Logo-UArtes-white
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

“Trazos de lo inasible” seguirá en el MAAC; Charlotte Föster y artistas que apoyaron detallan proceso de la obra

Su muestra, “Trazos de lo inasible”, fue configurada como una propuesta estética que ensaya la nostalgia afectiva en una tensión armoniosa entre escultura y fotografía. La artista guayaquileña Ana Charlotte Föster Gómez de la Torre, hoy licenciada en Artes Visuales por la Universidad de las Artes, la inauguró el pasado 8 de febrero en la sala 6 del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) como su trabajo final de tesis, previa incluso a la defensa que seguidamente a su apertura hizo in situ.

La primera vez que se realiza en una sala del MAAC, anota con emoción Charlotte con respecto a la sustentación que hizo ante el jurado de tesis, autoridades, docentes y estudiantes de la UArtes y un público en general atento a los detalles de su desarrollo. El cierre de “Trazos de lo inasible”, de la que su autora ha hecho la respectiva guía a quienes la visitan, estuvo anunciado para el pasado 31 de marzo, sin embargo, el museo la mantendrá hasta el 11 de abril. “El sábado 6 haré, a las 15:00, otro recorrido y el último el mismo día de la clausura”, contó a InfoUArtes.

En su contenido, “Trazos de lo inasible” es una invitación a repensar la presencia viva de la figura paterna en la infancia, los paseos, planes o el hogar que ya no tienen tacto, pero sí contacto. Así, la muerte, desde lo inmóvil, agencia en Charlotte los recuerdos como intentos de cercanía por cercar y tomar lo imposible, lo inasible, desde el propio episodio de pérdida.

Son visibles en el recorrido por la muestra las nueve piezas que la componen. Expresiones instalativas, escultóricas y fotográficas con títulos como “Paseo por la orilla”, “Fortaleza”, “Nostos”, “Mirada al alba”, “A cielo abierto”, “Canción para dormir”, “Sin escudo”, “Cautivo” y “Lecciones de vuelo”.

En su descripción, tanto in situ como en texto, consta que las dos primeras piezas del primer segmento se conjugan por su referencia con el mar, la evocación de la niñez de la autora. Continúan cuatro instalaciones: una escultura fundida en cobre resguardada en una coraza de vidrio, otra fundida en cera de abeja y cubierta en pan de oro que levita sobre su propio eje, una pieza que proyecta relieves traslucidos sobre la pared a través de un proyector de slides modificado y una gota de agua apresada en una estructura de vidrio.

Otra instalación tiene un espacio más íntimo, a pesar de ser un banco (despliegue de piedra chispa y arena sobre plástico reprocesado). Lleva un parlante paramétrico encima, donde se emite el canto de distintas aves endémicas, y un equipo de luz que proyecta la sombra que emiten las copas de los árboles en el suelo. “Nostos” y “A cielo abierto” son un conjunto de fotografías montadas de manera aleatoria, evocando el jardín que ideo Karl Heinz Förster, su padre. Finalmente, “Nostos” se remite a una analogía entre un halcón peregrino y el progenitor de la artista.

Al referirse al proceso que conllevo su muestra de titulación, Charlotte abre un abanico de circunstancias que atravesaron su vida como estudiante y artista. Avanzó bastante bien cuando se inscribió en la UArtes. Luego, con la pandemia, llegaron las complicaciones que bajaron su ritmo de trabajo. Un quebranto de salud la hizo retirarse varias veces del proceso de titulación y el factor económico la llevó a conseguir un trabajo que le demandaba mucho tiempo. “Debí graduarme al inicio del 2021, pero lo hice en el periodo B del 2023, que culminó en febrero del 2024. Fueron cerca de dos años postergados”.

Una enfermedad la limitó al punto de trabajar lento e incluir a personas para que le colaboren porque no podía realizar fuerzas ni movimientos bruscos y lo suyo es la escultura. Experiencia dura que le permitió conocer a personas de más edad y ver todo lo que desde el arte se puede encontrar. Se sintió acompañada y no sola con todo el sentimiento demandado por las razones de su propuesta, cuyo resultado está en sus obras. Menciona nombres, aunque no están todos. “Excompañeros como Víctor Miranda, quien trabaja en lo digital y edición de imágenes; Joshua Jurado, también graduado UArtes, quien siempre ha colaborado en el taller de escultura y ahora tiene un estudio –llamado Taller Infinito–, el cual comparte con Diego Cuesta y es un espacio para exposiciones de titulación”.

Destaca, asimismo, el respaldo de docentes como William Hernández, su tutor, quien siempre aportó con ideas para el desarrollo de las piezas escultóricas y/o la experimentación con cerámica y el uso de hornos. Para el trabajo de su tesis recibió sugerencias y comentarios de maestros como Saidel Brito, Lupe Álvarez y la lista se amplía. Y es que también recuerda a personas como Alfonso, que dirige un taller de producción de cerámica en el Guasmo, alumni como Rocío Soria y Andrea Moreira y amistades en común como Tito Quinde, un joyero orfebre.

La búsqueda del espacio para su muestra amerita otro capítulo del relato, pues Charlotte comenta que la solicitud presentada tuvo un largo proceso, para el cual –incluso– se requería de curadores para poder ingresar y captar la atención de un lugar como el MAAC. “Sentía un peso grande, estuve muy nerviosa las dos semanas del montaje y también puliendo ciertas cosas de las obras. A veces se cree que no vas a alcanzar ni llegar, pero las fechas ayudan porque le pone límites a lo que quieres exponer”.

Fueron parte del proceso

David Orbea, quien está a cargo de la producción en el MAAC, revela que durante los últimos 5 años ha colaborado con artistas en áreas de gestión y se ha familiarizado con los estudiantes de la UArtes que llegan primero con sus proyectos de tesis, como Charlotte, y luego vuelven ya como artistas establecidos. Reconoce la importancia de ajustar visiones y dar cabida a los futuros artistas y fortalecer vínculos. El objetivo es mejorar el proceso de acogida para apoyar el crecimiento y desarrollo del talento emergente en el ámbito artístico.

El orfebre Tito Quinde también comparte su opinión acerca de la muestra de Charlotte, de la cual destaca la fusión de diversas áreas estéticas que incluían metales, acrílicos y pinturas. Esta combinación resultó sumamente interesante y pudo apreciar la conexión espiritual entre padre e hija plasmada en la obra, así como la fusión de diferentes metales que se traducían en una estética visualmente agradable. Elogia, además, su capacidad para integrar elementos materiales y espirituales de manera armoniosa. La autora, dice, creó una obra que fue más allá de los simples materiales y formas.

Diego Cuesta, el artista plástico guayaquileño cofundador de Taller Infinito, manifiesta que este se ha convertido en un espacio crucial para la realización de obras de diversos artistas, enfrentando y solventando desafíos exigentes: desde obras que requieren mayor amplitud y herramientas específicas hasta aquellas que demandan materiales poco convencionales. La colaboración con artistas como Charlotte ha sido una experiencia enriquecedora, anota y expresa el vínculo con la UArtes para la colaboración con pasantes.

Oswald Terreros, artista visual y diseñador gráfico, se hizo cargo de la estética y el diseño gráfico de “Trazos de lo inasible”, un encargo significativo dada la importancia y complejidad del contenido artístico afectivo. Al proyecto se acercó a través de sesiones y diálogos, aprovechando las nociones de virtualidad. Trabajó con una estructura tipográfica basada en una retícula y creó un diseño que se va construyendo letra por letra, lo que permite al espectador seguir un hilo conductor complejo, pero sugerente.  En el uso del texto en las paredes, Terreros siguió la misma lógica, utilizando letras capitales para resaltar cada párrafo. Considera que esto complementó la obra, creando un ambiente ameno y complementario que guía al espectador y sumerge completamente en la experiencia artística.

La estructura que Charlotte le dio a su muestra fue la adecuada, opina Saidel Brito, quien destaca su investigación y presentación, así como el proceso y la mediación artística. Ruslán Torres, docente y ahora director de la Escuela de Artes Visuales de la UArtes, resaltó el riguroso proceso académico de “Trazos de lo inasible”.

Jaime Morán, 25 años, ingeniero mecatrónico graduado de la Espol: “Para mí la participación en la impresión de las piezas en 3D para las obras de Charlotte fue todo un viaje por lograr el resultado deseado. Creo que ambos nos alineamos, yo para que las piezas cumplan con los parámetros deseados y ella para lograr el resultado que tienes en mente y que quieres proyectar”.

Siendo ingeniero, añade, se puede tender a pensar que no hay mucha cabida para tener una óptica artística, “pero en mi caso tengo gran apreciación por el arte, las letras y la poesía. De esta manera, el efecto sobre mí de la exposición ´Trazos de lo inasible´ fue la sensación de viajar en el tiempo, un paso por la vida que invita a reflexionar sobre lo corto que es y cómo desde esa apreciación puedo proyectar cómo quiero que sea mi camino o qué elementos quiero que me acompañen”.

Víctor Augusto Miranda, graduado UArtes en el periodo A del 2023-2024: Me especializo en el tema audiovisual y he colaborado con algunos compañeros y profesores de la universidad a realizar sus obras y creaciones artísticas. Participé en la muestra de Charlotte en la edición de fotografías; su muestra toca ciertos puntos que en lo personal comparto, como trabajar la memoria, las anécdotas y la familia. Su muestra parte desde lo nostálgico y lo que generan los recuerdos familiares, dialogando a su vez con cierta investigación de la naturaleza que la rodea”.

Tarasieh Werle-Vahdat, artista iraní radicada en Ecuador desde 1972: “A mediados del año pasado fui sorprendida por la llamada de Charlotte Förster, una estudiante de arte que me pidió ayudarla a elaborar una casa de vidrio para su examen final y presentación de graduación. Tengo que admitir que fue una propuesta muy inusual. Al leer una parte de su tesis de graduación y conocer los antecedentes accedí en colaborar con ella, a pesar de varios retos que teníamos que confrontar, como la diferencia de edad y los lugares diferentes que vivimos etc. Una casa simboliza protección para el habitante que la utiliza. Las paredes semi transparentes ayudan iluminar el interior. Las ventanas y la entrada dan una visibilidad parcial hacia el interior de esta, en medio de la cual crece una flor solitaria. Sin embargo, la presencia de vidrio como material de construcción demuestra lo efímero que puede ser este ambiente protegido”.

La artista iraní expresa que tras varias reuniones por zoom con Charlotte llegaron a un diseño final, cuya elaboración necesitaba la intervención de varias personas: “El vidriero para cortar los vidrios según los moldes de cartón a mi disposición, la quema de cada pieza de vidrio, la pulida de los filos de cada pared y, por último, el montaje y el transporte de regreso a Guayaquil. El vidrio por su fragilidad tiende de romper por la presión de aire al llegar al nivel del mar. Así sucedió y tuvimos que repetir una pared. La paciencia y la serenidad de Charlotte fue formidable. Lamentablemente, no pude cumplir a tiempo con la entrega de la figura de hombre en vidrio, representando la figura paterna tan importante en la vida de Charlotte. Una figura físicamente ausente en la vida de ella, pero presente en todo tiempo”.

Joshua Jurado, artista escultor cofundafor del Taller Infinito y graduado en la UArtes 2019: “La obra de Charlotte se construye a partir del objeto escultórico y se manifiesta en una experiencia que envuelve al espectador gracias al gran trabajo de montaje y que no se limita al relato de la presencia de su padre y las vivencias que las piezas rescatan, sino que se convierte en algo particular para cada espectador. Es importante destacar el uso de diferentes materiales y técnicas. Al analizar en profundidad cada una de las obras, encontramos un trasfondo complejo de pruebas y el uso de varias técnicas, no solo en escultura, sino también en cine, teatro, fotografía y pintura”.

En el proceso de creación de esta muestra, expresa, acompañó a la artista en la elaboración de algunas de las piezas. “Desde mi experiencia como escultor y artista he dedicado varios años a trabajar en soluciones artísticas para diversos proyectos y artistas, como Shigratoys. Este proceso me ha llevado a conocer diversos actores del ámbito cultural, desde artistas hasta artesanos, con quienes hemos construido una red que ahora podemos visualizar en un nuevo proyecto: el Estudio Infinito. Este lugar se proyecta como un laboratorio de arte colaborativo donde puedan desarrollarse proyectos artísticos de calidad en comunidad”.

Fotos: Ricardo Bohórquez/Cortesía Charlotte Föster

Comparte esta nota