Estudiantes en proceso de titulación y graduados de varias escuelas de la Universidad de las Artes fusionaron sus talentos y saberes para llevar a escena la obra “Niña madre, Madre santa. ¿Y si la madre no fuera virgen?”, cuyo estreno están programando realizarlo en Manabí, en una fecha próxima aún por definir. No obstante, este sábado 13 de septiembre tendrán un ensayo abierto, a las 19:00, en la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación de la Universidad de las Artes.
Yajaira Napa Veliz, estudiante de Creación Teatral, entrando a titulación, es quien escribió la obra y también la postuló para el concurso público de Producción de Artes Escénicas y Artes Vivas 2024 del IFAIC (Instituto del Fomento de las Artes y la Creatividad), antes conocido como IFCI (Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación). El proyecto fue seleccionado y desde hace unos seis meses lo viene trabajando junto a compañeros de carrera y de otras escuelas UArtes, convirtiéndose, por tanto, en una propuesta interdisciplinar.
El concurso, según se indica en el sitio web de la IFAIC, busca financiar proyectos de diversas disciplinas, como teatro, danza, circo y performance, apoyando a elencos ecuatorianos con incentivos financieros no reembolsables para su realización.



Con Yajaira Napa integran el elenco los alumni María Aspiazu, Erika Sánchez y Yuliana Quille, de Creación Teatral; Alexandra Sánchez, de Artes Visuales; y Armando Sislema, de Artes Sonoras. El docente, Remigio Vásconez. Los estudiantes de Artes Escénicas, Otty Palma, Paula Lescano, Jorge Alcocer, Jesús Sánchez, próximos al proceso de titulación, y Willians Zambrano, quien cursa el cuarto semestre. Y los artistas manabitas, Héctor Palma, Lizeth Zambrano, Coral Perero, Luis Fernando Carguaitongo y Eric Zambrano, y Narcisa Veliz y Cale Junco, a cargo del vestuario y la parte técnica, respectivamente, también de Manabí.
Si bien es un gran elenco, sus integrantes no lo llaman colectivo todavía. “No porque creemos que un colectivo, más allá de un nombre, hay que trabajarlo y para llegar a serlo todavía debemos de trabajar. Diría que estamos en proceso, pero muy comprometidos”, expresó Yajaira Navas.
Sobre la obra, su autora reconoció que el nombre que se le dio es bastante largo, probablemente por la temática de su contenido. Tuvo su origen en Brisas del Pacífico, un barrio muy conflictivo y periférico de Pedernales, en la provincia de Manabí. En esa cabecera cantonal manabita, Yajaira Napa contó que tomó talleres con el colectivo Pata E’ Pájaro Teatro, que trabajaba con adolescentes y niños del sector. Se sumó luego al grupo e incluso dio talleres a los niños y niñas, pudo notar entonces que una de sus mayores problemáticas eran las familias disfuncionales, un tema que se repetía de generación en generación. Llegó la pandemia por COVID-19 y en el obligado confinamiento comenzó a escribir lo que observaba, como los embarazos de adolescentes e incluso de niñas.

También de los comentarios fuertes en torno a esas maternidades, la inestabilidad de las relaciones afectivas, pues los jóvenes se comprometen y al año se separan, y de los embarazos seguidos sin contar con las condiciones de vida ni económicas para afrontarlos. “Mirando ese contexto, me pregunté si acaso (ellas) buscan el afecto que no encontraron en casa. El trabajo que mayormente se hace en el sector es el descabezado de camarón y padres y madres salen muy temprano y vuelven por la noche. Lo hacen por necesidad y subsistencia, pero es así cómo se van originando los vacíos afectivos que luego se convierten en la búsqueda que menciono”, indicó Yajaira Navas.
Confesó haber pensado al inicio que estaba desubicada con esa observación, sin embargo, se puso a indagar y leer a muchos autores, como la investigadora y gestora cultural feminista Elisa Pardo Puch, quien en el marco de la temática hace referencia a la ternura radical.
Añadió que, debido a la violencia en la localidad manabita, Pata E’ Pájaro Teatro dejó el barrio, pero en ella quedó la inquietud de lo vivido. “En realidad, la tenía desde antes de estudiar en la UArtes. Al inicio desde el romanticismo y como un tema de pareja. Lo había enfocado visualmente, en imágenes con bastante con iluminación y formando un ciclo: conocerse, relacionarse, hacerse novios, convivir, tener conflictos y divorciarse. No tenía un texto, sino más bien signos”.
Pasado el tiempo y en el intercambio académico estudiantil entre la UArtes y la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ) de Bogotá, Colombia, realizado el año pasado, Yajaira Navas viajó y tuvo la sensación de que tenía que llevar a escena lo que había pensado y visualizado, comenzándolo a escribir desde cero –pues no llevó lo que había hecho acá–.


Reconoció que no tenía una historia como una cronología lineal, sino fragmentada y en su concepción la obra a realizar era más un trabajo del cuerpo. De allí que pensó en que los intérpretes utilizaran máscaras porque más allá de decir si es hombre o mujer, se trata del cuerpo. “Es una dramaturgia contemporánea que se acerca a lo experimental; jugamos con las voces, el coro, las luces, tenemos videomapping, música en vivo. Es sumamente interdisciplinar y por ello integran el elenco estudiantes y graduados de varias escuelas”.
Durante su tránsito por la PUJ, Yajaira Napa dijo que aprendió mucho y participó en tres ensambles (montajes escénicos), lo cual la impulsó a trabajar en “Niña madre, Madre santa. ¿Y si la madre no fuera virgen?”. “La técnica del cuerpo que estamos utilizando la trabajé allá. Es una cuestión de la vibración que llamo pasitos cortos, de tensar y no tensar, y ajustar siempre el cuerpo. La obra es bastante física, lo cual es un duro trabajo”.
Yajaira Napa indicó también que en la PUJ aprendió del rigor y de que cualquier idea es asible y potente, siempre y cuando se la trabaje. “Y no es que acá no lo hayamos trabajado, pero a veces se afloja y vas por ahí como a medio gas. En el ensamble que me tocó allá se trabaja la anterioridad, que es haber recibido la técnica gestual. Me tocó esforzarme mucho porque mis compañeros estaban un poco más adelantados. No podía quejarme, sino trabajar más. Creo que eso me ayudó a llevar este proceso, que resulta complicado porque las relaciones personales son complejas.
Planes hay muchos, refirió y adelantó que, así como presentarán la obra en Manabí, también están pensando llevarla a otras ciudades del país.
Texto: Carmen Cortez/Dircom. Fotos: cortesía de la producción de “Niña madre, Madre santa. ¿Y si la madre no fuera virgen?”.







