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Alumnus Khrystel Ortiz, en la docencia con la Práctica Complementaria para compartir géneros musicales como la salsa

Se graduó en la Universidad de las Artes y luego de responder y ganar la convocatoria Alumni UArtes 2022 que lanzó la Biblioteca de la Artes, Khrystel Ortiz dictó el taller “Al son de salsa y bachata”, el cual arrancó en octubre del año en mención. Dada la acogida que tuvo por parte del público en 2023 volvió con un nuevo taller al que tituló “Bailando ritmos tropicales”. En la actualidad, la alumnus dicta en la Escuela de Artes Escénicas una asignatura en la que ahonda con los estudiantes en la importancia de aprender nuevos géneros musicales. Uno de los objetivos, señala, es que adquieran el conocimiento y la práctica en las distintas categorías de la danza.

Khrystel Ortiz cursa ahora una maestría en Docencia Universitaria en la UNIR, razón por la cual solicitó hacer sus prácticas en la UArtes y la materia que imparte es Práctica Complementaria, la cual lleva a los estudiantes a aprender géneros que se articulan con todos los lineamientos de la danza contemporánea, para dar la posibilidad de incluir en la malla asignaturas que profundicen el saber e incursionen en la salsa, el flamenco, la cumbia, el vallenato, entre otros.

“La materia de salsa es nueva, pero los estudiantes han respondido súper bien. Los chicos están ansiosos de ver una muestra de cómo articulamos la salsa y no solamente como salsa, sino como rumba, así que lo trabajamos desde la técnica y la sensación, desde la exploración”, explica Ortiz, mostrando su entusiasmo por la acogida que está recibiendo el género en sus clases.

“La salsa es el género musical que más caracteriza a Latinoamérica por sus mezclas de sonidos y ritmos y, aunque los ecuatorianos bailan y disfrutan mucho de él, es importante saber que la salsa no nació en Ecuador. Es una mezcla de todo, de ritmos y géneros que se han ido afinando en muchos lugares. El estudio lo hacen desde el análisis del contexto histórico, desde el aporte político, el arte dancístico que a medida de los años ha venido teniendo la salsa, que la salsa no está desligada de la danza en general. No nació en Ecuador, pero somos latinos y corre por las venas igual que un torrente”

La maestría que cursa, señala Ortiz, sí tiene que ver con la salsa. “Tiene que ver mucho con los implementos pedagógicos partiendo desde la raíz de la salsa y la rumba, porque en la rumba puedo encontrar un poco más estas herramientas sensoriales, experienciales, energéticas, que podemos encontrar en la danza contemporánea”.

Khrystel Ortiz expresa que ella, como profesora de salsa, no busca deconstruir la salsa, sino que aspira a que la gente pueda comprender mejor el estilo y el movimiento desde las bases contemporáneas que tenemos. Así mismo, confiesa que no se puede desligar la música del baile, aunque se crea que sí, no es lo mismo, se necesita la percusión. Al no haber un bombo que dé la marcación de la pista, es difícil danzar en silencio, no se puede desligar un aspecto del otro.

La profesora de Prácticas Complementarias recuerda que en su niñez escuchó hablar del poeta y abogado Diógenes Cuero, quien creó un festival de música de danza afro. El poeta viajó por la costa del Pacífico e invitó a personas de Colombia, Perú, Venezuela y, aunque la música era la misma, se distinguía la nacionalidad de los invitados por el movimiento de los cuerpos, la forma en la que marcaban el ritmo y cómo se sentían las canciones. Cuando Diógenes falleció con él se fue la iniciativa de este festival. Con el tiempo intentaron reactivar este festival, pero nunca más fue igual, porque la gestión que él hacía era grande. Esa es la importancia de difundir las culturas.

Parte de nuestra cultura e identidad es la salsa, por eso es bueno que existan personas que trabajen por la cultura, que hacen un aporte y que, mueran o no, dejen un rastro o registro de las danzas tradicionales: cómo las crearon, una partitura de cómo se desarrollan, cuál es la característica del movimiento de cada una de ellas. Ese es el objetivo principal de la materia: inmortalizar el arte de la danza.

El arte expresa identidad y al danzar te dejas llevar por la música, tus pies dejan de tocar el piso y comienzan a volar. Tus caderas se mueven al ritmo del tempo, los delicados y gráciles brazos mantienen el equilibrio en la cuerda floja de la finita canción, aquella que recorre venas y se convierte en algo casi igual de importante que la sangre o el oxígeno. Es curioso el impacto que tiene la música y sus distintos géneros sobre las personas. Es un arte que se convierte en magia y te hace bailar hasta perder los pies y que crezcan las alas.

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