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“NightHawk”, “El hombre de piedra”, “En la oscuridad” y “Alicia y el mar”, en la muestra de la Escuela de Cine

Como parte de la agenda de la semana de graduación, este jueves 8 de diciembre se presentaron los trabajos realizados por los estudiantes egresados de la Escuela de Cine. Sucedió en la Sala de Cine del MZ14, con una asistencia a tope de docentes y estudiantes UArtes interesados en conocer las obras realizadas por quienes han culminado su preparación académica en la Universidad de las Artes.

La cartelera estuvo compuesta por cuatro cortometrajes, todos de temática diversa. Fueron proyectados “NightHawk” de Génesis Barahona, “El hombre de piedra” de Andrés Sáenz, “En la oscuridad” de Bryan Portocarrero y “Alicia y el mar” de Luis Bustamante.

El corte experimental “NightHawk” mostró una recopilación de varias películas datadas desde el siglo pasado hasta nuestro siglo, con una combinación de efectos. El trabajo de Barahona contó con el trabajo de sonido de Camilo Aguirre.

“El hombre de piedra” de Sáenz seguía la vida de Luis Chumania, teniendo como una de sus principales escenografías a las Termas Oyacachi en la provincia del Napo.

“En la oscuridad” de Portocarrero contó con la participación de Douglas Anchundia como actor principal. Una cinta de género de terror que jugaba con la psicología y los sacrificios con animales, entre más temas.

Finalmente, “Alicia y el mar” de Bustamante, una historia sobre pesca y supervivencia de una niña llamada Alicia. Bustamante, quien estuvo presente durante la proyección, dio más detalles acerca de su trabajo.

Un recorrido de año y medio

El documental tuvo un recorrido de año y medio de preparación, tiempo en el que Bustamante dejó su hogar en Huaquillas, provincia de El Oro, y se embarcó hacia una isla que había elegido como escenario para el desarrollo de su trabajo. Fue en dicha isla donde conoció a Kléber Cruz, presidente de la comuna habitante y padre de quien sería la protagonista de su historia, Alicia, una niña de 15 años. “Anduve con él todo el tiempo y ya la conocí a Alicia, pero ella no me paraba bola” dice el estudiante, entre risas.

En un determinado momento, relata, dejó de buscar por una historia y se dedicó a observar. Un día, durante una sesión de pesca, Bustamante se cayó del bote. “Veo la mirada de Alicia, que ella me queda viendo. No se rio. Y cuando yo vi el rostro de ella, me levanté, me la quedé mirando un rato, me senté”. Le preguntó a Alicia si quería ser ella la protagonista de su película, mas la niña lo rechazó. A pesar del rechazo, Bustamante sabía que había encontrado a su personaje “real e irrepetible”; solo le faltaba crear su historia.

Se dedicó a ayudar con la pesca, cortó sogas, intentó lanzar y recogerlas del mar; Alicia, por su lado, poseía ya una gran destreza para llevar a cabo la actividad. Invitó a sus compañeros de trabajo a la isla, para ser parte de la experiencia sensorial, visual y auditiva.

Bustamante viajó varias veces hacia la isla. Narra que Alicia se mostraba bastante abierta a compartir con el resto de sus compañeros, mas no con él. Decidió, entonces, conversar nuevamente con Alicia y sus padres, quienes deseaban que se realizara el documental a modo de mostrar su realidad, en tanto la pesca artesanal está comenzando a desaparecer. Más allá de un medio de supervivencia, se trata de una herencia cultural, reemplazada por la pesca industrial. Y su enfoque se había convertido en mostrar el sufrimiento de una niña que estaba consciente que necesitaba de la pesca para poder vivir.

“Había muchos niños en la isla, pero yo no quería contar la historia con nadie más que con ella. Ella, para mí, era mi personaje” dice Bustamante. Compartió con la joven niña acerca de su vida personal como estudiante de cine, encontrando, de esa manera, los propios sueños de su protagonista: ser criminalista. Alicia había aceptado ser su personaje.

Dos semanas de terminar la pre-producción, contando con un tiempo límite para grabar, Bustamante se sintió insatisfecho con su trabajo. Halló en la sensibilidad, la ruta para llevar a cabo su trabajo. Decidió incluir a Alicia mucho más en el proceso de construcción de la historia, hacerla partícipe de decisiones, siguiendo el vivir y las necesidades de ella.

La obra de Bustamante contó con 32 horas de grabación. Por recomendación de parte de su equipo de trabajo, el egresado UArtes planea realizar un largometraje con el material recopilado de “Alicia y el mar”. La historia, señala, interesó a la Asociación de Documentalistas del Ecuador.

Daniella Vera S., estudiante de la Escuela de Literatura.

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