“Ser: Dream We Must” es un proyecto de investigación que se desarrolla en la Universidad de las Artes y que tiene como propósito indagar acerca de los sueños, buscando la necesidad no solo de explorarlos sino de dormir. Soñar como un acto político, como un acto de resistencia, como un acto profundamente humano donde nos reparamos, pero también de cómo el cerebro empieza a construir todo lo que ha experimentado en el día. “Es ese acto de dormir el que siento se ha perdido un poco”, señala el docente UArtes Juan José Ripalda.
Este miércoles 9 de abril, Ripalda desarrolló en la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación UArtes un laboratorio abierto performativo de la propuesta “dreamlivestream”, la cual es parte del proyecto de investigación en mención. No se trató de una muestra de resultados, sino de una experimentación, la cual tuvo como performer a Rocío Maruri, quien permanecía acostada sobre un colchón como si estuviera en su habitación.
Para ubicarse en el acto performativo, Ripalda le colocó un sensor –electroencefalograma–, uno muy comercial llamado Muse 2 con la idea, manifestó, de ir creando un sistema de electroencefalograma propio, de los mismos que se utilizan para medir la actividad del cerebro. Lo conectó a una computadora directamente y vía inalámbrica, a fin de ir recabando datos crudos. “Estos me dan cinco ondas: alfa, beta, gamma, delta y theta, las cuales, al medir la actividad cerebral, me permiten conocer su frecuencia. Yo recibo esas ondas y las convierto en sonido”.


En efecto, durante el laboratorio abierto performativo se escuchaba a través de parlantes el sonido de las ondas producidas por Maruri en tiempo real y que Ripalda interpretó mediante diseños sonoros. Le puso, indicó, un poco de ondas senoidales como samples, es decir, sonidos que habían sido previamente grabados, como golpes de madera y voces; fueron sonidos sintéticos y orgánicos Esto en un ejercicio para inducir al sueño, anotó el docente, quien considera que la tecnología ha podido llegar a muchos lados, pero no al sueño.
Lo realizado en el laboratorio abierto performativo está aún en un proceso de investigación, refirió Ripalda. “Hay una disciplina que está desarrollándose en la actualidad, que es la ingeniería del sueño, es saber en qué momento cuando estamos dormidos se genera una reconstrucción neuronal o reconstrucción de memorias. La idea es irla explorando para saber, por ejemplo, en que momento ayudar a la memoria, en qué momento un sonido se puede activar para reconstruir ciertas memorias”.
El docente UArtes añadió que el tema está aún en estudio y que a través del proyecto de investigación se busca explorar lo sensible desde un contexto público. “La idea para más adelante es que tengamos una sesión de sueño curada por una persona. Todos escuchar el sueño de una persona y todos dormir. Darle una dimensión colectiva al dormir. Resulta interesante plantear soñar todos al mismo tiempo y en un mismo sonido”.

¿Y qué tiene que ver la experimentación en proceso con el arte? A la pregunta Ripalda respondió que el proyecto explora la sensibilidad y lo sensorial, lo cual es terreno del arte, y ponerlos en un contexto performativo. “Rocío está inmóvil, pero está performando. La premisa es ver también esa dimensión inconsciente del cuerpo”.
Lo presentado el miércoles 9 en la Plaza Pública puede llegar a desarrollarse en una performance con una dinámica muy específica. También se puede traducir luego la información obtenida en una información visual; crear una especie de interpretación de los sueños, pero a través de estos datos crudos de lo eléctrico, dijo.
Es posible, además, que las experimentaciones que impulsa el proyecto “Ser: Dream We Must” puedan alimentar otras ramas y convertirse en transdisciplinar. “Le veo un potencial en la medicina, la salud mental e incluso en la educación temprana. También en el campo del arte como nuevas interfaces, nuevos instrumentos. Tocar con el cerebro sería increíble”.

El dormir nos atañe a todas, sin distinción de edad, raza y etnia, precisó. “Y es tan incomprendido, a pesar de que en la actualidad haya una crisis de sueño. En lo personal no duermo mucho, lo cual me priva del descanso y de poder soñar. Se nos está perdiendo esa capacidad de soñar y para una sociedad acelerada sería una especie de estrategia de resonancia y también medicinal”.
Con los datos crudos que se fueron obteniendo durante la experimentación en la Plaza Pública es aún difícil determinar el tipo de sueño que estaba teniendo la performer, pero la idea es que suceda, manifestó Ripalda. “Que si el sueño es profundo los gráficos cambien, que lo observado en la computadora tenga su bajada y sus picos, ahí sabremos en qué estado está la performance. Es una ciencia que estamos recién explorando”.