El tema de la inclusión en la Universidad de las Artes se aborda no solo porque sea parte de una normativa, sino por el interés permanente de responder a las necesidades de su comunidad, en especial de sus estudiantes. Es por esta razón que se vienen ejecutando acciones conjuntas tanto a nivel interno como externo.
Muestra de ello fue la jornada de sensibilización “Inclusión educativa: hablemos de discapacidad” que –organizada por el Vicerrectorado Académico, a través de la Dirección de Acompañamiento al Éxito Académico (DAEA), y la Secretaría de Bienestar Universitario (SBU)– se desarrolló el pasado 4 de julio en el tercer piso de la Biblioteca de las Artes, con la colaboración de la Dirección de Inclusión Social del Municipio de Guayaquil.
Dirigida a la comunidad universitaria, la jornada tuvo 33 participantes, entre directores, docentes, coordinadores, estudiantes y personal administrativo, anotó Giovanna Ricaurte, quien es técnica de apoyo docente de la DAEA y tiene la tarea de brindar acompañamiento al profesorado, guiarlo y proporcionarle estrategias para que pueda llegar al alumno con discapacidad o con necesidades especiales.
Señaló que cuando se sumó a la UArtes, en junio pasado, consideró que debía comenzar con sensibilizar a la comunidad educativa. Estamos para dar el apoyo, dijo, pero es importante conocer acerca de la discapacidad, de cómo se sienten los estudiantes que tienen alguna, cómo deben ser tratados y cuál es el lenguaje positivo para referirnos a ellos.
La Dirección de Inclusión Social del Municipio de Guayaquil tiene tres centros: 4 de Enero, una escuela para personas con discapacidad visual; Valientes, que da terapias a personas con discapacidad intelectual y síndrome de Down; y Audición y Lenguaje, que también es un plantel, y Ricaurte hizo los contactos necesarios para que dieran la charla en la UArtes.
En la cita se abordaron conceptos teóricos, recomendaciones de interacción y experiencias prácticas. Fue altamente interactiva, pues “los participantes tuvieron la oportunidad de ponerse en sus zapatos”, refirió Ricaurte y entre las dinámicas desarrolladas mencionó: insertar bolas en una lana usando guantes de microfibra para simular dificultades motrices; experimentar la orientación con los ojos vendados, confiando en un compañero como guía; y utilizar sillas de ruedas para comprender la perspectiva de una persona con discapacidad física.

Ficha de observación de fortalezas y debilidades
Acerca de su desempeño en la DAEA como técnica de apoyo docente, Ricaurte explicó algunas acciones: Cuando me delegan un/una estudiante lo primero que hago es una visita y una ficha de observación para ver sus fortalezas y debilidades, en qué está fallando, qué es lo que necesita, su participación en clases e interacción con sus compañeros, habilidades académicas, adaptaciones de apoyo, comportamiento, comunicación y bienestar emocional.
Con la ficha elaborada, Ricaurte se reúne con el docente para saber qué se le está complicando al/la estudiante –en la parte teórica o práctica–, a fin de establecer estrategias. Aclaró que su labor no es diagnosticar la discapacidad y que cuando se acerca a un/una estudiante ya conoce cuál es y trabaja en sus necesidades educativas asociadas. Hay también casos que no corresponden a una discapacidad, sino a un trastorno, como la dislexia.
“Con el docente se trabaja en las estrategias. Por ejemplo, si al/la estudiante se le complica la lectoescritura, se pueden implementar imágenes o quizás no leer todo un texto, sino por fragmentos y reformularle preguntas”, subrayó y reveló el caso de una alumna con discapacidad auditiva que le pidió la acompañara en una clase de Literatura y la estrategia que se adoptó fue que mantuviera el mismo contenido, en este caso de poemas, pero que los interpretara mediante lengua de señas y así cumplir la misma destreza que pide la asignatura.
Hay 98 estudiantes con discapacidad en la UArtes, entre ellas visual, auditiva y TEA (trastorno del espectro autista), refirió Ricaurte y reiteró que ha estado trabajando con cuatro estudiantes, que son los casos más urgentes de atención personalizada, y que para el siguiente semestre espera trabajar con más alumnos y brindar a los docentes el apoyo que requieran.
También manifestó que las jornadas de sensibilización se repetirán. Tenemos pendientes más capacitaciones para el personal docente, para que pueda conocer estrategias según la discapacidad y necesidad del estudiante.
Está en nuestro Modelo Educativo Pedagógico
Juan José Rocha, director de la DAEA, indicó que la dirección a su cargo tiene la responsabilidad de atender a los estudiantes en sus necesidades educativas especiales, lo cual conlleva a estipular hojas de ruta y procesos para sus adaptaciones curriculares. “Unos tienen discapacidades del habla y nos interesa saber de qué forma llega al aula y cómo el docente lo atiende para que pueda alcanzar los resultados de aprendizaje”.

Existen documentos elaborados por el Vicerrectorado Académico acerca de las políticas de atención a las necesidades educativas especiales y estamos trabajándolas en conjunto con la Secretaría de Bienestar Universitario, sostuvo Rocha y añadió que por ello se dio la contratación de Giovanna Ricaurte, a fin de que pueda asistir en ese proceso.
Rocha destacó la jornada de sensibilización realizada con el Municipio de Guayaquil porque la mayoría desconoce cómo atender a una persona con necesidades educativas especiales, sean o no nuestros estudiantes. “La idea es poder sensibilizar a la comunidad universitaria, lo cual significa hacer procesos que van más allá de la obligación, puesto que somos una comunidad que apoya y acoge a todos en general, sin sellos o estigmas”.
Explicó que en años anteriores también se han desarrollado capacitaciones desde la DAEA y la SBU, “un trabajo bastante fuerte que continuamos e incluso estamos planificando realizar una semana de sensibilización en noviembre próximo. Contamos con una técnica de apoyo docente (labor que cumple Ricaurte), pero debemos entender que la responsabilidad es de todos. El primer objetivo es que todos nos capacitemos y trabajemos para atender mejor a los estudiantes que podrían estar en desventaja debido a una discapacidad”.
A nivel de universidades no hay una ruta clara al respecto, expresó. Si bien hay una normativa en el régimen académico del Consejo de Educación Superior (CES), se da libertad a las universidades para que decidan o desarrollen el tema acorde a su realidad, refirió Rocha. “Lo que nosotros, desde el Vicerrectorado Académico y la Secretaría de Bienestar Universitario queremos es poder construir y armar algo específicamente para nuestra comunidad”.
Todas las acciones tienen que ver con nuestro Modelo Educativo Pedagógico, que se fundamenta en tres pilares esenciales: sentipensar, saber cuidar y saber crear. “El espíritu de la UArtes es la acogida del otro y las necesidades educativas especiales van encaminadas a cómo cuido al otro y cómo prepararme para que ese estudiante que tiene una discapacidad logre también su éxito académico y gradúe sin ninguna diferencia específica”.
Fotos: Cortesía Giovanna Ricaurte, de la Dirección de Acompañamiento al Éxito Académico UArtes.







