Siendo la cumbia un género popular cuyas seis letras son sinónimo de ritmo, que el estudiante Jonathan Morales, de la Escuela de Artes Sonoras, le diera a su concierto de grado el título de “El patrimonio de la cumbia” constituyó una invitación que generó expectativas.
En sus redes sociales, la EAS señaló que en la propuesta el alumno de la carrera de Artes Musicales y Sonoras abordaría su historia y evolución, y que buscaría recuperar y enaltecer la música inédita de Fábula, una de las primeras agrupaciones en tener un estilo propio, influenciado eso sí por la cumbia.
La presentación se dio el 29 de enero pasado en la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación UArtes. Allí Jonathan Morales, quien fue el intérprete principal del concierto, contó con el acompañamiento de los músicos Alex Bastidas, en el saxo alto; Fausto Nuela, saxo tenor; Jhonny Castillo, saxo barítono; Braulio Sánchez y Sergio Barroso, trompeta; Bryan Poaquiza y Jhon Caguana, trombón; Alex Fernández y Marcelo Vivanco, percusión menor; Santiago Morales, piano; Lenin Caguana, batería; Ángel Fonseca, congas; Sebastián Pérez, bajo; y Alejandra Álvarez, Wilson Ruiz y Valeria García, coros.
En diálogo con InfoUArtes, Jonathan Morales señaló que su proyecto de titulación se basa en composiciones y arreglos de los temas inéditos de Fábula, que destacó en la década del 2000 y cuyo formato es también el de una orquesta tropical. Estos son: “Falsa mujer”, “La mujer de mi vida” y “Fantasía”.
A su influencia artística y de su hermano, que los llevó a estudiar música y perfeccionarse como instrumentistas e intérpretes, la considera un patrimonio que pasó de generación en generación. Fue su bisabuelo, César Humberto Morales, quien inició la travesía al adquirir instrumentos para tener una orquesta propia. Su abuelo, Juan Gustavo Morales, lo continúo al crear la agrupación Stereo 2000, que pasó luego a sus padres y tíos, quienes conformaron Fábula.
Este grupo nació a mediados de 1992 y mantuvo hasta 2012. Hizo desde su conformación temas inéditos y covers de la música popular ecuatoriana, siendo la cumbia uno de sus pilares fundamentales. Morales lamenta que la agrupación no haya contado con los medios para grabar sus composiciones, razón por la cual no existen esos registros ni siquiera escritos.
En el 2000 Fábula produjo tres canciones inéditas, de las cuales el estudiante UArtes hizo los arreglos con formato de orquesta tropical, manteniendo su estilo y estética. Bajo esos parámetros compuso, asimismo, tres temas. Ha sido un arduo proceso conocer de fondo la historia de la cumbia, desde su génesis en Colombia y su despliegue hacia toda Latinoamérica, donde cada país le dio su particularidad, haciendo del género una mezcla de culturas y ritmos, refiere Morales.
Fábula es de San Pedro de Pelileo, provincia del Tungurahua, ciudad de la cual Jonathan Morales también es oriundo. Comenta que inicialmente lo acompañarían en el concierto de grado músicos de Guayaquil, pero por la situación que vivió y persiste en el país –se refiere a la inseguridad– pensó en realizar la presentación en Ambato, lo cual tampoco se logró. Entonces, recurrió a músicos amigos de la capital tungurahuense para que vinieran con él a Guayaquil para presentar su trabajo de titulación.
Prácticamente formó una agrupación propia, en cuya orquestación están tres saxofones: alto, tenor y barítono; dos trompetas, dos trombones y un clarinete, en la sección de vientos; guitarra, piano y bajo, en la sección armónica; y batería completa, timbales, congas y güiro, en la sección rítmica. La componen también una voz principal y coros.
De su experiencia en la Universidad de las Artes durante su preparación académica, Jonathan Morales destaca llevarse muchos conocimientos tanto en lo teórico como en lo práctico. Participó en numerosos encuentros e integró varios conjuntos y ensambles, como los de música latinoamericana, marimba, salsa y música tropical. Recuerda gratamente haber tomado parte de los inicios del coro de adultos mayores, que dirige la docente Yanella Duarte. Estuvo a cargo del acompañamiento y de los arreglos.
También de los inicios trajo a la memoria que cuando inició la carrera entró como pianista, pero luego descubrió que quería perfeccionar su técnica vocal y se cambió de Instrumento a Canto. “Entonces aprendí del canto lírico y todo lo que conlleva: posición, vocalización, pronunciación. Debí incluso estudiar un poco más los idiomas. Fue un reto”.
Revela que cuando decidió estudiar música la educación en artes no era gratuita. Se podía cursar estudios en instituciones privadas de Guayaquil y Cuenca, pero no en la provincia de Tungurahua. Vio la situación un tanto complicada, por eso se siente agradecido por haber podido estudiar en la UArtes por la preparación recibida y todos los momentos vividos. Cambiar de ciudad y de región fue difícil, empezando por el clima y las costumbres. En Ambato y Pelileo no se manejan con tanta prisa ni siquiera en el caminar, manifiesta. Aprendió a mejorar en ciertos aspectos y manejar las situaciones, dependiendo del contexto. Contó con el apoyo de familiares maternos que habitan en la ciudad.
Musicalmente, Jonathan Morales cuenta con algunos covers, grabó un CD y una canción, y ya con su hermano tienen varios proyectos para continuar con el legado familiar.
Al preguntarle cómo es Jonathan Morales el artista, compositor e intérprete, respondió que es muy buen pianista y puede llegar a crear canciones cuando se lo pidan, también es bueno haciendo voces: primera, segunda, contralto, así como arreglos. Agradece a todos sus profesores, entre quienes menciona a Rubén Riera, Manuel Larrea, David de los Reyes, Rafael Guzmán, Andrés Noboa, Natalia Tamayo. Así como el piano, toca muchos instrumentos: batería, timbales, congas, güiro, guitarra, bajo, trompeta. El amor por la música lo lleva en la sangre, pues desde los cuatro años ha estado en los escenarios. La agrupación Fábula ha influenciado todos los aspectos de su vida musical y artística.
Foto: Camila Guerrero, Escuela de Artes Sonoras.