De la relación filosofía, ciencias y artes trató en seminario Juan Gonzalo Moreno

De la relación entre la filosofía, las ciencias y las artes trató Juan Gonzalo Moreno, magíster en Filosofía por la Universidad Nacional de Medellín, en el seminario “La desintegración de la forma del mundo: ¿juega dios a los dados?” que dictó del 10 al 14 de junio, en la Biblioteca de las Artes.

Moreno estructuró el seminario en cinco secciones con las temáticas: ¿Qué es un paradigma?; Paradigma astronómico: cosmos, necesidad y esencia; Paradigma meteorológico: caos (Michel Serres), azar (Clement Rosset) y acontecimiento (Gilles Deleuze); Honorato de Balzac: “La obra maestra desconocida” (caos), Jorge Luis Borges: “La lotería de Babilonia” (azar) y Richard Serra: Equal-Parallel/Guernica-Bengasi (acontecimiento); y, Cristóbal Holzapfel. El juego del mundo.

Como objetivos del seminario, su expositor planteó reconocer el impacto que tienen las fracturas epistemológicas en las prácticas artísticas y entender la filosofía del arte como el terreno de los conceptos que permiten entender las prácticas artísticas. En su metodología, Moreno les dio a las tres primeras sesiones un carácter teórico y en las dos últimas analizó junto con los participantes algunos objetos de carácter estético. Se hizo la lectura de textos entregados oportunamente.

Apoyado con material audiovisual, Juan Gonzalo Moreno, quien es docente en áreas de lógica, estética y semiótica, mencionó que “la casa del ser –refugio contra los embates del no ser– se levanta sobre tres pilares: el orden, la regularidad y la permanencia. La materia prima de los tres pilares fue amasada por los albañiles de la antigüedad griega que nos legaron la obra negra. Astronómico llamaremos a dicho paradigma nacido en medio de las especulaciones de los inquietos presocráticos”.

Agregó que los constructores que continuaron la tradición perfeccionaron la edificación y el maestro de obra (Godofredo) Leibniz culminó el trabajo con el yeso de la “Razón Suficiente”. “Isaac Newton levantó su catedral sobre los mismos fundamentos, los principios matemáticos de la naturaleza son la manifestación palmaria del orden causal que gobierna los cuerpos inmutables del mundo. Los principios de Newton celebran el orden divino del universo. Al final, la divinidad omnisciente y omnipotente se regocijará con el espectáculo de su Magna Obra y bendecirá la eficacia de los laboriosos obreros”.

Visión del mundo de la modernidad

Estamos ante el paradigma que como un legislador invisible determina la visión del mundo de la –bien o mal llamada– modernidad. Sabido es que el venerable paradigma comienza a agrietarse en el siglo XIX: el nacimiento de la termodinámica hizo tambalear el orden reversible de los fenómenos contemplados por la física clásica, las geometrías no ecludianas cuestionaron las certezas de orden matemático y la teoría de la evolución mostró los dientes del azar en la emergencia de las especies.

“(…) El trasfondo de la existencia es de orden caótico, la emergencia de los existentes es un producto del azar y en la realidad no hay esencias, sino procesos o acontecimientos. Como meteorológico denominaremos el nuevo paradigma siguiendo algunas sugerencias de Michel Serres, quien constata el irrebatible hecho de que ‘lo duro no dura’; un repentino seísmo lo rompe. No es fácil digerir semejante menú y posiblemente algunos no estarán dispuestos a transigir con que la casa del ser no es una edificación sólida, segura y acogedora, sino una agujereada y amenazante madriguera asediada por un perpetuo noise (del francés antiguo, que significa el ruido y el furor) tal y como se revela en la laberíntica y rizomática Construcción de Franz Kafka”.

La proposición del fundamento

En el desarrollo del seminario, adelantó Moreno, recurriría a las artes, la filosofía y la ciencia con el fin de ilustrar los contenidos teóricos expuestos. “Terminaremos el seminario con las desconcertantes conclusiones de Martín Heidegger en La proposición del fundamento, ampliamente discutidas por el filósofo chileno Cristóbal Holzapfel en La crítica de la razón lúdica. Allí Heidegger reformula el principio de razón suficiente de Leibniz de la siguiente y lapidaria manera ‘mientras dios juega, viene a ser mundo’”.

Juan Gonzalo Moreno, quien es profesional pensionado de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Universidad de Medellín y tiene entre sus títulos el de Ingeniería Mecánica por la Universidad Pontificia Bolivariana, estuvo en la UArtes por invitación del Vicerrectorado de Posgrados e Investigación en Artes, con el apoyo de las direcciones de la Escuela de Posgrados y de Políticas de Investigación en Artes.

Es autor de obras como “Geosofía y otros ensayos” (2008) y coautor de los libros “Flores a su tumba” (2018) y “El efecto Deleuze” (2016). También es especialista en la filosofía y el pensamiento contemporáneo, a partir de autores como Gilles Deleuze, Michel Serres, C. S. Peirce, Michel Foucault, entre otros.

Comparte esta nota