Logo-UArtes-white
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

“Elipsis”, el primer encuentro de la Escuela de Cine para hacer pausa y analizar la situación cinematográfica

Ahora es un encuentro pequeño enfocado a la precariedad, el cine universitario y las posibilidades de hacer cine desde Guayaquil, tanto para docentes como para estudiantes. Pedro Cagigal, director de la Escuela de Cine de la Universidad de las Artes, sintetizó así a la cita que estaba por inaugurar en la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación.

Ocurrió hoy, miércoles 15 de noviembre, con una programación que hasta este viernes 17 busca reunir en “Elipsis, encuentro de cines” a docentes, estudiantes y cineastas para discutir las problemáticas de la educación en cine, el cine local y generar redes de colaboración enfocadas al desarrollo de los estudios superiores en cine.

La Escuela de Cine ha venido trabajando fuertemente en varios frentes, colaborando con artistas locales que quieren mostrar sus películas, con estudiantes que tienen clubes de cine y han estado activando, pero en esta ocasión queríamos hacer nuestro primer encuentro, el primero hito, que tiene unas entradas teóricas, dijo Cagigal antes de dirigirse a la comunidad universitaria y público que asistió al acto inaugural.

Mencionó que este primer encuentro, planteado desde nuestra locación –Guayaquil– y universidad, analizará temas como la precariedad que vive el cine ecuatoriano en general, la falta de recursos, de espacios y de apoyo de gobiernos locales. Vamos a ver mucho cómo los cineastas encuentran formas de hacer, a pesar de los obstáculos que tiene en nuestro contexto. Vamos a ver por qué los fondos y la producción se sigue quedando en el centro –Quito– y qué requerimos desde la ciudad para mejorar e involucrar al Estado, a las agremiaciones entre artistas y cuál es el rol de la UArtes en ese proceso, dijo Cagigal.

El director de la Escuela de Cine comentó que costó llegar al concepto de elipsis, como un concepto de trabajo. Es una idea que permite varias entradas. Se utiliza para ganar tiempo descartando. Es un salto en el tiempo, en la historia y en el lenguaje. “La elipsis nos obliga a cuestionarnos sobre lo que obvia y se omite, lo que es esencial para hacer sentido y lo que nos hace perder el tiempo… En sí, elipsis es una lucha contra el tiempo, nuestro tiempo real. Es un atajo para esquivar lo entendido y lo redundante, para no aburrirnos y para ir al grano.

Pero ¿qué es lo que queda fuera y se pierde en el salto de la elipsis, lo sobreentendido, lo cotidiano, los no lugares?, cuestionó Cagigal y reflexionó en lo curioso que es ganar tiempo abstrayendo el relato y el lenguaje, conseguir una vista más general y panorámica omitiendo los detalles y llegar a la paradoja de que ese tiempo ahorrado y que se corta con el uso de una elipsis se utiliza para contar más. “A la final es una estrategia, un artificio del arte y del cine, del lenguaje, que no exactamente ahorra tiempo, sino que comprime más información en un tiempo delimitado”.

En el encuentro propuesto, la elipsis está planteada para los asistentes como una pausa temporal en el ciclo, “como nuestra propia ausencia de la producción y del ajetreo diario de la universidad, un momento para escuchar lo que se ha venido haciendo y para repensar y volver a mirar, para generar valores acerca de nuestro hacer a través del análisis y la discusión”.

Así, el encuentro fue planteado como una respiración profunda y consciente antes de reiniciar nuevamente. Se esperará un año para un reencuentro que busca convertirse en tradición.  

Pedro Cagigal señaló también que en para esta primera edición se pensó en trabajar la temática del cine recursivo y resiliente, “donde se busca abordar la producción cinematográfica desde sus estrategias para enfrentar la falta de recursos, las limitaciones del mercado audiovisual en el contexto local, a través de la experiencia de los invitados”.

En su alrededor se han planteado tres líneas de trabajo, dijo y citó: “la recursividad en un contexto adverso que tiene que ver con el cine ecuatoriano tomando en cuenta la precariedad de nuestro cine audiovisual en su dualidad; seamos resilientes, pero conscientes de nuestras resistencias. El cine desde la universidad, en cómo la academia se puede convertir en un contexto que favorezca la práctica y devengue nuevas estrategias. Y hacer cine desde Guayaquil, pensando en la ruta para lograr que nuestra localidad se adapte a las necesidades cinematográficas; aquí buscamos incentivar la asociación, la organización gremial, la demanda por un rol activo del gobierno local, a través de un análisis realizado por nuestros cineastas”. 

Comparte esta nota