Logo-UArtes-white
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Con emoción, palabras de gratitud y música se celebraron en acto solemne los 4 años de la Biblioteca de las Artes

El acto solemne que se cumplió este 19 de enero por los cuatro años de la Biblioteca de las Artes fue de celebración, pero también de agradecimiento a quienes con su trabajo y compromiso permiten que el espacio pueda coexistir; de encuentro con la comunidad, los colectivos e instituciones con los que ha impulsado actividades; y, de concretar relacionamientos, como la firma del convenio de cooperación con la Orquesta Sinfónica de Guayaquil (OSG).

Gilda Sánchez, analista de Educación Continua, condujo el acto. Junto a las autoridades de la Universidad de las Artes, el rector William Herrera y el vicerrector Académico Bradley Hilgert, y su comunidad, asistieron, entre otros, Ana María Tamayo, directora de la OSG; Nelly Espinel, directora Ejecutiva del MAAC; y, Alfredo García, director del Archivo Histórico.

También los colectivos Silueta X, DASE, las asociaciones Nacional de Bibliotecarios y de Archiveros, ambas del Guayas, y 40 niños de la Unidad Educativa Alba Calderón de Gil. Con ellos, Mappy Delgado, del Club de los Años Dorados; y los usuarios, Jefferson Avelino, desde 2015; y, Lenín Sánchez, desde 2019.  

Primera de estantería abierta

Soraya Campos, directora de Servicios Bibliotecarios del repositorio de la UArtes, tuvo las palabras de bienvenida. En su intervención hizo un breve recorrido “de lo que ha sido este proyecto y sueño”, inaugurado el 16 de enero de 2019 como la cúspide de un proceso que arrancó antes con la participación de un equipo multidisciplinario que asumió la organización logística y la definición de los servicios que iban a ser ofrecidos a sus futuros usuarios.

Recordó así la Sala Miguel Donoso, que se abrió en mayo de 2015 en el Pabellón Araceli Gilbert, y el traslado del fondo bibliográfico –en 2017– a la Sala Tránsito Amaguaña del antiguo SRI. “Todo este viaje valió la pena para estar hoy en un edificio ejemplo de la arquitectura moderna del Guayaquil de mediados del siglo XX, diseñado por Karl Khon como Banco de Descuento”.

En la construcción de comunidades

La Biblioteca de las Artes es la primera de estantería abierta de la ciudad, dijo Campos, destacando la construcción de comunidades que la habitan y crean vínculos, “como los padres y madres que traen a sus hijos a Ría; familias enteras que conviven con nosotros en medio de la activación lectora; niños y niñas que reconocen en este lugar su entorno de juego y crecimiento; adolescentes que, motivados por guías docentes, abren sus ojos a la experiencia del arte y del saber, y de todas las personas que nos visitan cada día”. 

Campos reforzó este sentir con el pensamiento de David Lankes, director de la Escuela de Biblioteconomía y Ciencias de la Información de la Universidad de Carolina del Sur, que reza: “Las malas bibliotecas solo construyen colecciones. Las buenas bibliotecas construyen servicios. Las grandes bibliotecas construyen comunidades”.

También mencionó la circulación de conocimiento y saberes, de las prácticas artísticas de los estudiantes y de su convivencia con quienes no pertenecen a la universidad. Ha sido posible, añadió, porque nos pertenecemos a una universidad que considera a la educación pública en artes como un derecho “y, por tanto, la cultura es un derecho inalienable de todos y todas”.

Más de 50 mil visitantes solo en 2022

En pandemia, la Biblioteca de las Artes mantuvo sus actividades de manera virtual y en 2022, de regreso del encierro por la COVID-19, registró más de 50.000 visitantes de todas las edades, quienes buscaron información bibliográfica, acceso a base de datos, uso de computadoras, participación en talleres y conferencias, entre otras actividades culturales.

Recalcó el trabajo y la participación de los graduados UArtes, claves para retomar la agenda con los talleres de la Convocatoria Alumni y las charlas de literatura Picnic Literario y Cronotopías, y la primera feria Lanfor Abierta, que este año tendrá su segunda edición. Expresó que la Biblioteca de las Artes le significa un hogar en el que ha aprendido mucho, no solo desde la ejecución de su profesión, sino también la parte humana “porque de eso se trata: creer en el poder del cambio que una biblioteca puede hacer en la vida de las personas”.

Un ser vivo con historia propia

Seguidamente, Ana María González, encargada de la Sala Ría, compartió con los presentes que cuando recorre la Biblioteca con niñas y niños compara su infraestructura con un ser vivo que tiene su propia historia, memoria, muchas extremidades y energía.  

Ante la cercanía del cuarto aniversario de este ser dijo haber revisado en Ría un libro que disfruta: “¿Puede volar un cangrejo?”. “Dice sí y no. Si se sube al ala de una gaviota, sí, pero si no se sube, no. Y pensaba que es un poco así nuestra relación con la biblioteca. Somos como un cangrejo volando cuando estamos aquí, pero también son ustedes las gaviotas que le dan vida a este espacio… Son las y los artistas estudiantes los que buscan las mejores formas de acercar a nuestras niñas y niños a la exploración artística y abren paso a cambiar la forma en la que las escuelas y familias vemos el arte en la educación”.   

Subrayó la importancia de que la Biblioteca siga siendo parte de nuestras vidas, para investigar, explorar, hacer comunidad, volar… “y, bueno, también de vez en cuando arrimarse a un puff o acostarse en el piso de la entrada. Cómo nos gusta observar la cúpula y pensar… a lo mejor en cangrejos, pero pensar al fin, porque para eso también estamos aquí. Gracias por celebrar con nosotros”. 

Momento de celebrar y agradecer

El rector de la UArtes avivó aún más las emociones, pues manifestó mucho agradecimiento y mencionó, entre otros, al equipo de la Biblioteca y a todos quienes allí laboran. De Campos señaló su compromiso y habilidad para encontrar soluciones y proponer iniciativas. De González su energía y el ánimo que imprime a uno de los espacios que considera fundamentales: Ría, un sueño hecho realidad que ha provocado el deseo de replicarlo y de abrir nuevos espacios de la niñez.

El agradecimiento del rector fue también para Natalia Tamayo, ahora dedicada en la UArtes a la docencia, quien tuvo un rol fundamental en el nacimiento de la Biblioteca, que señaló como principal tesoro y dispositivo de la universidad. Espacio tan valioso por todo lo que permite y ofrece: la conservación del patrimonio arquitectónico, el Archivo de El Telégrafo y la vinculación, “tal vez lo más poderoso por los tipos y grupos de personas con los que nos relacionamos, desde niños hasta adultos”, refirió en alusión al Club de los Años Dorados, cuyos integrantes acudieron al acto.

“Es una biblioteca pública de una universidad pública”, lo cual no hay que olvidar y menos en un momento en que se cuestiona y están en peligro la infraestructura y los servicios públicos, sobre todo aquellos que pertenecen al campo de la cultura, añadió.  

Convenio de cooperación con la OSG

Invitada también al pódium, Ana María Tamayo, directora Ejecutiva de la OSG, institución histórica que tiene 73 años de existencia y a la que dijo quitarle el corbatín y vincularla más con la comunidad, de la cual es parte y a la que sirve. Por ello acudió a la UArtes, para firmar un convenio tan importante no solo para la orquesta, pues le permite tener más espacios de circulación, sino para la universidad porque permite que se acerquen a lo que significa el trabajo que realizan.

Justamente, en el convenio se indica como objetivo el trabajo colaborativo para el desarrollo de programas, proyectos y actividades conjuntas de formación, vinculación e investigación en artes, que contribuyan a la creación y circulación de productos culturales en beneficio de la ciudadanía guayaquileña y de ambas instituciones

El acto solemne concluyó con la intervención del Grupo de Cámara de OSG y fue el experimentado músico y docente de la Escuela de Artes Sonoras de la UArtes, Eduardo Manzanilla, quien hizo la presentación de rigor y anunció los tres temas que interpretaron: “Guayaquil vive por ti”, “Strangers in the night” y “New York, New York”.  

Comparte esta nota