DAEA promueve taller básico de lengua de señas para docentes, personal de apoyo académico y funcionarios de la UArtes

“Proporcionar conocimientos necesarios a docentes, personal de apoyo académico y funcionarios de la Universidad de las Artes para que puedan interactuar y comunicarse de manera efectiva con alumnos que tengan discapacidad auditiva, facilitando así un entorno educativo inclusivo y promoviendo la participación activa de todos los estudiantes en las actividades académicas”.

Es el objetivo del taller básico de “Lengua de señas ecuatoriana” (LSEC) que la Dirección de Acompañamiento al Éxito Académico (DAEA) inició este martes 27 de agosto y extenderá hasta el martes hasta el 19 de noviembre. Lo imparte Giovanna Ricaurte, su técnica de apoyo docente, quien en esa primera sesión enseñó las letras del abecedario manual, lo cual llevó al deletreo de los nombres de los participantes.

Como parte del equipo de la Dirección de Comunicación acudí para hacer la reportería para el InfoUArtes. Lo cierto es que tras realizar los respectivos registros me quedé atenta al conocimiento compartido por Giovanna Ricaurte.

Entré al segundo horario del curso –que se dicta cada martes, de 08:30 a 09:30 y de 12:00 a 13:00– y me enganché por la practicidad y didáctica de la tallerista. Allí estaban, entre otros, docentes como Marcelo Leyton, de la Escuela de Artes Escénicas; Byron Cevallos, de la Escuela de Literatura; Monserrate Magrovejo, del Departamento de Lenguas Extranjeras; y Meining Cheung, de la Escuela de Artes Sonoras.

Atentos todos y también expectantes, en la jornada aprendimos que el abecedario manual de lenguas de señas no es universal, sino que varía por país –de allí la especificación de lengua de señas ecuatorianas– y que solo se usa para deletrear nombres, siglas, dirección y correo electrónico.

La lengua de señas es la identidad de la persona con discapacidad auditiva, es su idioma y también “un sistema lingüístico completo porque tiene todas las propiedades necesarias para ser considerada una lengua natural. Tiene una gramática estructurada, es productiva y arbitraria, permite el desplazamiento en el tiempo y el espacio, y está enraizada en la cultura de sus usuarios. Además, la dualidad de su estructura le permite combinar elementos básicos para formar un número infinito de significados”.

Giovanna Ricaurte no solo explicó cada una de las letras que se dibujan con las manos, sino que nos fue incentivando a que practicáramos al mismo tiempo en que íbamos conociendo cómo son las 27 letras del alfabeto de la lengua de señas y las que, según la RAE, ya no se escriben, pero se usan, como la ch, la doble r y la doble l.

Una vez descubiertas las letras en la lengua de señas, nos tocó salir a presentarnos e ir deletreando manualmente nuestros nombres. También nos facilitó gestos con los que se saluda, se pide atención, se repite cuando algo no queda claro, entre otros.

La segunda clase será el martes 3 de septiembre, en los horarios antes anotados. En la programación que la tallerista ha preparado con los temas que irá desarrollando constan el aprendizaje de los números, días de la semana, meses del año, tiempo, saludos y normas de cortesía, entre otros.

Texto y fotos: Carmen Cortez/Dircom

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