Lucía es un proyecto que creado con talento construido en la Universidad de las Artes, en las carreras de Cine, Creación Teatral, Música y Danza. Jimi Vilema, graduado UArtes en 2022, lo comenta en alusión al cortometraje del cual es su productor. Lo desarrolló junto a Isabela Bonilla y Amari Grunauer, en la dirección, quienes a los 17 años obtuvieron del IFCI (Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación) el reconocimiento de mejor guion para su propuesta.
El género del cortometraje Lucía es de terror psicológico y narra la pelea interna de una solitaria mujer contra el caos de su mente, donde nada es lo que parece. Una historia que habla de la importancia de la salud mental y que busca dar voz a más mujeres y nuevos talentos, expresa Vilema.
Agrega que su enfoque como productor ha sido crear historias que hagan saltar al espectador de su asiento, pero con un trasfondo social que genere un impacto positivo, mezclando el entusiasmo de jóvenes talentos con la experiencia de grandes profesionales del cine. Por ello, para concluir la posproducción de la propuesta fílmica impulsa la campaña de crowdfunding #TodosSomosLucia.

Acerca de la génesis del proyecto, de las jóvenes directoras y de las motivaciones para desarrollar el proyecto, Vilema revela que conoció a Isabela Bonilla y Amari Grunauer cuando ellas tenían 16 años. Una amiga los contactó, manifestándole el deseo de grabar una historia que escribieron juntas durante el confinamiento por el COVID-19.
“Todo lo que habían escrito y su estructura lo consiguieron mediante tutoriales y sitios web de cómo escribir un guion de cine. Al leer el guion y mantener una primera reunión virtual con ellas me llamó la atención dos puntos que me animaron a aceptar producir el cortometraje: el entusiasmo y la correcta escritura de un guion de cine”, anota Vilema.
Reconoce que estaba consciente del arduo trabajo que tendría, pues debía –primero–enseñarles el lenguaje cinematográfico que la historia requería y mantener su voz durante todos los procesos. Sin embargo, el poder brindar el apoyo que hubiera querido recibir en sus inicios en el cine resultó una motivación.

“Durante los primeros meses trabajamos arduamente con Adriana Alvarado, quien ayudó a estructurar de mejor manera una historia que comenzaba a caminar por sí sola, mientras buscábamos el financiamiento para realizar la producción. Supe que íbamos por buen camino cuando Josué Miranda, director de fotografía de varias películas en Ecuador y director de La Dama Tapada, la primera de terror hecha en el país, aceptó colaborar”.
Tiempo después, agrega, recibieron la notificación de que habían ganado el reconocimiento del IFCI. “Hubo gratos comentarios que aplaudían el trabajo hecho y el ímpetu de Isabela y Amauri por querer contar una historia fuerte que habla de la salud mental, así como de la realidad de las personas que sufren trastornos mentales; una historia tan cruda como la realidad misma”.
Al revisar los elementos externos del cortometraje, como la canción, descubrieron lo costoso que pueden resultar los derechos, indica. “Si bien el guion proponía el tema Where or When de Peggy Lee, el costo nos alejaba de la idea de contar con esa pieza dentro del corto. Surgió entonces una idea arriesgada, pero que enriquecería el cortometraje: crear nuestra propia canción interpretada por Isabela, quien con miedos aceptó hacerlo. Además de escribir, ella cuenta con una voz y un talento musical increíbles y aunque nunca había realizado una interpretación fuera de su dormitorio, siendo ella su único espectador, logró componer una canción desde cero, la cual ahora protagoniza el cortometraje; se llama Inevitable Ways”.

De cómo conformar la crew para la realización del corto, Vilema indica que analizaron tres premisas: mezclar la experiencia con jóvenes talentos; integrar mayoritariamente a mujeres, a fin de lograr una íntima comprensión de la historia; y conformar un grupo que respete la visión de las dos directoras pese a la inexperiencia y edad”.
Al equipo se unieron compañeros que Vilema había conocido durante su preparación académica en la UArtes y otros de cuyo trabajo en los laboratorios de rodajes había escuchado. A la realización del corto se suman: Débora Rosero, productora de arte; Mayro Romero, directora de arte; Andrea Portillo, diseñadora de sonido; Génesis Barahona, vestuarista; Andrea Sarango, maquillista; Jonathan Muñoz, segundo de cámara; Diego Coello, foquista; Arturo Moreno, microfonista; Selene Chávez, productora de campo; Jahaira Pilligua, continuista; y Khristel Ortiz, coach de baile.
Con su experiencia aportaron Josué Miranda, como director de fotografía; Michelle Prendes, como productora ejecutiva; Xavier Andrade, como scrip doctor; Alberto Pablo, como tutor de dirección; Iván Mora, en la musicalización; y Pablo Encalada, en la mezcla y doblaje “Talvez se me escapen algunos nombres porque la lista de quienes que nos han ayudado a llegar a donde estamos es larga”.

En cuanto al proceso de casting, el graduado UArtes señala que fue especial, ya que como era la primera vez que Bonilla y Grunauer iban a ver su guion materializado resultó una gran prueba para identificar errores y aciertos. “Luego de varias jordanas logramos elegir a quienes darían rostro a esta historia: María Paullet Arévalo, como la protagonista adulta; Anais Rodríguez, en la piel de Camila; Anelie Chávez, como Lucía niña; Valentina Morán, como Renata; Michelle Prendes, como la mamá de Lucía; Iñaqui Moreno, como el papá de Lucía”.
Tras quince días de preproducción, explica Vilema, llegaron los días del rodaje donde se vería si el trabajo realizado hasta ese momento era suficiente. “Recuerdo que esa tarde y noche, el gobierno anunció los primeros cortes de Luz, que comenzarían justamente durante nuestra primera jornada. Corríamos en círculos tratando de averiguar si en las locaciones en esos horarios había luz, pero nadie tenía la información certera. Afortunadamente nuestra crew supo cómo resolverlo y logramos conseguir (rentar) generadores que soporten el rodaje”.
Fueron cuatros largos días de rodaje, pero emocionantes, asegura el productor. “Revisábamos las tomas y veíamos que en la pantalla estaba la historia que queríamos contar. Todo el trabajo había valido la pena”.
Ahora, “nos encontramos en la etapa de posproducción e impulsando la campaña de crowdfunding. Nuestra meta es recaudar 5 mil dólares para concluir el proyecto, asegurar la presencia de Lucía en festivales de cine internacionales y, principalmente, llevar nuestro corto a colegios, comunidades y escuelas en un programa que hemos desarrollado junto a la Dirección de la Mujer del Municipio de Guayaquil, donde hablaremos del arte en los procesos de recuperación de la salud mental”, concluye Jimi Vilema, quien invita a colaborar o compartir para que su llamado llegue a más personas.
Más información de cómo colaborar en la campaña https://vaki.co/es/vaki/todossomoslucia)
Teaser https://youtu.be/LstjMJ_egK8?si=5m6TCPVqU8dlZjul
En redes: @toquillaFilms

Fotos: Cortesía Jimi Vilema, licenciado en Cine por la UArtes.







