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Lucho Garzón, un subversivo militante de derechos para quien la seguridad se logra defender abriendo más espacios

Invitado a participar en el “Encuentro Nacional de Gobiernos Locales por la Paz, una respuesta estructural a la violencia”, el político y activista colombiano Lucho Garzón dijo que su disertación no era una charla magistral, sino el diálogo de un ciudadano “que poco a poco ha ido aprendiendo a enfrentar políticas de guerra, de fascismo y de restricción de libertades con derechos”.

Garzón inició así ese compartir de experiencias en la segunda jornada del encuentro, realizada este martes 20 de junio en la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación de la UArtes. La primera cita tuvo lugar el lunes 19 en Quito.

El mejor blindaje son los derechos, refirió quien fue alcalde de Bogotá entre los años 2004 y 2008 e implementó en su administración un conjunto de políticas que permitieron la pacificación de varias áreas complicadas de su ciudad y también la construcción de un conjunto de políticas de seguridad, empujadas desde una perspectiva de lo que se puede hacer desde el arte y la cultura.

Que nunca actuó con revancha ni venganza y que siempre ha dicho que no tomemos una actitud de bonsái. “Siempre chiquitos, les echamos agua y no crecemos, y siempre nos quejamos…, pero la vida sigue construyendo derechos. Son difíciles de cuantificar, son intangibles. Cuando dicen los compañeros y compañeras es un derecho de lenguaje y del lenguaje incluyente, los derechos de la personalidad… y hay que inrrumpirlos”.

Que se declaraba un subversivo en derechos, anotó, pues “hay que subvertir el comportamiento, que es poner sobre la superficie todos los días sus derechos, hay que empoderarse”.

Lucho Garzón, en el repaso de experiencias que hizo de la gestión pública y de la administración que llevó cuando fue alcalde de Bogotá, comentó cómo fueron construyendo derechos como el de educación. “La gente dice cero deserción, que es como obligar al joven o al niño a que tiene que estar estudiando. Cuando (ellos) sientan que el aula es su placer, que las cátedras funcionan, verán que aula más grande es su ciudad”.

La lucha no es ser indiferente. La sociedad necesita derechos, derechos sociales, derechos económicos. La seguridad se logra defender abriendo más espacios, empoderando a las poblaciones y teniendo acciones afirmativas. Ser militante de los derechos lo lleva a que todo lo que ve lo aprende, anotó.

De su experiencia, dijo que el tema de la noche fue una gran pelea. “La noche no tiene la culpa. Vamos a generar una cultura sobre la noche, que da empleo, calidad de vida, da alegría y dijimos vamos a poner la ciudad a funcionar: Rock al parque, al joropo… Las artes en la calle y la cultura transversal, desde el comportamiento”.

Garzón reiteró su llamado a empoderarse de los derechos, a tener y recobrar la autoestima. Entonces puso como ejemplo a la viceprefecta de Santa Elena, Juanita Córdova, quien llegó al encuentro emocionada y diciendo que Salinas es la mejor capital del mundo en turismo, las mejores playas, la mejor provincia. “Esa es la autoestima, es cuando nos empoderamos de los derechos”.

De la UArtes y de la Sede Nacional de la Casa de las Culturas ponderó sus infraestructuras y el empoderamiento que tienen del territorio. “(…) Lo que menos quiero es un claustro, viven en universidades con 20 mil fórmulas ¿y la calle?, ¿cómo aplica eso?, ¿cómo están los derechos?”, cuestionó refiriéndose a lo que ocurre con algunas instituciones de educación superior de su país y de los que ha visitado.

Para Lucho Garzón el territorio es fundamental. Su mamá, una campesina que a duras penas terminó la primaria (anotó), fue portera de un edificio y esa labor es como el consejo de administración, “el alcalde es como el portero, que tiene que saber todo lo que ocurre en su ciudad. Tiene que ser un portero amable”.

Destacó también cómo la UArtes ha sobrevivido a gobiernos y que, en general, el arte no debe actuar en función de “deme presupuesto”, sino de lograrlos. Que la política era inherente a todos, precisó. El arte es política y tiene claros sus derechos. “Uno es producto de lo que ha sido su vida y cómo funcionó su lógica”, expresó Lucho Garzón casi al término de su intervención, seguida por rondas de inquietudes planteadas por los presentes.

Cobertura/Texto: Carmen Cortez

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