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Hermanos Edson y Byron Guamán Sucuzhañay estudiaron la misma carrera en la UNAE y la UArtes

En la familia Guamán Sucuzhañay hubo doble celebración el pasado 16 de febrero, día en que la Universidad Nacional de Educación (UNAE) graduó a los estudiantes de la carrera de Pedagogía de las Artes y Humanidades, la cual por convenio de cooperación interinstitucional comparte con la Universidad de las Artes.

Edson Enmanuel y Byron Ariel, dos de los 16 egresados que obtuvieron la licenciatura, son hermanos. El primero atribuye a las casualidades de la vida haber estudiado la misma carrera. Revela que antes de la UNAE estaban en la Universidad de Cuenca y por circunstancias personales suyas y la salud de su hermano debieron retirarse.

Entonces surgió la oportunidad de estudiar en la UNAE cuando se abrió la carrera de Pedagogía de las Artes y Humanidades, de lo cual se enteraron por la novia de Byron Ariel, quien cursó allí sus estudios. Optaron por postularse y sus padres, Sonia y Manuel, los apoyaron.

Ya estando en la UNAE se enteraron de que debían estudiar en la UArtes “y el que no arriesga no gana; fue la mejor decisión que hemos tomado y en nuestros títulos se refleja”, anota Edson Enmanuel con la misma emoción con la que recibió su título en una ceremonia en la que la UNAE graduó también a egresados de otras carreras. Los Guamán Sucuzhañay integran la primera cohorte de PAH.

Revela también que nunca había estado en Guayaquil, ni conocía la UArtes, solo la había visto por redes sociales. “Era un mundo completamente desconocido para mí, tuve un poco de miedo al inicio y muchos allegados me aconsejaban cambiar de carrera para no tener que establecerme en la ciudad, pero fue la mejor decisión que he podido tomar en mi vida estudiarla y tener a la UArtes como mi hogar temporal en mi camino académico”.

La acogida que les brindó la UArtes fue de lo más gratificante, refiere. Los docentes y autoridades los recibieron con los brazos abiertos, ayudaron con información vital y llevaron a recorrer sus oficinas, edificios patrimoniales, campus centro, biblioteca, entre otros. “Se nos brindó un mes de ambientación para adaptarnos al ritmo de UArtes y, al mismo tiempo, adaptarnos a Guayaquil. Siendo sincero me costó un poco, tanto por el clima como por las calles porque podía perderme. Vivía a quince minutos de la universidad, cerca del Parque Centenario, y algunas veces me perdí en la ciudad, pero con el uso de la tecnología llegaba a mi destino”.

A las clases recibidas, Edson Enmanuel las califica de excelencia, con docentes de calidad. “Cada asignatura que se presentaba en la UArtes era única y, justamente, en esas clases conocí a excelentes profesores como Juan José Rocha, Jorge Tigrero, Pedro Mujica y muchos más. En mis estudios en la UArtes nunca se me presentaron problemas de aprendizaje, exceptuando Filosofía de la Estética que no la entendía muy bien, pero logré sobrellevar”.

Las prácticas preprofesionales fueron un punto clave, añade. “Visitamos varias instituciones educativas, donde dimos talleres de arte a niños y jóvenes. Fue una experiencia gratificante, pues los aprendido en el aula lo poníamos en práctica, como algunos docentes mencionaban: teorizar la práctica y practicar la teoría”. 

Este recorrido que Edson Enmanuel comparte corresponde al primer ciclo de los dos que debía estudiar en la UArtes. Entonces se presentó la pandemia por COVID-19, “que transformó nuestras clases presenciales en virtuales y si bien el panorama de aprendizaje cambió, no fue una barrera para seguir estudiando”. Las PPP no podían ser presenciales, pero se crearon talleres virtuales con videos tutoriales para seguirlas realizando. “Tengo muchísimas anécdotas de lo vivido en la UArtes, tanto presencial como virtual; lo definiría como un camino con fronteras, pero sin ningún límite”.

Con una especialización diferente

Así como Edson Enmanuel, su hermano Byron Ariel indica tener mucho que contar de su permanencia en la UArtes. Coincide en que llegar a la universidad para estudiar el cuarto semestre los llevó a vivir en una ciudad resultó que no conocían; era la primera vez que se alejaba de su familia y no solo por la distancia, sino por el tiempo de permanencia en Guayaquil.

“Al iniciar las clases en la UArtes mi hermano y yo tomamos caminos distintos en temas académicos. Yo no soy muy bueno en cuanto a las áreas de las artes plásticas, las artes sonoras y las artes escénicas, razón por la cual elegí seguir Literatura y me dediqué a desarrollarme en poesía, a través de las asignaturas electivas”.

Que se formó en educación inclusiva, comenta y destaca la oportunidad que tuvo de llevarla a la práctica en una asociación de los suburbios de Guayaquil, donde trabajó con personas con necesidades educativas especiales. Le hubiese gustado seguir trabajando con ellos, agrega, pero llegó la pandemia. Experimentó ansiedad y estrés y reprobó una asignatura electiva, razón por la cual volvió a la UArtes en noveno semestre de forma presencial hasta culminar el ciclo.

Como cada uno eligió en qué especializarse realizaban sus trabajos de manera individual para conseguir sus propios méritos. Así sucedió en todo, sus proyectos de tesis y las PPP en Guayaquil, aunque en su natal Guapán, en la provincia de Azogues, desarrollaron un proyecto común: un mural gestionado con el GAD Parroquial.

En la ceremonia de graduación, Edson Enmanuel y Byron Ariel estuvieron acompañados por su mamá, Sonia, y su abuela materna, Luisa. Con ellas compartieron la emoción de obtener su licenciatura en Pedagogía de la Artes y Humanidades y de, como coinciden, tener ambos una segunda carrera.

En la gráfica, Edson Enmanuel y Byron Ariel Guamán Sucuzhañay junto a su madre, Sonia, y su abuela materna, Luisa.
Texto: Carmen Cortez. Foto: Rocío Martínez/DIRCOM.

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