Investigador, lingüista, educador y crítico cultural kichwa de la provincia de Cañar. El doctor Armando Muyolema participó con la ponencia “Educación propia e interculturalidad desde el pensamiento de Dolores Cacuango”, en Manglar: I Congreso Internacional de Educación Artística e Interculturalidad, desarrollado por la Universidad de las Artes en modalidad híbrida. En los espacios MZ14, Biblioteca de las Artes y el campus centro de la UArtes, así como en formato virtual vía zoom.
La docente Gioconda Coello, de la carrera de Pedagogía de las Artes y Humanidades de la Escuela de Literatura, organizadora de la cita, señaló en la presentación que hizo de Muyolema su trabajo en distintos niveles del sistema de educación intercultural bilingüe. Ha realizado estudios de educación lingüística, antropología y literatura aquí y afuera, realizó sus estudios doctorales en la Universidad de Pittsburg y es profesor de Lengua y Cultura Quichua en la Universidad de Wisconsin-Madison.
Tras agradecer la invitación y la asistenta, Muyolema dijo que haría breves reflexiones sobre las nociones de educación propia e interculturalidad, que pueden ser vistas desde una perspectiva como conceptos históricamente antagónicos o que se conjugan dependiendo de cómo visualizamos su historia, su genealogía y la centralidad que debemos a cada uno en el proceso de educación.
Fragmentos del pensamiento de Cacuango
“Vamos a pensar estos conceptos a partir de Dolores Cacuango, esta gran mujer con unas ideas. No tenemos nada escrito de ella. Tenemos fragmentos de su pensamiento recogidos en distintos documentos, sobre todo, de los archivos de izquierda, del Partido Comunista. Suelo decir que es como una Sócrates Andina, conocemos sus pensamientos a partir de gente que la conoció”, refirió.
Es necesario ir un poco más allá de una descripción de las escuelas clandestinas de Cacuango que tuvieron lugar en Cayambe en los años 40 y se agotan a inicios de los 60 cuando son asumidas por el Estado, dijo Muyolema antes de referirse a su pensamiento político al que llamó arengas culturales por esa forma e interpelación movilizadora y los tropos de la política y el sentido del mundo.
“(…) Para hablar de su vida necesitamos pensar el régimen de Hacienda, una organización jerarquizada, con varios niveles de organización. En la base, las familias indígenas, sometidas completamente al trabajo; la violencia sobre el cuerpo, las energías laborales de la gente”, dijo Muyolema. En ese contexto citó a autores como José Yanes del Pozo, Andrés Guerrero y Raquel Rodas. Mencionó también el impacto que produce la rebelión de Fernando Daquilema (1872-1873), “la única separatista que tuvimos en el país, centrada en Chimborazo. No tuvo un alcance nacional porque no estaba pensada en Ecuador, sino en la reestructuración de la comunidad política de los Purúa en el centro del país”.
Modelos de organización
Los sociólogos, antropólogos, el mundo del arte, de la literatura. Todos están tratando de responder qué hacer con los indígenas, no podemos limitar. Habló de la Ley de Comunas es como una bronca entre la izquierda y el Estado. Su hipótesis es que esta normativa se expide para ofrecer un esquema organizativo diferente en las comunidades. Ofrece un modelo distinto de organización entre las comunas y cooperativas. Empieza un proceso de etnogénesis, una separación entre la izquierda y clase etnia que va a desarrollarse posteriormente; me parece fundamental la Ley de Comunas como contexto porque la Federación Ecuatoriana de Indios que se crea en los 40 nunca fue reconocida por el Estado, fue una organización de hecho, era vista como una formación de sindicatos.
Tenemos la misión andina que va a implantar un desarrollismo, de intervenciones del Estado con fuerte influencia económica de afuera. Va a hacer trabajos en comunidades, apoyando sus iniciativas, va a ser un proceso de alternativo que va a ir creando una conciencia de identidad que se diferencia de la izquierda. Es el contexto en el que crece Cacuango. Muy joven está vinculada con las movilizaciones indígenas y coincide con la expansión de las ideas de izquierda en las comunidades. Ese es el marco importante para entender su personalidad y pensamiento que al mismo tiempo no coincide con la izquierda y va a construir un imaginario basado en referentes andinos.
De las arengas culturales de Cacuango resaltó el llamado a la unidad, a lo comunitario, la idea del comunero por encima del ciudadano, lo cual hace más visible el sentido de pertenencia, destaca la individualidad como un sentido de pertenencia a lo colectivo. (…) Están en plena lucha de la reforma agraria, pues hay registros de movilizaciones a Quito, de levantamientos en los años 30, ella dice: unidos como poncho tejido patrón no podrá doblegar. Hay este sentido de unidad, el valor de lo colectivo. También dice primero el pueblo, los campesinos, indios, negros, mulatos, todos son compañeros, por todos hemos luchado sin bajar la cabeza siempre en el mismo camino.
Políticas de asimilación
También: somos como la paja del cerro que se corta y vuelve a crecer; de paja de páramo sembraremos el mundo. Podemos entender eso como las políticas de asimilación, listas de integracionistas. Esto tiene una enorme fuerza porque en el momento que lo dice es casi prohibido salir de las haciendas. Los hacendados eran dueños de los indígenas en los 40 hasta los 60 se incluía los peones cuando se las vendían. Hay como una voluntad de ser, de persistir, de proyectarse, de tener un futuro. Ella es la representación del antietnicismo.
Me parece fascinante esto para entender las políticas culturales, lingüísticas, de fortalecimiento de la agencia indígena, porque todo el mundo estamos pensando que los indígenas y comunidades tienen que seguir hablando la lengua, tienen que seguir practicando su cultura, pero nunca reflexionamos sobre el contexto y este es hostil. El indígena tiene que seguir hablando kichwa, pero va a una gestión a la alcaldía o sale a una tienda y nadie le habla en quichua. Sale a la ciudad si escuchan hablar quichua, pues se burlan y se ríen hay un estigma sobre la lengua. Sí tenemos un contexto simbólico agresivo, hostil, entonces la fuerza de la agencia indígena se disminuye y debilita.
Para concluir mencionó que al repensar la interculturalidad con Dolores Cacuango hay una dimensión cosmopolita y universal para los indígenas. No solo son los cuerpos habitando en otros espacios que son extraños. Esos cuerpos son también portadores de conocimientos, de afectos, de modos de vivir, de modos de habitar, de modos de relacionarse. Dijo siempre está pensando ¿qué es ser indígena?, ¿ponerse el poncho, el sombrero y ser por adentro un neoliberal declarado? No sé, los modos de habitar son definitorios para nosotros, la institución de la minga, lo qué es, la estructura más sólida, coherente y resiliente que hemos tenido en los Andes, que incluso atravesó el incairo y tenemos hasta ahora. Lo colectivo y común es definitorio.
Interculturalidad en distintos niveles
Hay que trabajar la interculturalidad en distintos niveles, dimensiones y escalas; es necesaria para resolver las grandes tensiones políticas y geopolíticas que estamos viendo en el mundo. Necesitamos pues, tener una comprensión del mundo para saber tolerar, adaptarnos, convivir aquí y en cualquier espacio que nos movamos. Hay una necesidad de una sensibilidad para para parecer como habitantes del mundo, para hacer paja de páramo que habitamos en el mundo.
Hay dimensiones distintas de la interculturalidad que vengo proponiendo: dimensión cognoscitiva (conocer al otro), que es la más antigua de todas, la manera de cómo representar una civilización y otra. La dimensión afectiva (empatía hacia el otro), cómo ese conocimiento lo traducimos en empatía, en una relación positiva, en un interés positivo, una valoración positiva ese saber, porque también el saber puede servir para la dominación. Y a una tercera dimensión que yo llamó la imaginativa, que es la apertura hacia el otro.
La conciencia de que tengo un mundo cultural que sostiene y me da piso, pero, al mismo tiempo, tengo la expectativa de que siempre puedo aprender más. Hay una predisposición subjetiva de abrirse al otro, es una condición para que no tomemos nuestro propio mundo como la regla, la base del etnocentrismo. La apertura de que siempre puedo aprender más de los otros.