Su nombre es Joaquín Eduardo Villacís Maggiorini y cursa el cuarto semestre de la carrera de Artes Visuales, pero en el ámbito artístico se da a conocer como El Diablo. Ha trabajado, anota, tratando de representar la idiosincrasia del país, lo que llamamos la ecuatorianidad; su objetivo no es hacer sátira ni criticar. Lo que busca es representar desde su punto de vista, utilizando celebraciones, leyendas y frases de nuestro vocabulario, lo que, anota, construyen una idea dentro de nuestro imaginario colectivo y nos hacen ser cómo somos y nos ven y cómo queremos que nos vean.
Aunque la realidad sea totalmente diferente, busca sacarle la máscara al ecuatoriano y pintarlo sobre el papel tal y como es, sin privarlo de su misticismo y magia.
Desde el 2015, El Diablo ha comenzado a desenvolverse en el campo artístico, participando en explosiones individuales y colectivas en Guayaquil y en Quito e involucrándose en proyectos de arte urbano, donde ha dado clases y talleres sin fines de lucro.
Su trabajo permea en todas las áreas de su vida. Piensa que el compartir el conocimiento del arte es parte de lo que se hace como artista. Esto se ha logrado gracias a la Akademia HHGF, un colectivo de artistas que busca enseñar la gráfica y todo relacionado con la cultura del hip hop.
Actualmente, ha tenido junto a ellos la oportunidad de dar diversos talleres de grabado, cartongrafía y encuadernación, siempre con la filosofía de la autogestión y la conciencia gremial. También ha participado en La Rueda, el primer encuentro nacional de artistas del grabado “Punto de quiebre”.
Para Joaquín Villacís, El Diablo, lo más importante es el arte y a quienes han tenido la oportunidad de impartir su conocimiento les deja como reflexión que no estamos haciendo arte para el pueblo, sino que somos el pueblo haciendo arte por el arte.
Texto y fotos: Alison Belén Solís, estudiante de la Escuela de Artes Visuales.