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Lúdica experiencia de instalaciones sonoras en Nobol; activación artística de la Escuela de las Artes del Guayas

A la presentación se la denominó “Patio Electrónico” y realizó en el auditorio del GAD Municipal del cantón Nobol como parte de los eventos de activación artística de la Escuela de las Artes del Guayas, proyecto que surge de un convenio de cooperación interinstitucional entre la Universidad de las Artes y la Prefectura Ciudadana de esta provincia.

Tuvo lugar el pasado 19 de febrero y junto a los 40 niños y niñas de la Escuela de las Artes de esa sede cantonal que asistieron estuvo el alcalde de Nobol, Marvin Salas, viviendo en conjunto la lúdica experiencia de las instalaciones sonoras a cargo del artista y docente UArtes Juan José Ripalda.

“Lo que propuse fue una presentación de instrumentos musicales y artefactos sonoros experimentales, desarrollados con mi grupo de estudiantes –ahora alumni– a lo largo de su itinerario de Innovación y Nuevos Medios de la carrera de Producción Musical.”, refiere.

Ripalda menciona la creación de instrumentos utilizando medios electrónicos y programación, lo cual, incluso, tradicionalmente no son considerados instrumentos. El docente destaca la posibilidad de llevarlos al público de otras ciudades y cantones de la provincia que son parte de la Escuela de las Artes del Guayas y mostrar que también hay otros espacios de la producción musical “que no necesariamente es la ejecución, la composición, sino que es la creación y la innovación como nuevos artefactos sonoros”.

Los graduados UArtes que intervinieron con Ripalda fueron José Andrés Medina y Gianni Candell y juntos presentaron cuatro instrumentos. El primero fue una tela interactiva, la cual fue tendida en un espacio y con su contacto, mediante un sensor óptico, registraron su movimiento, el cual se transformó en música a través de una programación realizada en Max/MSP, un software que el docente enseña en la carrera.

El instrumento de la tela se titula “Brisa” y Ripalda lo desarrolló como una instalación que “originalmente era para ser tocada al aire libre por el viento, pero luego decidimos hacer una versión en interiores y es la gente que, básicamente, crea el movimiento y se genera la música”.

El segundo instrumento presentado en “Patio Electrónico” fue un ejercicio en bioarte consistente en la utilización de elementos vivos para también generar conexiones musicales. Para la ocasión, entre los seres humanos y las plantas. La instalación se hizo con Bromelias y como grupo, narra Ripalda, lo desarrollaron para una muestra que el año pasado se llevó a Miami, se tituló “Oh Patria” y estuvo en el Consulado de Ecuador en esa ciudad estadounidense.

“Básicamente son tres plantas a las que se les conecta unos sensores de electrocardiograma, que sirven para medir las pulsaciones del corazón, pero nosotros le dimos otro propósito. Lo utilizamos para que al tocar la planta se cierre un circuito, utilizando la resistencia natural que nosotros tenemos y las propiedades electromagnéticas que tienen las plantas, entonces con esa interacción programamos que la actividad eléctrica que sufre la planta al ser tocada se transforme también en música. Eran tres plantas diferentes, entonces cada una generaba un sonido diferente”.

El tercer instrumento fue una instalación que Gianni Candell trabajó como tesis de grado. Él hizo una escultura llamada “Lumière” (luz en francés) hecha de alambres y ubicada en un espacio específico que su autor controló. “Su entorno era oscuro y se interactuaba con linternas. Como utilizaba fotorresistencias, dispositivos electrónicos que al recibir luz generaran cambios de resistencia variables, él los transformaba en datos por medio de un microcontrolador arduino y se creaba toda una interacción con los niveles de luz y hacían sonidos que eran como patrones rítmicos y ambientales”.

La cuarta y última instalación fue la tesis de grado del estudiante José Medina y consistió en desarrollar un sistema de visualización sonora basada en el gráfico XY o gráficos polares de los osciloscopios. Se trató de una visualización sonora en tiempo real. “Esas visualizaciones generan formas que, según lo que uno toque y parámetros que uno escoja, van dando diferentes formas. Por ejemplo, unas tienen formas sinusoidales, otras de corazón, estrellas… Se escoge dibujar una forma y esa forma le da un cierto timbre a la calidad del sonido, uno puede ir modificando los parámetros de sonido y al hacerlo modificar el sonido y la imagen que se produce”.

Ripalda añade que José Medina lo desarrolló utilizando el programa Max/MSP. La presentación de ese proyecto se hizo como una versión interactiva, pues tenía un teclado, unas perillas y una pantalla. “El objetivo de la propuesta, además de mostrar lo que hacemos en la UArtes entorno a la innovación desde la producción musical, las artes interactivas y electrónicas, era evidenciar otra visión sobre lo que es ser un músico o un productor musical. Crear instrumentos propios, poder dominar las herramientas electrónicas y digitales para explotar la creatividad. No se trata de seguir haciendo o aprendiendo música o producción de la forma tradicional, sino de crear tus propias herramientas y espacios”.

A la experiencia en “Patio Electrónico” Ripalda señala como muy enriquecedora “y a los chicos les encantó. Se sintió que era algo completamente nuevo lo que estaban viendo. Nuestra intención es poder hacer más presentaciones en provincias y mostrar el trabajo no solo mío como docente, sino también de los estudiantes en otras provincias, esferas y mundos”.

Tras la exposición de los instrumentos, el público, en especial los niños y niñas de las Escuelas de las Artes, fueron invitados a interactuar libremente. Se generó una orquesta lúdica de sonidos electrónicos.

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