La charla magistral “Homo Bélico. El negocio de la guerra y la cultura de las armas” fue el lunes 2 de octubre una de las primeras actividades del VII Encuentro Internacional de Investigación en Artes, organizado por la UArtes y el ILIA. La dictó Héctor Domínguez-Ruvalcaba, de la Universidad de Texas en Austin, quien es autor de varios libros, docente e investigador especializado en sexualidad, género y violencia en la literatura y la cultura latinoamericanas. Su exposición se enmarcó en el primer eje de la cita: Perspectivas sobre las éticas y estéticas del narco; en la moderación intervinieron Alejandra Zambrano y Fernando Montenegro.
“Homo Bélico. El negocio de la guerra y la cultura de las armas” convocó a la comunidad universitaria y público en general. El título no solo brinda poder a la ponencia, pues brinda la necesidad de pertenecer a algo, una ruta que origina investigaciones, categorías y nexos que merecen ser revisados en las fronteras; son espacios conflictivos del planeta, mencionó Domínguez-Ruvalcaba.
El catedrático mexicano tomó de ejemplo la publicación que el 29 de junio de 2022 hizo un periódico de Tijuana: “Soldado muere enterrado vivo durante entrenamiento”, por Carlos Álvarez Acevedo. Fue un texto capaz de revelar la barbaridad y la crudeza de una forma sintética. Así surgió un acto de homofobia en la historia, una expresión dramática de pensamiento, una perspectiva dura y cruel que sirvió para romper una ley y modificarla, pues así se podría castigar al hombre.
Existen niveles para contar políticas, miedos, emociones. Gracias a la tecnología estos hechos son difundidos al exterior y como resultado se crea un análisis sobre modelos de oposición contra los retos bélicos y narcos. La humanidad adquiere un impulso para ejercer binomios utópicos, ejercer culturas feministas, estructuras presenciales y biológicas que permite combatir la vulnerabilidad.
Los asentamientos delimitados son movimientos bélicos que dan como resultado la presencia de los narcos. Estos patrocinan ciertos medios sociales, mientras tiene una imagen de desgracia en los proyectos que se involucren. Entonces, las generaciones venideras deben convivir con esa base de violencia, indicó Domínguez-Ruvalcaba. Las fuerzas que limitan las zonas del narcotráfico han empezado a generalizar una sociedad por medio de su estabilidad social, cultura organizada creando una unidad en el ambiente.
Fernando Montenegro recalcó que desde 2018 existen territorios y prensa influenciadas por la economía del poder donde los movimientos sociales han permitido la colaboración de carteles mexicanos. El docente de la Escuela de Literatura preguntó al invitado si este sistema puede ser replicado en nuestro país.
Domínguez-Ruvalcaba respondió que se vive una guerra con números lineales para los habitantes. Hay grandes guerras como las de Irak, donde los ejércitos ganan territorio juntos con grupos dedicados a la política. En Ciudad Juárez, México, los jóvenes son los más vulnerados por esta fuerza bélica y los padres han tenido en su momento que crear áreas de divertimento desde el espacio interior para que no sean víctimas de los narcos, reveló.
También invitó a los actores de la educación, al Estado, a los maestros y alumnos a realizar propuestas en torno a la temática y determinar el concepto actual del significado de narco, pues, dijo, es necesario aclarar que dicha palabra es asociada con conceptos de banco, sociedad o calle.
Presente en la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación de la UArtes, donde se desarrolló la charla, estaba la delegación de la Universidad de los Andes, de Colombia, de la que algunos miembros hicieron preguntas. Una relacionada con el vecino país y el factor clave para infundir la paz. Domínguez-Ruvalcaba respondió que era necesario enfocarse en uno de los recursos más importantes para la paz en los territorios: mostrar el entorno cultural. Esto genera un modelo de liderazgo capaz de trasmitir destrezas que permiten desarrollar la paz en los barrios.
Así, todas las esferas de los medios serán capaces de trasmitir una pluriculturalidad para la existencia, con las plataformas a favor de una educación impulsarán planificaciones llenas de valor en distintos niveles. es como revertir la pólvora.
Esta respuesta generó un sonoro aplauso del público, interrumpido por José, de entre 25 y 30 años, delgado y hablar presuroso, quien pidió poder opinar sobre la ansiedad y seguridad. “Para mí los estados son los que generan la muerte del mundo y yo he visto que la ley viola muchas cosas, causando desigualdad social. La gente teme por la seguridad de muchos. (…) Esta charla es un ejemplo de cómo la cultura se convierte en un hábito indispensable para aprender a tener seguridad, ya que otros que no tienen cultura son débiles y hacen daño en alguna forma a su comunidad. Si no se brinda una seguridad como esto (señalando la reunión por el encuentro), los colegios no tendrán seguridad en la convivencia. En las artes se aplica una nueva forma de pensar, valorar y compartir. Espero que puedan hacer muchos capítulos, réplicas de estos temas que se ha hablado con fotos, palabras para hacer un libro con todo lo que usted ha dicho (…)”.
Domínguez-Ruvalcaba concluyó con la reflexión de que la sociedad reconoce que el narco quiere intentar ser una fuerza política al negociar con un Estado. Las voces responsables de la sociedad civil aceptaron modos de convivencia del lado oscuro, siendo responsables de las próximas acciones que ocurran en la política.
Texto: Michael Medina Chalco, estudiante de la Escuela de Literatura