A su disco Gregory Lynch –artísticamente solo Greg Lynch– lo tituló “Eco”, pero en inglés: “Echo”. Razones tuvo muchas. La principal es que habla varios idiomas y aunque el español es el oficial de Ecuador, se siente más cómodo hablando en inglés, lo cual hace desde su infancia; también habla francés y portugués.
“Echo” es su álbum debut. El disco con el que más se ha soltado, con el que se muestra y conecta, y con el cual inicia otra etapa como cantante, pues viene incursionando en la música desde niño, cuando integró coros y participó en varias presentaciones, como el teatro musical.
Greg es alumnus de la Universidad de las Artes. Cursó la carrera de Producción Musical en la Escuela de Artes Sonoras (EAS) y entre las actividades universitarias que cumplió está “El Break!”, el espacio que se transmite por YouTube y del cual es su conductor-fundador y productor ejecutivo. Agrega que cuando decidió sacar “Echo”, lo hizo justamente pensando en que ya era el momento da dar a conocer su nueva etapa como cantante.
Este nuevo inicio es parte del viaje de introspección que realizó el año pasado. Se conectó muchísimo con el dolor, arrepentimiento y autocuidado; la compasión, paz y tranquilidad. Ver dentro de sí para poder estar bien consigo mismo, con el ser que cada uno tiene para poder mostrarse después al mundo. Es el proceso que fue plasmando en el disco y cada una de sus canciones, incluso en el orden en el que están integradas.

Con “Echo”, Greg Lynch debuta como artista, cantante y profesional. Haber estudiado Producción Musical lo ayudó, sobre todo a mejorar artísticamente, pues vio materias un poco más complejas y con contenidos más dedicados hacia la industria, los cuales ya ha puesto en práctica. Durante su tesis de grado hizo la preescucha de su material y constató la acogida previa que tendría su material, ya que a mucha gente le gustó.
Añade que lo importante de “Echo” es que no se trata solo de un disco, sino que es su carta de presentación. De allí que quiso que fuera diferente, a fin de mostrarse tal cual es. Ser arrebatado lo caracteriza, pero trata de ser siempre elegante y sofisticado. El álbum tiene mucha juventud y es, a su vez, sofisticado, elegante y recatado.
Del disco, además de ser su intérprete, es su compositor y productor. Como tal, anota, estuvo en todas sus etapas. “Compuse, luego creé las maquetas y empecé a grabar. A partir del proceso de grabación tuve ya un equipo de trabajo, conformado por unas doce personas, quienes me acompañaron en el proceso; dependiendo de la canción, eran las complejidades técnicas y necesitaba traer más gente para que ayude a grabar y producir”.

Greg Lynch se encargó también de la posproducción, mezcla y masterización, lo cual constituyó un reto, pues nunca había masterizado. “Me repetía que necesitaba hacerlo bien. Tuve la opción de mandarlo a masterizar afuera, pero nadie iba a entender lo que estaba en mi cabeza. Solo yo sabía cómo quería que sonaran los temas”.
En suma, el proceso de grabación del material le tomó cerca de dos meses y el resultado es para su cantautor y productor un logro que alcanzó siendo exigente y separando cada intervención: al humano, artista, compositor, cantante, productor. No se permitió fallar y siempre se dijo que no sacaría las canciones sino sonaban como estaban en su cabeza.
¿Y cómo suena Echo y los temas que lo integran? El artista responde que en su álbum debut hay muchos géneros, pero su esencia es el soul pop. Son seis temas con un poco del sonido motown de antes, en el que se incorporan varias voces (backing vocals) acompañándolo.
Explica que se inspiró en dos artistas de su predilección: Adele, cantautora y multinstrumentista británica, y Meghan Trainor, cantante, compositora, actriz y productora musical estadounidense. “Me gusta muchísimo por su esencia del pop comercial, vital actualmente en la industria. (Trainor) domina cómo vender y manejar el producto, sin perder el doo-wop, género musical vocal que surgió en las comunidades afroamericanas a mediados del siglo XX, como The Chordettes o The Supremes”.

En su producción, Greg Lynch hizo suyo el doo-wop para imprimirle algo retro sin dejar de sonar muy moderno. Además, por ser violinista quería este instrumento muy clásico con lo moderno. De Adele le inspiró su forma de escribir (sus canciones) y la peculiaridad de que su voz es la que sobresale. “Hay muchas cosas más sonando, pero su voz está presente. Es lo que quise hacer con ‘Echo’, que mi voz sea lo principal, que muchas cosas estén pasando y acompañando, pero el principal soy yo”.
Al igual que Adele, “Echo” también tiene peculiaridades. Y es que en su álbum debut Greg Lynch buscó sanar, mostrarse y filtrarse a sí mismo. “De allí las mezclas raras entre lo pop y los usos orquestales, pero su estética es el soul pop con elementos del sinfonismo por el violín y un cuarteto de cuerdas en canciones como ‘Shine’, dejándose escuchar de fondo”.
Junto con la que le da el nombre, las canciones que componen “Echo” son: “Meant to be”, “Confessions of the Soul”, “Shine”, “Come Get It” y “Flames of Desire”, interpretadas todas en inglés. Están disponibles en todas las plataformas digitales, como Spotify, Apple Music, iTunes Store, Amazon Music, Deezer y Tidal, y también en las redes sociales de Instagram, Facebook, WhatsApp y TikTok. “Está por todos lados”, anota entre risas Greg Lynch, destacando que el objetivo es darlo a conocer dentro y fuera del país, lo cual está logrando pues ha recibido comentarios de su producción desde Australia.

“Por eso lo grabé en inglés, para los mercados internacionales. En semana y media de haber salido le está yendo bien aquí en Ecuador y lo están empezando a escuchar en otros países”, anota. De los temas que compuso, “Meant to be” fue el primero. Iba a ser su último trabajo como estudiante en la UArtes y de allí se dedicaría a la tesis. Por los tiempos lo compuso rápido y los otros temas fueron fluyendo. Entre ese primer momento, la grabación del álbum y su masterización transcurrieron entre 8 y 9 meses, de allí que en tono jocoso su cantautor y productor indica que el material es su hijo.
Para el proceso hizo suyas algunas técnicas, como la escucha profunda que le permitió inspirarse y obtener hasta el diseño del sonido. En el camino recordó la frase de Pauline Oliveros: “Camina tan lento que puedes escuchar con los pies” y la adoptó para hacer lo contrario: quedarse quieto. Así, en el silencio de la noche lo único que empezó a sonar eran sus pensamientos y todas las versiones de él hablando al mismo tiempo y originando ideas con diferentes intenciones y motivaciones.
Foto: cortesía de Greg Lynch, graduado de la Escuela de Artes Sonoras de la UArtes.