente dedicado a la realización de una biografía intelectual de Simón Rodríguez, contando, además, con varios trabajos de la historia de Paulo Freire. Rafael Mondragón, uno de los ponentes internacionales invitados a “Manglar: Intercambios de educación popular, artes y territorios”, resumió así parte de las actividades que desempeña.

InfoUArtes lo encontró junto a Lidia Rodríguez en la Plaza Pública del Centro de Producción e Innovación MZ14, donde se han desarrollado las actividades de la cita de la UArtes, concebida como una propuesta transversal creada desde la carrera de Pedagogía de las Artes y Humanidades, junto con las direcciones de Vinculación con la Sociedad y Educación Continua y la Jefatura de Prácticas Preprofesionales. Se inauguró el lunes 24, en el marco del IV Encuentro de Vinculación con la Sociedad.  

Justamente, el diálogo se dio en la tercera jornada de “Manglar”, en cuya agenda constó su intervención, a las 15:00, una charla magistral titulada “Relatos de la educación popular  (en el pasado y el presente) para reconstruir nuestra tierra”.

A “Manglar” Mondragón llegó por su investigación y acción participativa que acompaña a organizaciones y grupos involucrados con la educación popular y con el arte, las cuales están tratando de construir alternativas a la violencia que se vive en México.

Eso sí, la violencia no es un problema solo de México, aseguró, tomándolo desde la perspectiva de un capitalismo que ha ido “erosionando el tejido mancomunitario y ha permitido el crecimiento de estos grupos criminales, que no son solo criminales, sino que están en un negocio en el que participan agentes del estado”. Cuando se habla de los carteles, añadió, se trata, en muy buena medida, de negocios entre políticos y empresarios, y son los llamados “grupos criminales” los operadores de las élites. 

“Es una etapa del mundo a la que se está tratando de construir respuestas desde la organización popular y comunitaria. Es un tema que a mí también me interesa, porque mi familia es de una zona que fue muy golpeada por el crecimiento de la violencia en México hace cosa de 10 años”, dijo.

Fortalecer organizaciones populares

En los “Relatos de la educación popular (en el pasado y el presente) para reconstruir nuestra tierra”, Mondragón compartió algunas historias y registros de organización de colectivos que trabajan, sobre todo, en el Norte y Centro de su país natal, en espacios artísticos que buscan fortalecer a organizaciones populares. Para dicha ponencia, contó con registros audiovisuales. 

Paulo Freire es uno de los pensadores-educadores que aparecieron en la exposición de Rafael Mondragón, aportaciones del Movimiento de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; Fernando Ulloa, Laura Conti, referentes de la psicología social de Centroamérica y que se han articulado en México. 

“Mostrar cómo esta forma de trabajar, como dice Lidia (Rodríguez), es una forma que viene del pasado. Se ancla en una tradición que no es solo académica, es una tradición de construcción de conocimientos que tiene que ver con problemáticas comunes de exclusión, desigualdad, violencia, racismo, división en clases de la sociedad”, precisó.

Añadió que, en torno a dichos problemas, se han reunido grupos de procedencias muy diversas: académicos, religiosos, movimientos de derechos humanos, pobladores, combinando pensamientos en espacios más allá de unas cuatro paredes.  

La UArtes es un espacio modélico

El investigador mexicano contó que considera a la Universidad de las Artes como “un espacio modélico, porque está planteándose un modelo educativo con la mira en la construcción de política pública hacia afuera”. Lo describe como un modelo educativo general que baja a propuestas curriculares de las distintas escuelas, a un modelo de inserción en el territorio, el cual apuesta a la producción de saber frente a modelos impuestos desde lógicas de evaluación y políticas culturales que vienen desde la realidad del colonialismo.

Responden, estos, a necesidades que no nos pertenecen. Importante es poner en valor y visibilizar lo que “aquí se hace” al compartir problemáticas discutidas en muchas otras partes del mundo “si eso se lograra hacer en Ecuador, mostrarse al mundo, habría gente que estaría muy interesada”. 

Los investigadores, en nuestro contexto, han tenido que ser siempre más que solo investigadores, sino también activistas sociales, organizadores, bibliotecarios, periodistas, porque “nuestra realidad nos lo exige”. “Nosotros tenemos que construir criterios propios porque, si esperamos que se haga desde el poder, nunca va a llegar y yo creo que hay cosas que se han mostrado en estos días que son constitutivas”.  

Los modelos de investigación fluida que construyen naturalmente vínculos entre la creación, la intervención comunitaria y la producción de conceptos y categorías están presente desde las políticas de investigación-acción de la Revolución Mexicana, y Mondragón los identificó en muchos de los proyectos discutidos en “Manglar”. “Yo creo que sería buena idea dejar de disfrazar lo que hacemos para mostrarlo en sus propios términos y tratar de explicar cómo podemos saber que una cosa sí está bien hecha, porque aquí también hay cosas hechas con mucha calidad”, dijo.

Texto: Carmen Cortez/Daniella Vera S., estudiante de la Escuela de Literatura.

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