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Estudiantes UArtes en la asistencia curatorial de muestra que rememora los 100 años de pintura en el Puerto

En el proceso de desarrollo de la exposición “Escuela de Pintura de Guayaquil: 10 Años en el puerto”, que se inauguró el pasado jueves 15 de diciembre en el Museo Municipal de Guayaquil y en viernes 16 en las salas de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas y el MAAC, Adriana García-Arias, Paula Iñiguez Carrera y Madeline Gómez desempeñaron el rol de asistentes curatoriales y de producción.  

La investigación y el levantamiento de esta muestra no solo han sido un ejercicio de meticulosidad técnica, sino también un viaje a través de las diferentes épocas y estilos que han definido el arte del siglo pasado dentro del puerto. Los testimonios de este equipo de estudiantes del itinerario de curaduría de la Universidad de las Artes ofrecen otra visión de este proceso: 

Paula Iñiguez, asistente curatorial que trabajó en la sede MAAC, destaca entre sus experiencias relevantes, en su papel estudiantil y en su desarrollo profesional, el acceso a las reservas de las diversas sedes: MAAC, Casa de la Cultura y Museo Municipal de Guayaquil. Iñiguez comenta que: “esta oportunidad enriqueció significativamente mi comprensión de la historia sirviendo como complemento integral a mis estudios previos. El poder encontrarme directamente con el trabajo de numerosos artistas y autores, cuyas obras habíamos examinado previamente en libros, pero no habíamos tenido la posibilidad de analizar, visualizar y comprender físicamente, fue esencial”. 

Adriana García-Arias, asistente curatorial que trabajó en la sede Museo Municipal de Guayaquil, compartió que su experiencia en el proyecto tuvo distintas fases, y al igual que en toda experiencia profesional, cada fase presentó su nivel de dificultad, “donde progresivamente nuestros conocimientos se ampliaban, tanto en negociaciones curatoriales como de producción”.  

Investigación y trabajo colaborativo

Los primeros encuentros fueron para conocer a profesores fuera del aula, adoptando junto a ellos un rol de investigadores en un trabajo colaborativo, algo novedoso para el equipo y que las condujo a áreas, reservas de arte y trayectorias por explorar. García-Arias reflexiona que, desde entonces, reconocieron la oportunidad que el proyecto suponía para comprender los procesos desde la perspectiva de artista y curador, trabajando en la sala de exposición, y bajo la dirección de Ruth Cruz, aprender los procesos necesarios para materializar un proyecto curatorial. Creo que estas tres perspectivas que tuvimos enriquecieron nuestro rol y ahora nuestro conocimiento como estudiantes de curaduría espacial”.

Durante su trabajo in situ en el montaje de la sede Museo Municipal de Guayaquil, destaca el poder trabajar en conjunto con Saidel Brito, Jorge Velarde y Lupe Álvarez, en especial por su trayectoria curatorial.   

Madeline Gómez reflexionó sobre la investigación en artes y proyectos como la Escuela de Pintura de Guayaquil, aportan el contexto necesario para evaluar las condiciones del patrimonio histórico, su tratamiento y su resguardo meticuloso, incluyendo la participación crucial de la restauración en el proceso de conservación. 

Junto con sus colegas y docentes, Madeline pudo cultivar un mayor interés en la investigación del arte local y nacional, explorando las conexiones entre Guayaquil y los artistas modernos y contemporáneos. Este camino de investigación apunta a convertirse en una ruta ambiciosa y extensa, de la que Madeline aspira a ser investigadora y aprendiz constante. 

Asimismo, su experiencia como asistente de producción bajo la tutela de Ruth Cruz le proporcionó una comprensión de primera mano de las necesidades y requisitos de las tres sedes museísticas.  

Dirección de producción

Como dirección de producción, Ruth Cruz Mendoza relata: “La producción de EPG, supuso para mí el desafío más ambicioso de mi carrera como productora. La invitación por parte de la EAV de la Universidad de las Artes y el acompañamiento de un equipo de estudiantes comprometidos, fueron para mí el pilar y el impulso para asumir este reto”.   

Junto al grupo de estudiantes encabezado por las asistentes de curaduría, realizamos la producción de los materiales gráficos para redes y los textos de sala; título, texto curatorial, agradecimientos, cédulas, microtextos, invitaciones y demás materiales de diseño, varios procesos se llevaban simultáneamente. 

Seguramente hay muchísima información y detalles que se escapan a mi frágil memoria, pero deseo cerrar esta nota resaltando que pensar en EPG es emoción, adrenalina, vértigo y gran deseo de promover el arte; atravesando varias épocas en diálogos afectivos y formales sin pretender asumir que se han reunido las obras más importantes de todos los tiempos, pero sí quizás la exposición de pintura más importante hasta ahora realizada en Guayaquil”.

El trabajo colaborativo entre todos los involucrados propició la gestación de una de las exposiciones más relevantes de la última década en el panorama artístico de la ciudad.  La muestra promete ser una celebración de la riqueza y diversidad del arte a lo largo del último siglo. Desde los movimientos vanguardistas hasta las expresiones más contemporáneas, cada obra seleccionada cuenta una historia única y contribuye al tapiz cultural que define nuestra era. 

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