Proyecto “Costa Pacífico: aceleración y resonancias” mostró en el congreso de REDU el resultado de las investigaciones

“Costa Pacífico: aceleración y resonancias” fue uno de los proyectos de la Universidad de las Artes que se presentó en el XI Congreso Internacional de Investigación de REDU, la Red Ecuatoriana de Universidades y Escuelas Politécnicas para Investigación y Posgrados de la que somos parte y en este año sede de la cita. La otra propuesta UArtes que también tuvo presencia fue “Casas Comunitarias”, en una conferencia magistral con su director.

La undécima edición del congreso de REDU se desarrolló del 19 al 22 de noviembre y “Costa Pacífico: aceleración y resonancias” estuvo el jueves y ayer, viernes, en el CIF del MZ14 Centro de Producción e Innovación. InfoUArtes dialogó con el docente Juan José Ripalda, responsable del proyecto junto con sus pares e investigadores Paula González, Benjamín Cortés, Vanessa Guamán y José Andrés Medina; con ellos Rocío Maruri, Gianni Candel, Alejandro Mosquera y Javier Guerrero, quienes intervinieron en el montaje y la producción de la propuesta.

Ripalda anotó que iniciaron la obra hace cinco años. Junto con Paula González postularon a unos fondos de Iberescena, de los que resultaron ganadores, y arrancaron con la propuesta como una colaboración/coproducción entre Costa Rica, Ecuador y Chile. Contaban con presupuesto para trabajar solo en Ecuador y Chile, así es que como en una primera fase se direccionaron hacia las comunidades de Galápagos, en la Isla Santa Cruz, y en Chile, en la comunidad de Punta de Choros.

“Ambas son comunidades portales, que se definen como sociedades y asentamientos cercanos a áreas protegidas y/o de alto valor patrimonial o natural; son sociedades límites entre el turismo, la modernidad y los patrimonios naturales. Nos pareció interesante ese relacionamiento, ese diálogo que hay entre la explotación, la conservación y la protección, conocer los discursos que se manejan desde el campo nacional e interno y desde las comunidades y cómo se enfrentan, por ejemplo, a la explotación y al extractivismo”, explicó Ripalda de los inicios del proyecto.

Mencionó que se basaron un poco en los conceptos e ideas de Hartmut Rosa, el filósofo, sociólogo y politólogo alemán que aborda la resonancia y aceleración. Esta última como una condición casi inevitable de las sociedades modernas y de cómo las comunidades o las sociedades en su crecimiento conllevan a algún grado de aceleración. “La sociedad moderna está construida de esa forma, a través de varios niveles de aceleración”. 

Frente a esa imposibilidad de evadir la aceleración y de siempre estar creciendo y desarrollando, Hartmut Rosa propone la resonancia como estrategia sensible que desarrollan las sociedades para, justamente, combatir ese enviste de extractivismo o de constante alineación. “Todo lo que tiene que ver con la sociedad moderna de alguna forma está tendiendo a la alineación, al individualismo, a no pensar en los recursos. Nos pareció interesante problematizar e investigar esa idea dentro de esas comunidades portales, a través de varias acciones y gestos artísticos”.

Ripalda reveló que la presentación artística que se hizo en el CIF fue una tercera versión de la obra que es parte del proyecto de investigación. “La primera fue ciento por ciento viendo el tema de Galápagos, donde hicimos un mapeo sensible, una investigación de campo, de paisaje sonoro y también de entrevistas, viendo cómo el crecimiento del pueblo de Puerto Ayora, como el más turístico, tiende a crecer mucho más, trayendo con ello otros problemas, los cuales pudimos evidenciar”.

Esto lo plasmaron en la versión mencionada, así como el tema de los celulares, el cual cobró mucho más sentido “porque mucha de la comunicación que se da en las islas es a través de WhatsApp. Antes, por ejemplo, sacaban carros con parlantes, que también era contaminación acústica, pero ahora casi todas las interacciones sociales, de tipo informativo, de comunicar cierto evento o acontecimiento se da a través de esos chats”.

El uso de los celulares en la obra les pareció interesante desde el punto de vista escénico, desde el campo expandido de las artes escénicas, de ver cómo el dispositivo que normalmente se piensa es ajeno al teatro, interrumpe el teatro. “Al utilizarlo queríamos generar interacciones que pudieran ser parte esencial de la obra. Invitar a interactuar, a esa comunicación que puede llevarnos a múltiples capas narrativas. Se hizo un desarrollo web muy intenso y novedoso. Yo hice la mitad de la programación entre el software de audio y de video, y luego la parte de los celulares la hizo José Andrés Medina, exalumno de la carrera de Producción Musical”.

Lograron controlar, dijo, la parte sonora audiovisual con la parte del celular y enviar sonidos e imágenes al celular para poder crear interacciones, como escribir mensajes y que le lleguen a otra persona, o tocar la pantalla y que suene en otro dispositivo móvil. “Así se fueron creando juegos e interacciones que nos parecieron interesantes dentro de la construcción escénica, dentro de la dramaturgia”.

Posteriormente, añadió Ripalda, con los docentes Vanessa Guamán y Benjamín Cortés, quien es también director de la Escuela de Artes Escénicas UArtes, se hizo ya la construcción dramatúrgica. “Una dramaturgia textual, pero también una dramaturgia sensorial, tomando en cuenta todos los elementos posibles, todo lo que podíamos hacer posible con los celulares, ver cómo eso podría integrarse dentro de la dramaturgia”.

La tercera versión de la obra presentada en el congreso REDU tomó elementos de las otras versiones que realizaron, como, por ejemplo, tener la escenografía hecha puramente de arroz, sensores de sonido que están captando todo el tiempo y procesando ese sonido en tiempo real, generando como texturas del mar, texturas eléctricas. “Esta versión no es tan específica como la de Galápagos y Punta de Choros, pero tiene que ver más con una exploración íntima sobre la aceleración y de cómo se está dando hoy en día en los paisajes costeros y, principalmente, en las urbes como Guayaquil, trayendo con ello otros problemas, como la creciente contaminación sonora”.

El docente, investigador y alumnus UArtes concluyó que, llevando el tema a la realidad actual: la crisis energética que se soporta el país y tener la necesidad de seguir trabajando pese a que no hay electricidad, les pareció pertinente abordarlo desde ahí, “desde la contaminación acústica que ocasionan los generadores y la poca atención que se le da y en cómo nos presionamos por trabajar pese a no tener luz. Hay muchos temas frescos y actuales que consideramos pertinente abordarlos en esta versión”. 

Texto: Carmen Cortez/Dircom.

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