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“Warmi Shimi”, una publicación que nació en talleres con mujeres kichwa hablantes, afroecuatorianas y mestizas

En la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación de la UArtes, se realizó la tarde de este 9 de noviembre la presentación del libro “Warmi Shimi”, la cual estuvo a cargo del docente de la Escuela de Literatura Andrés Landázuri, quien dio paso a Lucila Lema, una comunicadora social, traductora, gestora cultural y poeta nacida en Otavalo que trabajó en la edición.

Además de haber sido profesora en la Universidad de las Artes, Lucila es una amiga cercana que junto a la Biblioteca Muyu efectuó talleres en la comunidad de Mapuche, dando origen al libro que estábamos a punto de conocer, se expresó en el lanzamiento.

Lucila Lema inició su intervención contextualizando el proyecto de la Biblioteca Muyu, especializada en literatura en lenguas indígenas. Destacó la desvalorización de las lenguas en su comunidad, especialmente del kichwa, y cómo esto llevó a la creación de la biblioteca. El proyecto buscaba fortalecer las lenguas indígenas y fomentar la autoestima lingüística, un aspecto crucial para preservarlas antes de que sean lenguas muertas.

La expositora señaló el significado del título de la obra: “Warmi”, que significa mujer, y “Shimi” que se traduce como lengua o palabra, dando como resultado “Palabra de mujer”. El libro nació de talleres realizados en colaboración con Zaida Sánchez, una escritora española, y en los que participaron mujeres kichwa hablantes, afroecuatorianas y mestizas. El proceso fue bilingüe, dijo, impartido en quichua por ella y en español por Sánchez, generando un intercambio cultural y una conexión única entre las participantes.

Resaltó también la importancia de valorar las diferentes formas de escritura, incluida la escritura textil típica de Otavalo, en la provincia de Imbabura, al mismo tiempo que se apropiaban de la palabra y del formato del libro como un medio para preservar la memoria colectiva ancestral.

Liliana Anclao, poeta mapuche tehuelche, compartió su visión del libro. Destacó la estructura del mismo, dividido en tres grandes zonas: poética, didáctica y testimonial. Se detuvo especialmente en la parte didáctica, resaltando la importancia de que Zaida Sánchez dejara registradas las consignas utilizadas en los talleres, permitiendo que otros docentes puedan replicar esta valiosa experiencia.

Eso es algo que estamos buscando abrir, abonó Lucila Lema, quien subrayó su complejidad porque, muchas veces, la comunicación entre las lenguas indígenas se da a través del español. Aunque el taller estaba centrado en kichwa, se mencionaron asimismo otras lenguas. Por ejemplo, se leyeron poemas en kichwa y en español e hizo referencia a otras lenguas indígenas, como el mapudungun. La idea es abrir esos canales de comunicación y contagio entre las lenguas, aunque sea a través del español en un primer momento, mas, con el tiempo es posible fortalecer más la comunicación directa entre las lenguas indígenas.

Desde su experiencia en Argentina, Liliana Anclao sostuvo que estar haciendo un esfuerzo similar. Aprendiendo, al igual que Lema, según anotó, su lengua materna como una segunda lengua. Contó que la situación de las lenguas indígenas en su país es compleja y en muchos casos la comunicación se da a través del español. Sin embargo, hay un esfuerzo en revitalizar el mapudungun y otras lenguas indígenas. “En mi caso, la conexión con otras lenguas indígenas ha sido principalmente a través de la traducción al español, pero hay un deseo y un esfuerzo constante por fortalecer la comunicación directa entre las lenguas”.

La escritora y exdocente UArtes compartió el testimonio conmovedor de Luzmila Conejo, quien expresó que el taller la salvó al brindarle un espacio de contención y sororidad. El suyo fue un testimonio que reflejé el impacto positivo que tuvo el taller en la vida de las mujeres participantes. Enriquecerse a través del diálogo intercultural es un aspecto valioso y, a pesar de acceder al contenido a través del español, existe la oportunidad de aprender sobre otras culturas y encontrar similitudes en la forma en que se percibe y se vive el mundo. La interacción entre idiomas también puede revelar matices únicos y no siempre traducibles, como los nombres de entidades espirituales o geográficas.

En el diálogo se expresó que la Biblioteca Loteka Muyu ofrece la apertura a espacios de lectura en entornos más informales, como chacras o festividades; demuestra un compromiso con la diversidad de formas de comunicación, incluyendo la oralidad y la transmisión de saberes a través de generaciones. La perspectiva femenina que se destaca en el libro “Warmi Shimi” y en el taller de mujeres es crucial para reconocer y valorar el papel fundamental de las mujeres en las comunidades. Romper con la victimización y reconocer el aporte esencial que las mujeres hacen en la vida comunitaria es un paso importante hacia la equidad y la valoración mutua.

Sobre el sello editorial Alas de Colibrí, la elección del nombre y su relación con el colibrí y sus mensajes culturales es muy simbólica. Además, la numeración en el sistema prehispánico agrega una capa adicional de identidad cultural y conexión con las raíces ancestrales. Las ponentes finalizaron la charla invitando a los presentes a visitar el stand de la biblioteca y la apreciación del esfuerzo en curso para dar visibilidad y espacio a las lenguas indígenas, lo cual es un llamado a la acción para apoyar y participar en iniciativas tan únicas como valiosas.

Texto: Eleinn Ewmanothva Rivera Solís, estudiante de la Escuela de Literatura.

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