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Docentes, estudiantes y alumni de la UArtes en el elenco de la obra “Lorca, las últimas habitaciones de la sangre”

“Danza, poesía y flamenco para afrontar las heridas abiertas” titula Jhonatan Salazar Achig a su artículo en la revista digital El Apuntador, el cual reseña la presentación en el Teatro Sucre de Quito de “Lorca, las últimas habitaciones de la sangre”, una propuesta de EPTEA Danza y Flamenco en el marco de la Fiesta Escénica que se inició en la capital el 1 de junio y concluirá el 18.

Con un elenco de bailarines y bailarinas integrado por docentes, estudiantes y alumni de la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad de las Artes, la agrupación guayaquileña llevó a escena tres de los poemas del “Romancero Gitano” de Federico García Lorca: “La monja gitana”, “Thamar y Amnón” y “Romance del Emplazado”.

Gloria Febres-Cordero, docente UArtes y quien con Aglae Febres-Cordero dirige EPTEA Danza y Flamenco, comparte con InfoUArtes la reseña de El Apuntador sobre “Lorca, las últimas habitaciones de la sangre”, cuya presentación fue el 9 de junio pasado:

La muerte de Lorca y el olvido histórico tras ese hecho se ha convertido en un símbolo. Sobre la muerte de Federico García Lorca sabemos muy poco, pero cada 19 de agosto, desde hace 87 años, en España se conmemora la desaparición del poeta y dramaturgo andaluz que fue fusilado a manos del régimen franquista, por “socialista, masón y homosexual”, según el informe de la Jefatura Superior de Policía de Granada de 1965.

Su cuerpo terminó en una fosa común, sin una sepultura digna. Triste final para uno de los poetas más influyentes en español. Ese final a todos nos suena injusto y todavía hoy no se ha tenido claridad de muchas cosas, por ejemplo, ha habido cuatro intentos de búsqueda infructuosa de su cuerpo cuyo paradero es desconocido. Eso lo ha convertido en símbolo de la desmemoria sobre miles de víctimas de la guerra civil. Su asesinato sigue envuelto en un manto de misterio, por el mutismo de muchas personas que conocían sobre ello y que en su tiempo no dijeron nada.

Así, la muerte de Lorca también es símbolo del poder mirando a otro lado, ineficiente para esclarecer esos hechos atroces. Si seguimos callando ante los abusos y el terror que siempre ocurren, seremos encubridores y quizá condenemos a la desaparición de posibles futuros grandes seres humanos, al igual que lo hicieron con el poeta. Ese es el mensaje clave que nos dan los integrantes de EPTEA Danza en Lorca, las últimas habitaciones de la sangre que se presentó en la Fiesta Escénica 2023 del Teatro Sucre.

EPTEA Danza es una compañía pionera en el género flamenco y referente en el país. Ha llevado a escena obras basadas en clásicos y en esta Fiesta Escénica nos trajo la potencia de los versos del poeta andaluz. La poesía, el flamenco y la dramatización se unen para presentar escenas creadas a partir de tres poemas del Romancero Gitano, hablamos de: La monja gitana, Thamar y Amnón y Romance del Emplazado. Son escenas construidas con flamenco, danza contemporánea, música, poesía, interpretación escénica. Pero más que centrarse en representar las historias y la danza, vemos una denuncia.

La propuesta es el resultado de encontrar paralelismos entre las acusaciones de Lorca y extrapolarlos a casos actuales que han ocurrido en el país. Atroces sucesos que impulsan que las/os artistas de EPTEA busquen constantemente una resignificación, tanto de la estética como del trasfondo discursivo en cuanto medio de denuncia al abuso y la violencia.

Veamos tres motivos principales que fueron representados: “Romancero Gitano” consta de 18 poemas que exploran temas como la pasión, el amor, la muerte, la libertad y la marginalidad. El título hace referencia a los gitanos, una comunidad nómada y marginada en la sociedad española de la época. Con un lenguaje poético y metafórico retrata la vida y las experiencias de los gitanos, así como explora otros temas universales.

El poema “La monja gitana” es uno de los más conocidos, donde se examinan temas como la pasión, la represión y la búsqueda de libertad. Narra la historia de una monja gitana que se encuentra tejiendo en un convento, descrita como hermosa y apasionada. En la poesía se utilizan imágenes y metáforas para mostrar la lucha interna, la pasión que lleva dentro, chocando con las restricciones por su vida religiosa. Se aborda la trama de la represión, las tensiones entre la espiritualidad y el deseo humano.

En la dramatización se manifiestan esos momentos con aguda amargura, en la imagen de uno de los artistas cargando una cadena pesada con una cruz al extremo, que usa como rosario durante sus oraciones. La fantasía de la monja es presentada de una manera muy lírica y hermosa, a través de una serie de referencias para recordarnos la represión, que hace imposibles algunas relaciones, como sucede hoy con las personas que aman a alguien de su mismo sexo.

“Thamar y Amnón” es el poema que cierra el “Romancero Gitano”. Comienza enfocando la luna en una noche calurosa de verano. La chica Thamar está desnuda en una terraza, soñando y cantando. Amnón, su hermano, la mira desde una torre y se excita; ve los pechos de su hermana reflejados en la luna, dice el verso. Él se acuesta en la cama y sufre por su pasión. Luego ella entra en la habitación y empieza el drama. La hermana le dice que le deje tranquila, pero él no la respeta. Le agarra de los cabellos, rasga las vestimentas. Se oyen gritos y los versos nos detallan el atroz momento mientras acompañamos el sufrimiento de Thamar, que ha sido violada por su hermano.

En la representación la luna como primera referencia visual y como símbolo de la tragedia es explotada al máximo, se vuelve testigo y encarna la violencia sexual. También da testimonio de esa violencia que existe desde siempre y que en nuestra sociedad parece un mal que nunca cerrará. La obra denuncia la falta como tragedia, como hecho repudiable, pero también crea conciencia ante un suceso que se repite por siglos en las alcobas cerradas.

En el caso del poema “Romance del Emplazado” se narra la historia de un hombre que recibe el presagio de que morirá en dos meses y, en efecto, la profecía se cumple. Este protagonista expresa en primera persona su sufrimiento y la soledad, que no le permiten dormir. Está llena de simbolismo y metáforas que profundizan en la angustia y la lucha del protagonista.

“Lorca, las últimas habitaciones de la sangre” a cargo de EPTEA Danza, explora temas como la injusticia, la soledad y la inevitabilidad de la muerte. Al final, se evoca una sensación de fatalidad y tragedia. Y tras esa fatalidad, los artistas/intérpretes nos mencionan los hechos actuales que nos recuerdan que esas tragedias están más presentes que nunca, y nos dicen que el silencio no es más que complicidad.

Elenco: bailarinas/bailarines, Gloria y Aglae Febres-Cordero (docentes UArtes, EAE), Omar Aguirre, Natasha Arellano Febres-Cordero, Adrián de la Cruz (alumni UArtes, EAE), Kiara Rivera (estudiante UArtes EAE), Karen Paulina Zúñiga (estudiante UArtes, EAE). Narradora: Ángela Arboleda Jiménez (docente y estudiante UArtes, EAE). Asistente de ensayos: Denisse Ochoa. Escenografía: Lalo Santi (docente UArtes, EAE). Iluminación y sonido: Remigio Vásconez (docente y técnico UArtes, EAE). Texto y fotos: El Apuntador.

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