La más reciente intervención del Coro Ánima de adultos mayores de la Universidad de las Artes fue en la presentación de una campaña organizada por el Consejo de Educación Superior (CES) para los estudiantes de los últimos años de bachillerato de varias instituciones educativas de la provincia del Guayas.
Denominada “La educación superior empieza en tu colegio”, la actividad tuvo lugar el pasado 3 de enero de 2024, en el auditorio del campus Atarazana del ITB, y participaron el rector del instituto anfitrión, Roberto Tolozano; el ministro de Educación, Daniel Calderón; el presidente del CES, Pablo Beltrán; y la primera dama, Lavinia Valbonesi. La agrupación coral de adultos mayores, que es parte del proyecto de Vinculación con la Sociedad de la Universidad de las Artes, denominado Ánima (del cual toma su nombre), intervino con el tema “Todo cambia”.
El Coro Ánima también interpretó esa composición del autor chileno Julio Numhauser, que grabó y popularizó la argentina Mercedes Sosa (+), en la sesión solemne por los 10 años de la UArtes –el 7 de diciembre de 2023 (foto bajo estas líneas)– a la que estuvo invitado el titular del CES, quien dejó la mesa directiva y se ubicó entre el público y frente al grupo coral para, como anotó en el discurso que dio en el acto, apreciar a sus integrantes.
Este recuento se hace necesario, pues la agrupación acudió al acto del CES por invitación de Pablo Beltrán, su presidente. Podría decirse que admira al Coro Ánima, anota la directora del coro, Yanella Duarte, jefa y docente del Departamento de Nivelación de la UArtes.
Agrega que Ánima es un proyecto de Vinculación con la Sociedad dirigido por el docente Jorge Tigrero, el cual desarrolla actividades con niños y jóvenes en sectores vulnerables. Ella había liderado otros proyectos relacionados con la música y el canto, como Cantando siempre.
Tigrero abona que, en efecto, el accionar del proyecto Ánima es en las diferentes artes y que gracias a Yanella Duarte se logró implementar una metodología que permite no solo convocar a un grupo de adultos mayores para que puedan mostrar y desarrollar sus capacidades musicales, sino ser parte de la dinámica pedagógica de un espacio que los integra.
Duarte ya había puesto en práctica ese sentido de integración con adultos mayores al ser prácticamente la fundadora del coro del Centro Gerontológico Arsenio de la Torre Marsil, del Municipio de Guayaquil, donde laboró durante 14 años. “Creo que es devolverle la herencia al país y a una generación con la que estamos en deuda, en todos los lugares deben darles a ellos su lugar por la experiencia y todo lo que dieron”, expresa.
Por varias vías se convocó a los adultos mayores para que se integraran al coro. Dos de sus voces, la abogada Lourdes Suárez de Proaño, de 78 años, y Pilar Azúa, coinciden en que se enteraron por Facebook. Ambas están casi desde el inicio y, como el resto de sus compañeros, se animaron porque gustan del canto. “A nuestra edad la música nos fortalece, cura enfermedades y hace sobrellevar la vida”, manifiesta la primera, revelando haber estado en otros coros e incluso ser solista. Con Pilar Azúa ha ocurrido igual, pues ha cantado en coros desde niña y de Ánima destaca el compañerismo y aprendizaje. “Es fantástico, quienes se sienten en soledad o tengan tristeza deben sumarse para compartir la música, gratos momentos y desestresarse”.
Aseguran aprender mucho con Yanella Duarte y, a su vez, la docente considera que con los adultos mayores se aprende de todo. El número de integrantes es de alrededor de 25, aunque varía, pues la docente UArtes confiesa que evita que sea una actividad rigurosa, considerando que ellos tienen otras actividades. Prefiere que acudir a los ensayos y las presentaciones sea como un encuentro.
Los ensayos se realizan los lunes y miércoles en la Sala Ría de la Biblioteca de las Artes y Duarte inicia poniéndolos al día de las actividades a desarrollar y de lo que ellos quieran compartir. La comunicación es la clave para que todo fluya. Lo siguiente es realizar ejercicios, como de respiración, estiramiento, diferenciar ritmos. Trata siempre de trabajar en la vocalización, porque los va formando. No hace mucho hincapié en la afinación, dice, “porque el coro es aprenderse a escuchar entre todos y poco a poco lo logran”.
Duarte los dirige mucho con las manos y ellos la entienden. El gesto es fundamental. “Hacen lo que voy sintiendo en ese momento. Es el secreto. Cuando un coro canta bien y le gusta a la gente es porque el director está aportando. El sentimiento y la fuerza que se ponga es lo que sale en las voces de los coristas”.
Que le gusta trabajar con adultos mayores, asegura la docente, porque en el fondo tiene un sentir de terapia, de allí su afán porque se sientan importantes. “Es una población olvidada y la más grande del mundo y todos vamos a hacer adultos mayores, entonces hay que devolverles lo que han dado y saber lo que nos pasará al llegar a sus edades”.
La directora revela tener una integrante de 84 años a quien conoció en el Centro Gerontológico Municipal en 2008. “Es feliz de venir porque se encuentra con amigos. Aquí llegan a hacer grandes conexiones que se convierte en familia. Son comprometidos y puntuales”.
El trato de Duarte con los adultos mayores es de mucho respeto y tacto. Ella explica que se debe ser suave, pero también firme para que hagan lo que les toca hacer, esa es la enseñanza.
En el ensayo del lunes 8 de enero acudió uno de los dos únicos varones que tiene el coro. Al consultarle a Duarte por qué no hay más, comentó que es generalmente porque son más vergonzosos para cantar. Además, la voz de los adultos mayores hombres sube la tesitura, mientras que las mujeres la bajan. “Si ellas cantaban agudo ahora lo hacen un poco más grave y con ellos es lo contrario. Cuando se pasa de los 60 años el deterioro de la voz es normal y también la respiración es diferente”. No se centra, sin embargo, en eso, sino en la escucha y el rigor en cuanto a la vocalización. De allí que ella canta para que los coristas la sigan.
De su experiencia como parte del Coro Ánima, Emma Guerrero, oriunda de Loja, revela que su padre le enseñó a cantar desde niña y que en familia grabaron el disco de los Hermanos Guerrero Carrión. Llegó al grupo porque un estudiante UArtes se lo comentó y tras pasar la prueba se quedó. “El coro nos ha unido y amistado. Yo canto también como solista”, refiere y añade con emoción que son ya varias las presentaciones que han tenido dentro y fuera de la UArtes.
Jackeline Almiña Castro, de 60 años, se sumó por el incentivo de una prima. Que está feliz de ser parte, pues son muy unidos. “Es un coro increíble y he aprendido mucho; en casa mi esposo pone música y canto, me gusta la música española porque mis abuelos son de España y tengo la ciudadanía de ese país”.
Rosita Sánchez anota que como solista ha tenido varias presentaciones en emisoras de radio y que es parte de la agrupación coral del Gerontológico del IESS. “La música es mi vida. Doy gracias a Dios de hacer lo que me gusta”. Y Alfredo Encalada aspira a que más voces masculinas lleguen a Ánima. “El coro es muy bonito, compartimos ratos amenos, las compañeras son todas lindas”, manifiesta y añade que estuvo antes en el coro Más Ciudad, que dirigió la fallecida soprano Astrid Achi; estudió arte y ejerció la docencia en ese ámbito en colegios. Ya se jubiló y al enterarse del coro se sumó porque “uno tiene que estar y hacer lo que le gusta”.
También integran Coro Ánima: Bélgica Segovia, Carmen Benavides, Carmen Lucía Bustamante, Clotilde Nivela, Isabel Reyes, Marcos Amaya, Carmen Grijalva, Martha de Lourdes Díaz, Mayra Briones, Norma Muñoz, Piedad Montés, Reina Guerrero, Reina Parra, Sonia Jouvin, Trinidad Mosquera, Mary Flores, Teresa Franco y María del Rosario Martínez.
Texto y fotos: Carmen Cortez/Dircom
Fotos: Ronny Ramos/Dirección de Vinculación con la Sociedad. Imagen principal: presentación del Coro Ámina en el ITB. Junto con la docente Yanella Duarte, su directora, lo acompañaron José Carabajo y Ángel Murillo, de la Dirección de Producción del MZ14, y Ronny Ramos. El grupo consta también antes de su intervención en el acto del CES y en ensayos en la Sala Ría.