Cineasta ecuatoriano Mateo Herrera, en “Elipsis” con taller y dos de sus trabajos; “Resonancia”, la primera proyección

El documental “Resonancia” (2014), del director ecuatoriano Mateo Herrera, se presentó este jueves 14 de noviembre en “Elipsis”, evento hito de la Escuela de Cine al que el realizador ecuatoriano fue invitado a intervenir con un taller y dos cines foros. Además de la proyección anotada, hoy está programada una segunda: “Chuquiragua”, que tendrá, asimismo, un diálogo posterior entre el cineasta y el público.

“Resonancia” se adentra en la fascinante y casi mística actividad de la construcción de una guitarra. La película no solo muestra el proceso artesanal que implica la creación de este instrumento musical, sino que también revela la magia detrás de las pequeñas acciones que dan forma a una guitarra, un verdadero “milagro” según las palabras de Herrera.

Desde sus primeros fotogramas, “Resonancia” se enfoca en las pequeñas, pero cruciales, acciones del luthier. Cada gesto, cada herramienta, cada movimiento de las manos se convierte en una acción fundamental dentro del proceso de creación. Como subrayó Mateo Herrera en el foro, la película busca mostrar que la construcción de una guitarra no es solo una habilidad técnica, sino también un proceso sensorial que involucra la percepción, la intuición y el conocimiento profundo del oficio.

El documental ofrece una mirada muy íntima al mundo del luthier. A través de planos detallados es notorio ver cómo se corta, lija y ensamblan las partes de la guitarra, un instrumento que, de acuerdo con Herrera, se construye de manera casi alquímica. La manipulación de la madera, la elección de las cuerdas, el tallado preciso de cada parte, no son simplemente pasos de una receta, son momentos impregnados de historia, tradición y, sobre todo, de una intensa conexión entre el artesano y el objeto que está creando. A través de este proceso, se establece una relación casi simbiótica entre el luthier y la guitarra.

Uno de los aspectos que hace que “Resonancia” se distinga de otros documentales sobre oficios tradicionales es su enfoque sensorial es la atmósfera de fabricación de la guitarra, utilizando una cinematografía que no solo muestra los aspectos visuales del proceso, sino que también invita a los espectadores a “sentir” lo que significa crear una guitarra. Los sonidos del raspado de la madera, el martilleo de las piezas, el silencio profundo mientras el luthier observa su trabajo, crean una experiencia que va más allá de la simple observación. El proceso de creación se convierte en una meditación visual y auditiva, casi hipnótica, que sumerge al espectador en la rutina tranquila y precisa del luthier.

Mateo Herrera mencionó cómo este enfoque sensorial también busca transmitir la atmósfera ritualística de la creación del instrumento, casi como un acto sagrado. El trabajo del luthier es presentado como una forma de alquimia donde, a través de la manipulación del material, se busca crear algo sublime: una guitarra que, una vez terminada, tiene la capacidad de resonar y emitir sonidos que transportan a quien los escucha.

Hace también referencia a la “alquimia” que implica la construcción de una guitarra. Este término refleja cómo el luthier, al manipular la madera y los materiales, no solo sigue una técnica artesanal, sino que también crea una obra de arte que tiene un alma propia. La madera, un material natural y orgánico, se transforma en un objeto que no solo resuena con sonidos, sino que también se conecta con las emociones de quienes la tocan.

En “Resonancia”, sostuvo su director, hay una clara intención de hacer visible lo invisible: el conocimiento profundo que el luthier tiene sobre los materiales, su entendimiento intuitivo de las proporciones, las cuerdas, la caja de resonancia y cómo todo ello se conjuga para producir una guitarra que es mucho más que la suma de sus partes. Es una creación que no solo se forma con las manos, sino con el corazón y la mente del artesano. En “Elipsis”, el cineasta Mateo Herrera desarrolló también este 14 de noviembre la primera de dos sesiones del taller “Filmando a codazos, aterrizando la producción cinematográfica a nuestra realidad”, en la Biblioteca de las Artes; la segunda sesión y cierre fue la tarde de hoy, viernes 15, antes de la proyección de “Chuquiragua”.

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