“Soy performer, no fotógrafa, pero esto no quiere decir que no pueda exponer fotografías o foinstalaciones, o cualquier otro soporte artístico combinado con el medio fotográfico porque el arte tiene la ductilidad de poder utilizar el trabajo a cuatro manos, o en equipo”, subraya Amalina Bomnin, docente del Departamento Transversal de Teorías Críticas y Prácticas Experimentales de la Universidad de las Artes. Lo menciona al consultarle por su participación en la segunda edición de PhotofestEcuador, un espacio de encuentro y difusión para fotógrafos de Ecuador y el mundo, donde en esta ocasión participa con tres fotoperformances.
Agrega que le propuso a Ricardo Bohórquez, arquitecto y fotógrafo, exponer a cuatro manos porque se trata de un evento donde se exhiben fotografías, independientemente de cuál ha sido el proceso de investigación o creativo desarrollado por los participantes que, en esta edición, ha elegido como título Escrituras sobre el cuerpo. Bomnin anota que para próximas muestras expondrá como autora y Bohórquez tendrá su crédito como el profesional que lleva el registro de tales obras.
“Así funciona el arte desde hace tiempo. A Cindy Sherman, Marina Abramović y Marta María Pérez, las conocemos por su trabajo. Nadie sabe quiénes son los fotógrafos detrás de sus fotos. Igualmente, Bohórquez tiene su trabajo fotográfico como autor que expone de manera individual”, precisa la docente UArtes.


El evento Photofestecuador apostó en este año por considerar discursos que comenten sobre identidad, sexualidad, rituales, voyeurismo y performance. De las tres fotoperformances con las que intervienen Amalina Bomnin-Ricardo Bohórquez, Estado de litio y I like Ecuador and Ecuador likes me se realizaron en 2023. La segunda de ellas aún está en proceso porque se desarrolla a través de varias acciones y cada una plantea diversas problemáticas.
Estado de litio es una reflexión sobre los tabúes religiosos a los que se ha expuesto Bomnin y también están presentes de manera marcada en el contexto ecuatoriano, puestos aquí en discusión y desaprendidos cuando aparecen derroteros aún más desestabilizadores: la violencia estructural que aqueja al país. I like Ecuador and Ecuador likes es una ofrenda a la tierra ecuatoriana que acogió a la autora. Ofrecer 17, 9 millones de besos (equivalente a la cantidad de pobladores del Ecuador) conversa sobre agradecimiento, replanteamiento de conceptos maniqueos relativos a la idiosincrasia, y aceptación de la vida en su justa dimensión vital.
Otros veintiún artistas exponen en la muestra Escrituras sobre el cuerpo, inaugurada el pasado 23 de mayo en el Salón del Pueblo Efraín Jara Idrovo de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay (CCE Azuay), en Cuenca. La exposición estará abierta al público hasta el 23 de junio; se puede visitar de martes a domingo en horarios laborables, la entrada es libre.

En el caso del arte de acción: performances, happenings, intervenciones, site specific, entre otras modalidades de esta manifestación, es fundamental el registro fotográfico y en video de las piezas. Así como con Ricardo Bohórquez, quien maneja el registro fotográfico, Bomnin trabaja con Jimmy Rockertho Franco, licenciado en Cine por la Universidad de las Artes, quien se encarga del registro en video, y el diseñador César Delgado Paladines, estudiante de la Escuela de Artes Visuales nuestra institución; son el equipo donde descansa todo el trabajo gráfico y audiovisual desplegado por la artista.
En la ficha técnica de Estado de litio (2023) se lee que fue un recorrido que realizó desde la calle Pedro Carbo hasta la avenida Domingo Comín con una cruz de 30 libras, un chaleco antibalas, flores para las víctimas de violencia y un hacha para desmaterializar la cruz en el camino de regreso al punto de origen. I like Ecuador an Ecuador likes me, acción 4, fue realizada en Bosque Palo Santo; ambas piezas pertenecen a la serie “Secuelas de franqueza”.
En el caso de la acción 6 de la pieza antes mencionada, se realizó en la Plaza de la Administración, Guayaquil. “Me coloco en los zapatos de los niños, jóvenes y adultos que delinquen porque no han tenido otra opción de vida dentro de un contexto marcado por las drogas y la violencia. Beso los veintiún pares de zapatos que representan a las pandillas que fueron acusadas de los episodios ocurridos el 9 de enero de 2024”, precisa.

La obra de Bomnin hace hincapié en la necesidad de asumir el arte como plataforma de denuncia social y llamado a la acción. Enfatiza la importancia de la educación y la creatividad como vehículos para transformar la percepción que los jóvenes y niños tienen de sus entornos ante el efecto manipulador que ejercen los medios masivos, las redes sociales, y la tecnología, de manera general. Cita a Joseph Beuys, quien planteó que “el verdadero capital es la creatividad”, y aboga por políticas educativas que fomenten la empatía, la sinergia y la inclusión social, en lugar de la violencia y la represión.
Amalina Bomnin ha estado expuesta a varios episodios violentos: cuestiones de salud en su primera juventud influyeron en situaciones de machismo, y también atravesó escenarios con violencia de género e intrafamiliar. El año pasado, una ruptura matrimonial, después de casi dos décadas, le condujo a reorientar su vida por caminos de sanación emocional y espiritual. Confiesa haber vivido abducida, haber perdido las riendas. “Andaba por el mundo en piloto automático”, así concluye. No obstante, nos adelanta que en año y medio de separación siente que el cuerpo increíblemente funciona de manera similar a la tierra, es un ecosistema que enseguida responde positivamente ante la libertad y la vida con propósito. El ejercicio físico, la creación y la soledad le han ayudado a recuperar la vitalidad que siempre le caracterizó.
En la clausura de la muestra Escrituras sobre el cuerpo se otorgará el premio del evento, consistente en la realización de una exposición y la elaboración de un catálogo durante el 2025. La cita es el 23 de junio, a las 19:00, en la mencionada institución.